Cuando estés enojado, no votes

¿Por qué la sociedad Argentina se decantó por Milei?

Por Hernán Tiseyra | 21/11/2023

“Cuando estás enojado, tomas malas decisiones en proporción directa al nivel de tu enojo”W. E. B. Griffin.

“No base sus decisiones en el consejo de quienes no tienen que lidiar con los resultados”Anónimo.

Este domingo Javier Milei se convirtió en el nuevo presidente de Argentina con un 56% de los votos, frente al 44% del candidato peronista, Sergio Massa.

Es difícil analizar el porqué un candidato como Milei sacó un 56% de votos, pero sin ir a sus excentricidades, está claro que los argentinos, en su gran mayoría, de clase trabajadora y asalariados no votaron guiados por un pensamiento crítico hacia los ideales sociopolíticos del candidato anarcolibertario.

Más bien parece que lo que decantó la balanza fueron los sentimientos y emociones nacionales que, unas veces maravillan al mundo juntando 5 millones de personas por un campeonato de fútbol, y otras lo dejan atónito por la elección de un economista que consulta mediante «médiums» a un canino fallecido.

Un candidato que llamó “representante del maligno” al también argentino papa Bergoglio, en un país abiertamente católico y que perdió con claridad el último debate electoral parece haber salido inmune a cada uno de sus excesos verbales.

Cuando Javier Milei hace el famoso análisis sobre la «casta» política engloba todo el hartazgo general hacia la clase dirigente, pero también hacia la corrupta dirigencia sindical, hacia los líderes planeros y todos aquellos que por complicidad u omision llevaron a la Argentina a tener un 140% de inflación anual y una pobreza de más del 50% de su población.

Lo que no menciona el actual presidente, son el resto de «castas», esas que también son responsables del debacle político, social y económico de la Argentina. La casta empresarial, la casta eclesiástica, la casta de la judicatura, la casta financiera y de la banca, la casta lobbista y la casta de la extrema derecha dirigida por Steve Banon que no solo apoyó a Milei, sino también a Bolsonaro, Trump, Abascal o Viktor Orbán. Obviamente para alguien libertario y de extrema derecha, ese tipo de castas, no representa un problema para la sociedad, al menos para la que a él le interesa proteger.

Entonces, ¿Por qué la sociedad Argentina se decantó por Milei?

¿Es acaso que la mayor parte del padrón electoral argentino confía en que la dolarización es la salida a la hiperinflación? Quizás.

¿Que en argentina se acepte como buena la idea de la venta de órganos o de bebes? ¿Será que romper relaciones con sus mayores socios comerciales como China, o Brasil es aquello que atrae el voto del economista? ¿o que llevar la embajada Argentina de Israel a Jerusalén como ya lo hizo Trump es la imagen de política internacional para el país?

Teniendo en cuenta el apoyo sin medias tintas de la candidata del partido JxC (Juntos por el cambio) y el ex presidente Mauricio Macri, creo que muchos de los electores votaron con la emoción a flor de piel, guiados por el hartazgo, el asco o la ira (o todas ellas). Cada uno votó pensando en el «que se vayan todos» del 2001, en el «fuera los K» del gobierno y en la poco argumentada creencia que el partido peronista es de ideología comunista. Así es como el miedo, la tristeza, la alegría, el asco y la ira reemplazaron al pensamiento crítico y al análisis.

Es mucho más sencillo y mucho más efectivo manipular un sentimiento que una razón, y así es cómo de aquella «grieta» social entre Macristas y Kirchneristas surgieron estos monstruos liberales que hoy, más que nunca, se hacen presentes en la sociedad y política argentina.

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