Cómo dinamitar un oleoducto, la acción directa contra el cambio climático

Esta suerte de thriller ecologista, que adapta libremente el libro de Andreas Malm, nos lleva hasta Texas, donde ocho jóvenes, de muy distinta procedencia, dan un paso adelante en el compromiso de la lucha climática, ideando un sencillo, pero no exento de riesgos, plan, para volar la tubería de un oleoducto.

Por Angelo Nero

“How to Blow Up a Pipeline” (2022) presentada en el estado español bajo el sencillo título de “Sabotaje”, toma su nombre original del ensayo “Cómo dinamitar un oleoducto, Nuevas luchas para un mundo en llamas”, del escritor, periodista y activista climático y antifascista Andreas Malm, una de las voces más relevantes en la crítica al cambio climático, pertenece al grupo Klimax, “que lleva a cabo acciones de desobediencia civil y sabotaje como estrategia de lucha y concienciación de cara a confrontar las futuras crisis climáticas.” En su libro, el escritor sueco planteaba “¿por qué no hemos ido más allá de la protesta pacífica? Y lanzaba una ardiente llamada para que el movimiento climático intensifique y diversifique sus tácticas con el objetivo de evitar el colapso ecológico.”

A partir de este planteamiento el director Daniel Goldhaber, que en 2018 dirigió “Cam”, una película de terror psicológico ambientada en el mundo de la pornografía webcam, nos trae una inquietante historia en la que un grupo heterogéneo de jóvenes se une para luchar contra el cambio climático con medios violentos. Agotadas las vías judiciales que siempre ganan las grandes empresas, las protestas pacíficas que apenas tienen impacto en la sociedad, o el activismo político que acaba casi siempre en vía muerte, incapaz de mover de sus cimientos al capitalismo, este grupo se plantea la acción directa, y planea un atentado contra un oleoducto, como llamada de atención para el comienzo de una revolución medioambiental. Golpear, aunque sea mínimamente, al corazón de la bestia, para que ese golpe se reproduzca en todo el mundo.

Esta suerte de thriller ecologista, que adapta libremente el libro de Andreas Malm, nos lleva hasta Texas, donde ocho jóvenes, de muy distinta procedencia, dan un paso adelante en el compromiso de la lucha climática, ideando un sencillo, pero no exento de riesgos, plan, para volar la tubería de un oleoducto, eso si, minimizando los riesgos para el medio ambiente. Cada uno de los personajes tiene su propio origen y sus propias motivaciones, pero todos ellos creen que ha llegado el momento de emplear medios violentos para hacer una llamada de atención, ante la degradación del planeta, debido a un sistema extractivista y depredador, que no tiene en cuenta el impacto en el medio ambiente. Partiendo de la historia de cada uno, donde se muestran las carencias del sistema norteamericano, en materia sanitaria, ambiental y social, Daniel Goldhaber va ensamblando las piezas hasta que van formando un grupo que no tiene otro planteamiento que el de ser la chispa que prenda la llama de la revolución climática.

La película está protagonizada por Ariela Barer (protagonista de Runaways, y también guionista de este film), la noruega Kristine Froseth (Sierra Burgess Is a Loser y Apostle), Lukas Gage (American Vandal, Euphoria), Forrest Goodluck (El renacido), Sasha Lane (Hellboy), Jayme Lawson (The Batman), Marcus Scribner (ABCBlack-ish), el cantante Jake Weary y la nativa inupiat Irene Bedard (Pocahontas).

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