La Constitución de 1978 no puede ser punto y final para ninguna memoria histórica, pues existe un cordón umbilical que une la dictadura franquista con el régimen actual, cual es el de la impunidad.
Grande Marlaska, habló de un “ataque violento a su frontera y sus fuerzas de seguridad” y afirmó que “no tenemos ningún complejo” ya que la actuación policial había sido “escrupulosa”.
Los Presupuestos esconden una subida superior al 25% en los Presupuestos militares (otro tanto para el año siguiente), a sumar al 60% de incremento habido en los últimos 10 años. La OTAN manda.
Finalmente, el 20 de noviembre, se lo lleva Satanás. El presidente del Gobierno, Carlos Arias Navarro, lo anuncia entre pucheritos: “Españoles: Franco ha muerto”. Corre el champán a raudales.
Se nos dice que debemos ser realistas, pero si lo fuéramos en el sentido recomendado, aún estaríamos anclados en el olvido impuesto por la Ley de Amnistía de 1978, o en las miserias de la Ley de 2007.
el anteproyecto de Ley de Secretos Oficiales actúa también como una prolongación de la Ley Mordaza, previendo fortísimas sanciones para quienes revelen una información clasificada, con multas que oscilan entre 50.000 y 3 millones de euros.