Cosmética natural y limpieza saludable del hogar

Por Manuel López Arrabal


El interés por los productos cosméticos y de higiene personal elaborados con ingredientes naturales, respetuosos con la piel y con el planeta ha aumentado tanto en los últimos años, que el número de marcas de este tipo de productos se ha multiplicado. Las personas que, además de su aspecto, quieren cuidar su salud y no causar daños a la naturaleza, ya no están dispuestas a comprar a precio de oro cosméticos cuyos ingredientes se obtienen del petróleo y no están libres de efectos secundarios. Realmente, nadie sabe a ciencia cierta las consecuencias de la acumulación en los tejidos corporales, de buena parte de las más de 10.000 sustancias que utiliza la industria cosmética, algunas de ellas cancerígenas, alteradoras del sistema hormonal o causantes de alergias e irritaciones.

Ahora bien, la cosmética natural está aumentando sus ventas un 20% cada año, mientras que la cosmética convencional permanece estancada. Por esta razón, las grandes firmas multinacionales están creando y adquiriendo marcas que cumplen los requisitos de la cosmética natural. Sin embargo, no hay que fiarse de estas marcas puesto que sus cosméticos siguen elaborándose casi por completo con sustancias derivadas del petróleo o inventadas en laboratorios, destacándose en sus etiquetas los ingredientes naturales, cuando en realidad estos son un porcentaje mínimo de su composición. Realmente, es una mera excusa para mencionar algo seductor en la publicidad y colocar la atractiva imagen de una planta. Hay que tener en cuenta, que la cosmética natural cuando tiene mucho respaldo en los medios de comunicación, tienen un alto coste publicitario que pagar y por tanto no son de fiar, puesto que los cosméticos totalmente naturales son más costosos y delicados de producir y por tanto no pueden competir en publicidad.

Si en el terreno de la alimentación existe una ley que reserva los términos ecológico, orgánico o biológico para los productos y productores que cumplen una serie de condiciones, en el ámbito de la cosmética hay menos regulación. Ante esta situación, los fabricantes de cosméticos naturales y ecológicos han promovido la creación de avales que garanticen ante los consumidores la calidad de sus productos. En lo que respecta a España, las empresas pioneras de este tipo de cosmética están optando principalmente por la certificación de Ecocert y otras más. Además, las entidades certificadoras de diferentes países están trabajando desde hace algunos años para crear unas normas y unos sellos unificados para avalar dos categorías de productos cosméticos: la natural y la ecológica. Por lo general, en la cosmética natural se utilizan materias primas vegetales, en la medida de lo posible ecológicas, existiendo listas de sustancias permitidas y prohibidas para su elaboración. En la cosmética ecológica, el 95% del peso de los ingredientes vegetales (excluyendo el agua) debe ser de producción ecológica. También, y cada vez más, hay quienes buscan la cosmética vegana que implica, además de nos testarse con animales, que entre sus ingredientes no hay sustancias de origen animal, cosa que no tiene porqué ocurrir con la cosmética natural o la ecológica.

Actualmente, la industria cosmética convencional es una gran partícipe de la rentabilidad del petróleo, puesto que utiliza muchos de sus subproductos. De esta manera contribuyen a la contaminación del mar, aire y tierra del planeta, pues sus ingredientes una vez liberados no son en ningún caso inocuos. Las empresas comprometidas con la naturaleza no sólo renuncian a los derivados del petróleo, sino que adquieren la energía que necesitan de fuentes renovables y límpias. Algunas como Logona o Weleda, producen su propia energía con paneles fotovoltaicos y generadores eólicos, incorporando métodos de elaboración en frío que ahorran muchos recursos. La cosmética ecológica se elabora preferentemente con productos locales, y en los casos en que esto no es posible, las empresas suelen compensar el CO2 emitido a la atmósfera, entregando un porcentaje de sus beneficios para que se invierta en la plantación de árboles y en la preservación de los bosques tropicales.

Por último, si se dispone de tiempo para ello, la mejor alternativa a la compra de cosmética es su elaboración casera con productos conocidos y al alcance de la mayoría. Hay muchas publicaciones e información a través de internet, que enseñan a elaborar los productos más usados para la higiene personal, con ingredientes sencillos y naturales que se pueden encontrar en farmacias, tiendas y supermercados. Por ejemplo, es posible hacer jabones en casa con aceite, sosa, sal y unas gotas de aceites esenciales. Protectores labiales y cremas protectoras, hidratantes, nutritivas, suavizantes, bronceadoras y terapéuticas también están a nuestro alcance con tres ingredientes básicos (cera de abeja, manteca de cacao y aceite de almendra dulce) y otros complementarios (pulpa de aloe vera, aceites esenciales, glicerina, zanahoria, miel, aceite de oliva, vaselina, …). Además de jabones y cremas, también podemos encontrar fáciles recetas de perfumes, lociones, geles de baño y champú, acondicionadores, aceites de baño y para masaje, pasta de dientes, ambientadores, velas y más.

Mucho de lo dicho en este artículo también puede aplicarse al sector de los productos de limpieza e higiene del hogar, por lo general muy contaminante. El interés por la compra de este tipo de productos que sean respetuosos con el medio ambiente, es escaso debido principalmente a su desconocimiento por la mayoría. Ya existen en el mercado muchas clases de detergentes y limpiadores ecológicos. En este terreno, sin embargo, conviene aclarar que menos es mucho más. Si compramos o elaboramos uno o pocos de estos productos para usar en la mayoría de las tareas de limpieza, en lugar de adquirir muchos productos diferentes para los múltiples motivos de limpieza, además de ahorrar más, la huella ecológica será mucho menor.

La limpieza ecológica es una forma barata y natural de cubrir la mayoría de las tareas de limpieza del hogar. Hoy día, en la gran mayoría de los hogares se usan gran cantidad de productos de limpieza industriales. Parecen imprescindibles, pero hay alternativas ecológicas, sencillas y baratas, sin los efectos negativos para el medio ambiente y la salud de un uso excesivo de productos químicos. Agua, vinagre, bicarbonato sódico, limón, jabón natural, o incluso ketchup, son algunos de los ingredientes básicos de la ecolimpieza casera. Según la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos, la contaminación del aire interior de los hogares puede ser de dos a cien veces mayor que la del exterior. Los productos de limpieza comerciales son, sin duda, uno de los principales emisores contaminantes. Algunas sustancias, como la lejía o el amoniaco, provocan gases irritantes y el vertido de estos productos en la naturaleza daña a los seres vivos. De hecho, casi todos llevan avisos que los califican de peligrosos, corrosivos, irritantes o inflamables. Estos productos garantizan una limpieza casi aséptica, pero sus detractores razonan que este potente efecto no es necesario la mayoría de las veces, porque un hogar no es una sala de quirófano. Señalan que el peligro de un excesivo ataque a los gérmenes puede causar microorganismos resistentes. Por ello, recomiendan el uso de sustancias y métodos naturales, capaces de dar buenos resultados y ahorrar dinero.

En definitiva, la mejor manera de cuidar nuestra salud corporal y estética, así como conseguir la mayor salubridad y seguridad en nuestro hogar, es a través de una mayor consciencia en la compra de los productos naturales y/o ecológicos que nos sirvan a tal efecto o, mejor aún, fabricándolos nosotros mismos con los mejores ingredientes naturales a nuestro alcance.

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