Colombia | La derecha y la construcción de su agenda política

Por Ava Gómez

Si bien es pronto para identificar confluencias programáticas de cara a las presidenciales del 2018 en las agendas de las derechas nacionales, desde ya son visibles algunos discursos, ideas y marcos que parecen estar pautando una tendencia común en los movimientos, liderazgos y partidos de la derecha renuentes a la implementación de los acuerdos de paz alcanzados entre el Gobierno y las FARC-EP.

Es innegable que “la paz” ha marcado el devenir de la agenda política en el país, particularmente desde que se evidenció, a través del plebiscito del 2 de octubre, que pervivía un potente brazo electoral inconforme con el pacto alcanzado con la guerrilla más antigua del conteniente, en un contexto de crisis económica que arreciaba un país dependiente de los entonces (y ahora) desvalorizados commodities.

Desde ahí surgieron varias ideas que calaron en una parte de la ciudadanía y que hoy son constantes en las manifestaciones públicas de liderazgos como Álvaro Uribe, Iván Duque, María del Rosario Guerra, Alejandro Ordóñez, Luis Alfredo Ramos o Marta Lucía Ramírez, y que se pueden transformar en una estrategia programática de cara a los comicios del 2018.

Confianza, confianza, confianza.

Los resultados del 2 de octubre no sólo evidenciaron un rechazo sustantivo a la paz en las grandes ciudades del país, sino el castigo a un gobierno que comenzaba a gestionar su primera gran crisis económica, relativa a la caída de los commodities –algo que Álvaro Uribe no desperdició y que retoma constantemente en sus puestas en escena[1]-.

Uribe plantea que hay una decadencia de la confianza inversionista en el país, evidente en la formación bruta de capital, en la reducción de incentivos a la inversión y en el abandono de los pactos de estabilidad con el sector privado; todo ello aupado por un mal diseño de la política económica que, sumado al impacto de la impunidad de las FARC, el crecimiento del narco y el incremento de la extorsión, se convierte en fuente de desconfianza inversionista.

Viviane Morales, senadora por el Partido Liberal, fue la promotora del referendo que buscaba impedir la adopción igualitaria de parejas del mismo sexo y personas solteras

La confianza es, entonces, el marco bajo el cual Uribe establece su agenda política y la base de sus copartidarios y posibles fichas presidenciales para el Centro Democrático. Entre ellos Iván Duque, quien trae al debate político la necesidad de recuperar la confianza ciudadana, ante el embate demagógico del Gobierno Santos[2]. La pérdida en la confianza de los ciudadanos es, para María del Rosario Guerra, algo que se ha acelerado por la tendencia al beneficio de las FARC-EP durante el proceso de paz[3].

Cruzada por la Familia.

La supuesta existencia en los acuerdos de paz de una “ideología de género” (una mala interpretación del enfoque de género presente en los acuerdos) fue un detonante que motivó a las fuerzas ultraconservadoras del país a plantar cara contra lo que identificaron como la destrucción de la familia tradicional. En este sentido, se centraron en unir fuerzas en la defensa de la familia. Con este marco discursivo el ex-procurador Alejandro Ordóñez, comenzó su recogida de firmas para ser candidato presidencial por fuera del Partido Conservador, formación a la que renunció recientemente.

La defensa de la familia es un tema transversal en el discurso del Centro Democrático y el Partido Conservador, y de algunas facciones del liberalismo. Viviane Morales, senadora por el Partido Liberal, fue la promotora del referendo que buscaba impedir la adopción igualitaria de parejas del mismo sexo y personas solteras, una iniciativa que se hundió cuando la Comisión Primera de la Cámara de representantes optó por hundirlo con 20 votos contra 12. A pesar de ello, el partido conservador decidió[4], tras la última reunión del Directorio Nacional, apoyar la apelación tras el hundimiento del referendo de la senadora Morales.

Ello pone nuevamente en la agenda política un tema capaz de generar una importante movilización social, particularmente por la incidencia de los pastores evangélicos (acérrimos defensores de los valores de la familia) cuyos discursos homófobos y reaccionarios se han popularizado a través de redes sociales y otros medios de carácter tradicional y que otros liderazgos, como el de Álvaro Uribe, no han desaprovechado[5].

El miedo al “Castrochavismo”.

Quizá el término más explotado por la extrema derecha mediática y política a lo largo y ancho del continente, y que se ha convertido en un atajo cognitivo para identificar cualquier movimiento de carácter progresista, sea el “Castrochavismo”.

La impunidad de las FARC-EP es un tema que juega un papel relevante y que le ha permitido tener confluencias en todas las ramas de la extrema derecha.

El miedo, odio y rechazo generado por una sobreexposición de la situación en Venezuela se evidencia en los resultados de la Gran Encuesta Invamer[6] de Caracol TV, Blu Radio y SEMANA, donde el 55,4 por ciento de los colombianos y colombianas encuestados consideran que el país está en riesgo de volverse en un futuro como Venezuela.

El nexo que los medios del oligopolio comunicacional han creado entre el proceso de paz con las FARC-EP y Venezuela les ha dado a todas las formaciones políticas, liderazgos y movimientos de la extrema derecha un discurso común que los lleva a rechazar los avances en materia de paz en el país, señalando que los mismos conducirían a una situación similar a la venezolana.

Uribe[7] es quien más ha explotado este término, pero todas las formaciones políticas han replicado su discurso identificando previsibles acciones comunes en contra de los acuerdos. La impunidad de las FARC-EP es un tema que juega un papel relevante y que le ha permitido tener confluencias en todas las ramas de la extrema derecha.

Con el transcurrir de los meses, estos tres grandes ejes de la derecha se irán plasmando en los programas concretos de gobierno de los candidatos ya definidos. Salvo por el impulso a los acuerdos de paz, ninguno de estos programas discrepará demasiado del que actualmente lleva a cabo el gobierno de Santos. Es más, la poderosa metáfora cognitiva del castrochavismo y la explotación del miedo en la ciudadanía no harán sino justificar todo el andamiaje de profundización neoliberal y retrocesos en materia de derechos civiles y sociales, en caso de que uno de ellos consiga la presidencia.


[1]http://www.semana.com/nacion/articulo/alvaro-uribe-se-va-contra-el-gobierno-en-cumbre-en-grecia/528115

[2]http://www.portafolio.co/opinion/ivan-duque-marquez/protestas-y-demagogia-506633

[3]http://www.elpais.com.co/politica/centro-democratico-no-es-un-paracaidas-para-los-oportunistas-maria-del-rosario-guerra.html

[4]http://www.wradio.com.co/noticias/actualidad/conservadores-apoyaran-apelacion-del-referendo-de-viviane-morales/20170608/nota/3487076.aspx

[5]http://www.radiosantafe.com/2017/02/28/alvaro-uribe-habla-del-matrimonio-homosexual-adopcion-por-parejas-gay-y-aborto/

[6]http://www.semana.com/nacion/articulo/colombianos-creen-que-el-pais-se-puede-convertir-en-venezuela/528035

[7]http://www.eluniversal.com.co/politica/en-acuerdos-con-farc-hay-impunidad-que-no-hubo-con-paramilitares-uribe-233509

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