Cuando el verdugo se viste de víctima

A Deliveroo o a Uber no les está echando nadie como lo pintan, simplemente se han dedicado a operar durante mucho tiempo al margen de la ley.

Por Taxi Project.

Estas últimas semanas, los medios convencionales han estado haciéndose eco de manera, a nuestro parecer, bastante lamentable tanto sobre la huida de Uber de Bruselas, ciudad la cual nos consta que desde que la multinacional americana puso sus zarpas en Europa ha sido un enclave vital para su expansión, como de la también fuga de España del gigante del reparto de comida a domicilio Deliveroo.

Como pasa muchas veces en las que algunas publicaciones o medios no son más que la voz de su amo, ya en los mismos titulares se puede comprobar cómo se intenta tergiversar de manera chapucera la realidad para atacar al regulador de turno y del mismo modo poner en su contra a toda la opinión pública, utilizando a los trabajadores y trabajadoras como arma arrojadiza. 

Nosotros conocemos muy bien las tácticas de estas empresas que se venden como si fueran un avance para el sector, cuando realmente su modelo de negocio únicamente se basa en la explotación del trabajador, privando de derechos a los usuarios para maximizar sus beneficios. 

Nuestras denuncias tanto a la inspección de trabajo o por vulneración de los derechos de los consumidores contra Uber o Cabify dan buena cuenta de ello. Una vuelta de tuerca más del neoliberalismo salvaje vestido de moderno.

A Deliveroo o a Uber no les está echando nadie como lo pintan, simplemente se han dedicado a operar durante mucho tiempo al margen de la ley, o más bien a aprovechar esa brecha que se ha creado estos últimos años entre la velocidad a la que crece la tecnología ajustada a ese modelo precario al que nos pretenden someter y la lentitud del legislador y de los procesos legales para regular y controlar la actividad y los abusos de estas plataformas, tanto con las trabajadoras y trabajadores como con las usuarias y usuarios. 

Si a esto le sumamos gobiernos con políticas conservadoras de cara a la galería (para recoger el voto de la derecha rancia) pero realmente neoliberales y serviles hacia estas empresas del PP o de gran parte de Europa, es lógico que haya habido tanto tiempo de impunidad mientras se machacaban trabajadores. De hecho gran parte de los logros que se han conseguido contra estas empresas han sido gracias a la lucha de los Riders o de los taxistas, que se han organizado para defenderse ante la inacción de los gobiernos y de las administraciones, tanto en las calles, como en los juzgados, como es nuestro caso con Taxi Project, Élite Taxi Barcelona o Riders X Derechos, colectivo con el que a su vez compartimos organización justo para defendernos de este modelo, la denominada Red Transnacional de Trabajadores (RTT).

Por nuestra parte, a Uber les conocemos bien porque les ganamos una vez, también en Bruselas, ante la Unión Europea, cuando pretendían que cualquier vehículo particular, independientemente de si contaba o no con unos requisitos mínimos para circular (seguro, revisiones periódicas, etc), y a la vez cualquier persona (con carnet o no) pudiera ejercer la actividad de transporte de pasajeros. 

Evidentemente el TJUE nos dió la razón, entendiendo que Uber, no era un mero intermediario como ellos alegaban, sino que es el prestador del servicio y como tal, tiene una responsabilidad y debe de cumplir unos requisitos para poder ejercer la actividad, en este caso licencias VTC, con todo lo que ello conlleva, (aunque a día de hoy y como hemos denunciado desde Taxi Project, sigan sin cumplirlo).

Por cierto, la abogada que defendía a Uber en ese juicio, ahora es la presidenta de la CNMC, ese supuesto organismo «independiente» que «supervisa» a las empresas para velar que se cumpla las normas de la competencia y a la que también le ganamos otro juicio, cuando junto con la misma Uber, pretendió liberalizar el sector del transporte de pasajeros.

A dónde queremos llegar al final es que, pese a que cada vez tiene menos sentido ese victimismo que venden estas empresas por medio de sus medios afines para intentar influir en los ciudadanos, porque realmente no sé les echa, sino que se van porque no quieren ni cumplir la ley ni respetar los derechos de sus trabajadores y trabajadoras, intentando que las normas se ajusten a sus intereses, abandonando a sus clientes o a sus empleados por el camino. Ese es el respeto que les tienen.

Es que hasta una persona que era diputada en Bruselas nos ha acusado a los taxistas de obligar a Uber a irse de la región. 

(Se van porque no quieren cumplir las leyes, aunque sí que es cierto que  cuando nosotros les echemos también será con la razón por delante, como siempre hemos hecho…)

Por eso creemos firmemente en la idea de poder transmitir nuestro mensaje en medios alternativos e independientes como éste, no sólo para mostrar la realidad tal como es y para poder desmontar todas estas mentiras de empresas como Uber, Glovo, Deliveroo o Cabify, sino para educar alctor en el sentido de ser crítico y buscar la verdad contrastando, porque hoy nos toca a nosotras y a nosotros, o a los Riders, pero nadie está a salvo de este enemigo tan poderoso.

No vamos a permitir que ningún buitre pretenda venir a someter a ningún compañero, sea del sector que sea. Nuestra labor, como representantes no es sólo defendernos sino atacar e ir avanzando en la lucha. Como parte del colectivo de taxistas somos muy conscientes de que si nosotros no conseguimos hacer retroceder a Uber, a Cabify a Deliveroo o a cualquiera de estas empresas, es un paso atrás para la lucha de los demás colectivos. Tenemos esa responsabilidad y desde Taxi Project la asumimos, tanto en los despachos, como en la calle y ante los medios.

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