El ejecutivo de Petr Fiala avanza en la aprobación de una reforma laboral hecha a medida para la patronal checa.
Por Redacción NR | 21/05/2024
El gobierno de la República Checa, encabezado por el primer ministro derechista Petr Fiala, quiere aprobar una reforma laboral y de las pensiones que supone un ataque directo a los intereses de los trabajadores. La Cámara de Diputados debatirá esta cuestión el 21 de mayo. El ejecutivo conservador plantea esta nueva legislación como ‘innovadora’ y recurre al trillado eufemismo liberal de la ‘flexibilidad del mercado laboral’ para maquillar lo que en definitiva supondrá un mayor grado de explotación de la clase obrera en beneficio de la patronal.
El Partido Comunista de la República Checa (KSČM) advierte en un comunicado que ‘la enmienda empeorará significativamente la situación de todos los trabajadores’ con medidas como la ampliación del período de prueba de tres a cuatro meses; la reducción del descanso diario en ‘situaciones de emergencia’; la posibilidad de despido sin justificación alguna; o la re-introducción del trabajo infantil para niños de 14 años durante el periodo de vacaciones de verano.
‘Los cambios propuestos nos hacen retroceder más de cien años’, denuncian los comunistas checos, que los consideran ‘completamente inadmisibles en pleno siglo XXI’. El KSČM señala que la mayoría de estas medidas conducirán a una mayor inseguridad para los trabajadores y a un empeoramiento de sus condiciones materiales de vida frente a la patronal.
El pasado 2 de mayo, el gobierno aprobó la implementación del retraso en la edad de jubilación. Hasta el momento, los ciudadanos checos podían jubilarse a los 65 años, mientras que a partir de ahora se ha retrasado hasta los 68 años.
Este paquete de medidas antiobreras viene marcado desde la Unión Europea, que presiona y chantajea a los estados miembros con dejarlos sin ayuda financiera en caso de desviarse de las directrices liberales impulsadas desde Bruselas con el objetivo de beneficiar al gran capital en detrimento de los trabajadores.
¿Se ha aprobado o no?