Cupvergencia

Por Joan Jordi Abentín

Estos días estamos diciendo adiós a la CUP.

Despedimos en estas jornadas de investidura a un partido que se hace llamar de izquierdas, socialista y anticapitalista. Una agrupación que dice estar al lado de las personas y que protesta para la justicia social. Hoy vemos el fin de una gente que aún diciendo todo eso, acaban de olvidarse de su discurso en favor de una bandera. Y no por una que lleva igualdad, sino por una que lleva los recortes sociales, que lleva el olvido de la sanidad, que está manchada de la devaluación de nuestros servicios públicos y que va de la mano de un señor racista que trata a todos los que no son independentistas como escoria.

Estos días la CUP va a coger un tren. Un tren que le lleva de la izquierda a la derecha, que le lleva de los derechos humanos al nacionalismo radical del Sr. Torra y del conjunto de Convergencia. De Esquerra me lo esperaba. ¿Pero de los anticapitalistas?

El candidato de JxCat a presidente de la Generalitat, Quim Torra, saluda al diputado de la CUP Carles Riera durante la primera sesión del debate de investidura hoy en el Parlament (Quique García / EFE)

A mi me daría vergüenza ser de la CUP en estos momentos. Y siempre digo que antes le tenía simpatía, pero ahora no les reconozco. No lo hago porque han vendido su discurso y nos han tratado como tontos. ¿De qué te sirve ir con camiseta al Parlament y después poner a un President así? ¿De qué nos sirve que vuelvan a ir con la misma camiseta de antisistema y después que aprueben unos presupuestos de la pura derecha neoliberal?

La CUP vuelve al procés. Vuelve al proceso de perdida ideológica que están teniendo. Por ejemplo, la CUP tiene estudiantes en la calle y raíces en uno de los sindicatos estudiantiles más importantes de Catalunya. Pues bien, esos universitarios que conforman tales sindicatos salen a la calle para protestar por las tasas. ¿Qué hace la CUP? Mantener en el poder aquellos que las aumentaron. Y a parte de hacerlo, les APRUEBA los presupuestos.

Como integrante de las clases populares de Cataluña me siento engañado. Engañado por el tiempo que creí en ellos. Engañado por cuando me explicaban que había que acabar con el voto útil para acabar con la esclavitud de los trabajadores. Pues bien, ahora la CUP forma parte de eso. Y es duro…

Este partido ha cogido el modelo de Ciudadanos y ha querido usar el marketing, el engaño, las banderas y las demagogias para ganar votos. Los naranjas dan alas al PP por la unidad de España y los amarillos les dan a Convergencia. Y ya no sé para que. Porque la verdad, Torra es un tipo que «xenofóbicamente» hablando es horrible.

Así que únicamente hay una cosa que está clara. La CUP ha caducado y los que queremos que de verdad haya un poco de cambio en este país no vamos hacerlo mediante Cupvergència. No… lo tendremos que llevar a cabo con nuestras manos y con nuestra fe. Lo tendremos que luchar, y no solo contra la clase dominante sino también en contra de las banderas que nos dividen. Acabemos ya con esta farsa continua.

Termino con una demanda…

Puigdemont, presupuestos, Torra… Por favor señores de la CUP, no digáis nunca más que sois de izquierdas y anticapitalistas…

2 Comments

  1. Yo tampoco me lo esperaba. Nunca pensé que la Nación se impusiera sobre la Razón. Ni que el nacionalismo catalán de la CUP fuera más fuerte que su dignidad.
    Que los sentimientos tribales fueran más intensos que la justicia, la ética, la solidaridad y la Unidad Popular.

    Pobre CUP muy catalana y mucho catalana.
    Consintiendo y permitiendo que Jordi Pujol muera en su cama en vez del lugar que realmente le corresponde en una cárcel, encadenado solo e incomunicado hasta morir

  2. Le tocaba a Puigdemont que es el que ganó las elecciones, Torra es el suplente, ¿a quien prefieres que pongan? no veo que abstenerse sea ninguna traición, o prefieres seguir repitiendo elecciones hasta que salga el que a ti te guste mas. Los unionistas contra los soberanistas lo vas a ver una temporada larga, es el poder y el dinero, pero no solo eso ¡¡y lo sabes.¡¡

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