¿Cómo usa Israel el reconocimiento facial para monitorear a ciudadanos palestinos?

Se trata de una “demostración más de que cuando se trata de palestinos, los militares juzgan que ni siquiera los derechos humanos más básicos se aplican”.

Sébastian Seibt

Los testimonios de exsoldados israelíes, revelados el lunes por el ‘Washington Post’ y la ONG israelí Breaking the Silence describen una gran base de datos de fotos e información sobre palestinos creada por las Fuerzas de Defensa de Israel, FDI.

«He advertido en el pasado que la arquitectura de la opresión (tecnológica) estaba cerca. Ya ha llegado», así reaccionó el 8 de noviembre Edward Snowden, el denunciante detrás del escándalo de escuchas telefónicas de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, NSA, a la descripción del ‘Washington Post’ de los esfuerzos de la vigilancia tecnológica desplegados por las FDI en Cisjordania.

Las FDI han construido su «Facebook palestino secreto», indica uno de los exsoldados israelíes entrevistados por el periódico estadounidense, conectando un sistema de reconocimiento facial utilizado en las áreas consideradas de mayor riesgo de Cisjordania, entre las cuales la ciudad de Hebrón.

«Toma tantas fotos como puedas»

Todo comenzó hace casi dos años con los teléfonos inteligentes equipados con un programa de reconocimiento facial llamado «Blue Wolf». Lo distribuyeron a los soldados israelíes estacionados en Hebrón, según varios testimonios recogidos por Breaking the Silence , una ONG israelí que trabaja con exsoldados para documentar los abusos del Ejército israelí contra los palestinos.

Estos soldados luego tomaron fotos de palestinos para alimentar una base de datos que ha seguido creciendo hasta llegar a varios miles de rostros vinculados a nombres, direcciones y cualquier información que los servicios de inteligencia israelíes puedan tener sobre estas personas.

Niños, ancianos, todos podían ser fotografiados. “No necesitábamos ‘señales sospechosas’ para hacerlo. Todo lo que nos pidieron fue que tomáramos tantas fotografías como fuera posible. Incluso hubo algún tipo de competencia entre las unidades”, dice un exsargento destinado a Hebrón en 2020 en un testimonio publicado por Breaking the Silence. Los premios para los fotógrafos más prolíficos podrían ser permisos nocturnos adicionales, dijo el ‘Washington Post’.

Los soldados israelíes pueden consultar esta base de datos fotográfica en tiempo real durante los controles de identidad en Cisjordania. “Luego recibimos indicaciones por código de color para cada individuo. El amarillo significa que la persona debe ser detenida, el rojo que debe ser arrestado y el verde que se le puede dejar pasar”, cuenta un exsoldado de la ONG Breaking the Silence.

Para obtener esta información, «escaneamos un código de barras en los documentos de identidad de la persona que está siendo revisada, o si no tiene uno, podemos escanear su rostro directamente con el programa en el teléfono», especifica en otro testimonio un exteniente del Tsahal que pudo probar la efectividad del sistema de reconocimiento facial Blue Wolf.

Pero otros mecanismos también están ligados a Blue Wolf. También tiene acceso la red de cámaras de vigilancia instaladas en Hebrón. Este dispositivo, denominado “Hebron Smart City”, permite “reconocer a los palestinos incluso antes de que presenten sus documentos de identidad durante un control”, señala el ‘Washington Post’.

El programa «Hebron Smart City», iniciado el año pasado, se había descrito hasta ahora simplemente como una red tradicional de cámaras de vigilancia, que se utiliza para ayudar a las FDI a combatir el «riesgo terrorista». En un artículo del diario israelí gratuito ‘Israel Hayom’ publicado en octubre de 2020, el Ejército describe este dispositivo como “un conjunto de sensores capaces de identificar en tiempo real algo fuera de lo común y proporcionar a los soldados rápidamente información útil sobre lo que está pasando en el lugar”.

Un programa con aires de «Gran Hermano»

Pero las revelaciones del ‘Washington Post’ sobre el vínculo entre «Hebron Smart City» y la base de datos fotográfica Blue Wolf le dan a este programa una versión china mucho más al estilo «Gran Hermano». Beijing, de hecho, ha sido ampliamente criticado por su uso del reconocimiento facial para controlar a la minoría musulmana uigur . Y con su sistema «made in Israel», Tel Aviv «está construyendo un pequeño rincón de China en Cisjordania», lamentó en Twitter Haggai Matar, periodista israelí conocido por sus posiciones hostiles contra la presencia del Ejército israelí en Cisjordania.

Y el Ejército israelí no sería el único que se beneficiaría de la información contenida en esta base de datos, según exsoldados que han testificado de su existencia. Un programa paralelo, denominado «White Wolf», se pone a disposición de los colonos judíos en Cisjordania y les permite consultar esta base de datos escaneando los documentos de identidad de los palestinos que vienen a trabajar a los asentamientos judíos. “Es una versión diluida con muchos menos datos proporcionados (a los colonos). Solo reciben información sobre permisos de trabajo y posibles restricciones de movimiento”, dijo un exteniente de las FDI entrevistado por Breaking the Silence.

Contactado por France 24, el Ejército israelí no negó la existencia de «Blue Wolf» simplemente agregando que era «naturalmente imposible dar detalles sobre las capacidades operativas de las Fuerzas de Defensa de Israel».

El uso del reconocimiento facial con fines de seguridad es delicado en Israel como en cualquier otro lugar. Una ley para introducir cámaras dotadas con reconocimiento facial en todo Israel, introducida en julio de 2021, ha encontrado una fuerte oposición de los grupos de privacidad. Argumentan que no solo es una violación de la privacidad, sino que la efectividad del reconocimiento facial aún está lejos de ser satisfactoria.

Los críticos hicieron posible bloquear, al menos temporalmente, la adopción del texto en Israel, pero de ninguna manera impidieron a las FDI desplegar la tecnología en Cisjordania «sin el conocimiento de la población», señala el ‘Washington Post’. Para Breaking the Silence, es una “demostración más de que cuando se trata de palestinos, los militares juzgan que ni siquiera los derechos humanos más básicos se aplican”.

* Artículo adaptado de su original en francés

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