Córcega vuelve a las calles ante la represión del independentismo

Esta nueva ola represiva sobre el movimiento independentista corso, ha alcanzado a figuras como Charles Pieri, ex miembro del buró ejecutivo de Corsica Libera y sospechoso de ser uno de los antiguos lideres del FLNC

Por Angelo Nero

Corsica, la rebelde colonia francesa del Mediterráneo, sigue siendo un foco de conflicto abierto para el ejecutivo francés de Élisabeth Borne y para el presidente Emmanuel Macron, que en marzo ofreció una amplia autonomía a los corsos, para detener las oleada de protestas callejeras tras el asesinato en prisión del histórico dirigente independentista Yvan Colonna. El 1 de diciembre se han producido tres detenciones de tres militantes independentistas, y el día 5 fueron ocho los arrestos practicados, presuntamente relacionados con la rueda de prensa clandestina que en mayo de 2021 anunció un regreso a la lucha armada del Fronte di Liberazione Naziunale Corsu, FLNC.

El histórico FLNC, que trajo en jaque a la Gendarmerie Nationale, desde su creación, en 1974, durante cuatro décadas, hasta su anuncio del abandono de las armas, “sin condiciones y sin equívoco alguno, nuestra organización ha decidido unilateralmente comenzar un proceso de desmilitarización y una salida progresiva de la clandestinidad”, volvió a reactivarse con el nombre de FLNC Maghju 21, anunciando el retorno a las armas si el estado francés continuaba con su “política de desprecio”. La puesta en escena, ya habitual de las organizaciones armadas corsas, venía acompañada con medio centenar de combatientes fuertemente armados y encapuchados, en un vídeo donde un activista leyó un comunicado firmado por el FLNC-Union des combatants (FLNC-UC).

Las movilizaciones de protesta por estas detenciones no se han hecho esperar, incendiando las calles de Ajaccio, Bastia y Calvi, las principales ciudades de la isla, motivando que incluso el ministro de interior francés, Gérald Darmanin, pospusiera su anunciada visita a Corsica, debido a que “el clima no es favorable, es mejor dejar algo de tiempo para que la tensión disminuya”. Este año se han reproducido los ataques a viviendas residenciales de franceses continentales, empresas constructoras y turísticas, y a vehículos policiales, muchos reivindicados por el FLNC Maghju 21, por considerar a estas empresas, a las segundas residencias y a la policía francesa como los arietes de la colonización.

Esta nueva ola represiva sobre el movimiento independentista corso, ha alcanzado a figuras como Charles Pieri, ex miembro del buró ejecutivo de Corsica Libera y sospechoso de ser uno de los antiguos lideres del FLNC, a su hijo, Ghjuvan Battista Pieri, actualmente en la ejecutiva del partido independentista, y a su nieto, Ghjiseppu-Maria Verdi, uno de los referentes de Ghjuventù Libera, según informó la asociación de solidaridad con los presos políticos, Sulidarita.

Corsica Libera, la formación del histórico dirigente independentista y ex-presidente de la Asamblea de Córcega, Jean-Guy Talamoni, que nunca ha condenado las acciones del FNLC, obtuvo en las últimas elecciones regionales, en 2021, un 15% de los votos y 8 diputados, presentándose con la lista Avanzemu Pè a Corsica, en alianza con la izquierda nacionalista del Partitu di a Nazione Corsa (PNC), liderada por el alcalde de Porto Vecchio, Jean-Christophe Angelini. Aunque la suma de las formaciones soberanistas corsas en su Asamblea suman un 70% del apoyo popular.

En declaraciones a Corse Matin, Jean-Guy Talamoni, declaró: “ El aparato de estado francés continúa con su política represiva contra Córcega Libera. Se están produciendo numerosas detenciones de activistas y líderes de nuestro partido, así como el registro de alguno de nuestros locales. Que el estado francés no se equivoque al respecto, el regreso de la represión ciega nunca nos desviará de nuestra lucha”.

En marzo de este año, el asesinato en prisión de Yvan Colonna, a manos de un preso islamista, mientras cumplía condena perpetua por la muerte del prefecto francés Claude Érignac, reactivó las protestas del movimiento independentista de esta isla poblada por 340.000 habitantes, y que pertenece al estado francés desde 1768, después de que, trece años antes, Pasquale Paoli proclamará la efímera República Corsa, y la dotara con la primera constitución del mundo.

En noviembre de este 2022, Corsica Libera, en su congreso celebrado en la localidad de Corti, con el lema “A populu fattu”, reafirmaba su apoyo al FNLC. En una entrevista concedida a la periodista francesa Solange Graziani, el portavoz de Corsica Libera, Petr’Antò Tomasi, afirmaba: “Corsica Libera votó una moción de apoyo político y patriótica muy clara a todos los corsos que luchan por la reapropiación de sus derechos, y en particular a los militantes del Frente de Liberación Nacional de Córcega. Creemos que hoy la situación es difícil para nuestro pueblo, cuya existencia está amenazada, que París no ha tenido en cuenta ni el hecho democrático corso de los últimos años ni siquiera el gesto histórico del FLNC en 2014 al que van seguir otros actos posteriores. Hoy traemos esta solidaridad y también llevamos esta solución para que Córcega pase a otra fase. Hoy hablamos de un proceso histórico, pero no existe.”

Este mes de julio, el FLNC reivindicó 16 acciones armadas contra 36 caravanas en un camping de Aleria, doce residencias privadas, dos empresas constructoras y dos vehículos policiales, en una espiral que la represión francesa parece que tiene muy difícil detener. El FLNC denunciaba en su comunicado: “La carrera en la construcción de casas, hoteles, residencias, alojamientos, inmuebles no tiene freno. Sin embargo, las agencias inmobiliarias no tienen nada que decir, controladas como son por sociedades francesas e internacionales. Cubrir de cemento Córcega no sirve a los corsos, satisface el hambre de los propietarios que hacen agosto sobre la espalda de nuestra Juventud que no puede seguir habitando su tierra. El consumo de droga, por una parte de nuestra juventud, alimenta su tráfico, llevado a cabo por hombres sin alma, que tienen de corsos sólo su nombre.”

Otra formación independentista, Core in Fronte, muy crítica con el gobierno regional de Simeoni, que obtuvo el 12% y 6 diputados en las últimas elecciones, también sacó a sus militantes a la calle en septiembre, demandando la libertad de Félix Benedetti, otro activista corso condenado a cinco años de prisión por tenencia ilícita de armas y explosivos, denunciando “una lógica represiva global contra quienes rechazan la estrategia de alinear el movimiento nacional, en un contexto de discusiones entre el gobierno y los nacionalistas electos”.

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