Ana María Matute, contadora de historias
Acaba de cumplir once años cuando comienza la Guerra española y su tartamudez desaparece definitivamente con el desgarrador sonido de los bombardeos, aunque desde entonces, aborrece el sonido de los fuegos artificiales. La violencia, el odio, la muerte, la angustia y la extrema pobreza que siguieron a la contienda la marcan profundamente. Decía que la empujaron fuera de la infancia. Jamás pudo olvidar la imagen del cadáver de un hombre muerto con un pedazo de pan con chocolate en la mano.