David López Canales: ‘La cocaína es representativa de un problema más de fondo, que es la sociedad en la que vivimos’

Entrevistamos a David López Canales, periodista y escritor, quien ha publicado recientemente el libro ‘¿Una rayita?’, donde aborda el creciente consumo de cocaína en España.

Por Angelo Nero | 15/06/2025

El periodista y escritor David López Canales, no teme meterse en esos callejones oscuros donde no llega la luz del foco mediático, tal como demostró en El traficante (2019), sobre el traficante de armas y narcotraficante Monzer Al Kassar, o en Heredarás mi reino (2024), sobre la monarquía española. Ahora publica ¿Una rayita?, por qué en España se consume tanta cocaína y no se habla de ello, un interesante ensayo donde abre el debate sobre el creciente consumo de cocaína en el estado español.

Tu naciste a principios de los años ochenta, cuando comenzó a introducirse el consumo de cocaína en España, aunque en un principio estaba asociada a la ‘beautiful people’, ¿cómo comenzaste a interesarte por este tema, del que, desgraciadamente, poco se habla en los medios de comunicación y como te documentaste para escribir este libro?

Es un interés que tengo desde hace algunos años, viendo lo normalizado que está el consumo, que muchísima gente y muy diferente la toma, y también tras haber leído desde hace tiempo las noticias que frecuentemente se han publicado en las que España aparece como uno de los principales consumidores del mundo. Me preguntaba por qué, por qué estábamos ahí en esos puestos y por qué estaba tan integrada la coca, y escribir este libro ha sido la excusa perfecta para intentar responder, y sobre todo responderme, a esa pregunta, y ya de paso trasladarla a la opinión pública, o al menos a quien se acerque al libro.

En aquellos inicios de la introducción de cocaína en España, era la droga de los ricos, un símbolo del poder, como el caviar, pero después se fue popularizando, y ahora se consume en todas las clases sociales, ¿a que factores obedece esto? ¿sólo a que ha bajado el precio o a que no se considera una droga tan peligrosa como otras, como podría ser la heroína?

Creo que ambos factores que mencionas intervienen. El precio del gramo de cocaína no ha variado desde que se empezó a consumir, pero el nivel de vida, por supuesto, sí ha subido. Eso hace que fuera prohibitiva en su origen pero que no lo sea tanto hoy y más gente se la pueda permitir. También esa comparación con la heroína. En los ochenta y principios de los noventa ambas eran las drogas duras, a las que había que decir un no rotundo, según las campañas que se hacían, las que mataban. Pero la heroína tuvo entonces un impacto, por muertos, por crimen, por adictos y enfermos, que no tuvo la cocaína, y en esa comparación creo que la cocaína perdió esa imagen inicial y empezó a convertirse en otra cosa.

El consumo de cocaína también es un síntoma de una sociedad que lo devora todo, que tiene una obsesión por consumir lo que sea, ropa, series, relaciones, o lo que sea. En este sentido, ¿piensas que la cocaína es la punta del iceberg, o una de ellas, pero que el problema es más de fondo?

No diría la punta del iceberg, pero sí un producto muy simbólico de la sociedad de hiperconsumo, porque representa el ritmo acelerado de la sociedad, de la máxima productividad y de la búsqueda del placer inmediato y de la evasión. Y en ese sentido, como dices, sí creo que es representativa de un problema más de fondo, que es la sociedad en la que vivimos, ese ritmo, ese hiperconsumo, ese malestar generalizado, esos trastornos mentales.

Cuando hablamos de drogas siempre sale el eterno debate entre la prohibición o la legalización. En tu libro no tomas una postura clara, ¿quizás porque el problema tiene muchas capas y porque la solución también es mucho más compleja que pronunciarse a favor de prohibir o legalizar las drogas?

Sí, y porque no quería posicionarme. Lo que yo opine no tiene ninguna importancia, es solo mi opinión, aunque sea mi libro. Pero este no es un libro escrito en primera persona, que ya hay demasiados, ni en el que yo quiera contar qué opino yo de este tema, que ya opinamos también hoy demasiado todos y sobre todo. Lo que quiero es retratar una realidad, como dices, que tiene muchas capas y muchas caras, analizarlo, sin opinar, y que cada uno, si lo lee, pueda extraer sus conclusiones u opinar lo que quiera al respecto. Además que no es un trabajo sobre la legalización o no de las drogas, esa es sólo una de las caras del poliedro, e implicaría un cambio de paradigma total, pero en el camino hacia ese cambio radical hay muchos más temas sobre los que debatir y conversar, comenzando por esa idea que comentábamos antes de en qué tipo de sociedad vivimos, qué problemas tenemos y cómo debemos afrontarlos como colectivo, como sociedad, y no exclusivamente como individuos a pesar del individualismo extremo en que vivimos.

España se sitúa a la cabeza del consumo de cocaína, y enseguida pensamos que eso se debe a que es una de las puertas de entrada del narcotráfico que viene del América, sin embargo Portugal, tiene un consumo mucho menor, ¿a qué crees que se debe esto?

Esa idea de que se consume mucho en España porque hay mucha porque por aquí, ya sea por Galicia o por el sur, ha entrado mucha durante mucho tiempo, es la explicación política recurrente al alto consumo español. Pero no se sostiene como única explicación por esto que comentas, que en Portugal, que es en definitiva el mismo territorio, el consumo es muy, muy inferior. No soy ningún experto en políticas de drogas, pero si no me equivoco Portugal despenalizó hace más de veinte años la posesión y el consumo e hizo campañas para educar en el consumo de drogas con un enfoque mucho más realista que el no a las drogas de España, y esa creo que es una de las claves de un consumo inferior. No creo que sea la única. Habría que hacer un análisis más a fondo, comparando la realidad sociológica y psicológica, por así decirlo, de ambos países. Yo no lo he hecho, pero intuyo que sería muy esclarecedor y que sería una prueba más de que tenemos mucho que aprender de Portugal.

Una de las claves que señalas en el consumo de las drogas es la búsqueda del placer, de algo que nos alivie el dolor, sea este del tipo que sea, ¿eliminar al placer en la ecuación es un error fundamental para no entender porque cada vez más gente cae en la adicción a sustancias como la cocaína?

Sí, por supuesto. Si pensamos en el consumo de drogas, o de coca, en este caso, con un enfoque que mire sólo a los adictos y que hable de enfermedad y adicciones no estamos viendo la realidad del consumo y de los diferentes consumidores que existen. Hay muchas personas que la consumen no solo porque quieren y porque es su elección pese a que sea nociva, sino porque les da placer o porque les da ese alivio del dolor, o esa evasión, y que además pueden hacer un consumo controlado y esporádico, que, aunque no sea bueno, tampoco sea problemático o vayan a engancharse. Pero esa visión, como cuento en el libro, que destierra el placer de la ecuación, es consecuencia del prohibicionismo, de la postura impuesta por Estados Unidos en el tema de las drogas, y es una posición que además no tiene una base sociológica, sino religiosa, porque viene de la moral puritana que está en el ADN de los estadounidenses.

En el debate político aparece asiduamente el problema de la vivienda, el deterioro de la sanidad o la gestión de inmigración, pero nunca está en la agenda un tema como el del consumo de cocaína, es como si no existiese, ¿a qué crees que se debe que este tema esté fuera de la agenda política?

En los años noventa las drogas aparecían recurrentemente en las encuestas como uno de los temas que más preocupaban a los españoles, junto al terrorismo y el paro. Hoy no aparecen, casi nadie las menciona en las encuestas que periódicamente hace el CIS. Se han sacado de la conversación pública. Políticamente, además, creo que no interesa sacarlo. Los partidos políticos son cobardes y cortoplacistas. Si es un tema que está fuera del debate y las conversaciones, que ni siquiera aparece en esas encuestas como algo que pueda preocupar a la sociedad, a ver cuál es el que se atreve a decir: oigan, vamos a hablar sobre drogas, vamos a hablar de forma realista sobre drogas, ¿por qué consumismos tanta?, ¿realmente es tan malo consumir drogas?, debemos hablar de esto porque la lucha contra las drogas está perdida desde hace décadas, cada vez hay más y se consume más. Al primero que lo planteara los partidos contrarios empezarían a decirle que si son blandos con las drogas, que si son partidarios de drogarse y mil cosas parecidas más. Es una lástima, porque no sólo sucede con este tema, pero no se puede tener una sociedad madura, como debería ser la española, si los políticos no son capaces de ver más allá, a largo plazo, y además nos infantilizan.

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