Controversias electorales en Bangladesh: Sheikh Hasina refuerza su dominio en medio de acusaciones de represión política

La Liga Awami y Sheikh Hasina se preparan para un cuarto mandato consecutivo, reforzando aún más su dominio en la escena política bangladeshí frente a una oposición dividida, desorganizada y amordazada.

Por Marius Thirion Roszyk | 13/02/2024

En Bangladesh, la Primera Ministra Sheikh Hasina obtuvo un quinto mandato (el cuarto consecutivo) en las elecciones legislativas celebradas el domingo 7 de enero. Bangladesh es una república parlamentaria, en la que el presidente de la República ocupa un cargo principalmente honorífico y representativo. El Primer Ministro es, por tanto, responsable de las políticas del país durante un mandato de 5 años.

Sólo demuestra lo esenciales que fueron estas elecciones. Sin embargo, el resultado estaba cantado en la medida en que el Partido Nacionalista Bangladés (PNB), principal partido de oposición, se negó a participar. Sus líderes denuncian una parodia de elección y acusan al gobierno saliente de graves violaciones de los derechos humanos, con una represión extremadamente violenta contra cualquier forma de oposición política.

El 28 de octubre de 2023, una concentración organizada por el PNB degeneró y costó la vida de al menos 16 personas, entre ellas 2 policías. 5 000 personas resultaron heridas y, según los informes, 10.000 partidarios de la oposición fueron detenidos. No es la primera vez que los enfrentamientos marcan la vida política de Bangladesh. En las anteriores elecciones, celebradas en 2018, 12 personas murieron en reyertas entre partidarios de la Liga Awami, partido en el poder desde 2009, y del PNB. La campaña electoral fue otra vez el escenario de graves violencias y una fuerte represión de la oposición.

En este contexto de gran tensión, la Liga Awami se preparó para unas elecciones en forma de referéndum sobre sus políticas, en las que la oposición desempeñó un papel absolutamente irrisorio. Sin embargo, cabe señalar que el partido redobló sus esfuerzos para intentar mantener las apariencias y dar la sensación de unas elecciones justas y democráticas. Por ejemplo, “olvidó” presentar a candidatos en algunas circunscripciones del país, con el objetivo aparente de evitar que el parlamento sea considerado abiertamente como un poder legislativo de pacotilla, en realidad a merced del ejecutivo. En cambio, en las circunscripciones objetivo de la Liga Awami, no encontró oposición en la gran mayoría de los casos.

No contento con tener la victoria asegurada incluso antes de que se abrieran las urnas, el partido gobernante presionó a muchos ciudadanos para que votaran a sus candidatos. Si se negaban a hacerlo, se enfrentaban a sanciones como la pérdida de su tarjeta de ayuda del gobierno, un documento necesario para obtener prestaciones sociales en Bangladesh. Varios ciudadanos han declarado a medios de comunicación extranjeros que han sido chantajeados e intimidados por las autoridades.

A pesar de toda la controversia, son efectivamente la Liga Awami y Sheikh Hasina quienes se preparan para un cuarto mandato consecutivo, reforzando aún más su dominio en la escena política bangladeshí frente a una oposición dividida, desorganizada y amordazada. Desde 2009, la primera ministra ha aprovechado el éxito de sus reformas económicas para permanecer en el poder y mantener un alto índice de popularidad. Sin embargo, desde hace varios meses, el gobierno no goza de la misma popularidad en las encuestas, y muchos bangladeshíes se muestran pesimistas sobre el futuro político y económico de su país. Y con razón. Desde principios de 2022, el taka – la moneda nacional – se ha depreciado un 30% frente al dólar estadounidense, y la inflación se acerca al 10%. Entre los sectores más afectados está el textil, industria crucial para la economía de Bangladesh (segundo exportador mundial de ropa, por detrás de China). Esta situación llevó a varios miles de trabajadores de este sector a manifestarse para pedir un aumento salarial, que finalmente obtuvieron tras meses de intensas negociaciones.

Finalmente, el caluroso verano de 2023 provocó importantes cortes de electricidad, dañando una red eléctrica que llevaba décadas fallando. La incapacidad del gobierno para dar una respuesta eficaz a esta situación ha minado aún más su popularidad.

Este turbulento periodo no bastó para hacer flaquear a la Liga Awami. Icono de la democracia convertido en figura autoritaria, Sheikh Hasina seguirá al frente de Bangladesh durante los próximos años, probablemente reforzando aún más su control sobre la política del país, en detrimento de la seguridad de sus opositores y de los intereses del pueblo bangladeshí.

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