Jayro Sánchez
El legado de César y las cenizas de la República
sus dirigentes políticos vivían centrados en un latente conflicto interno que, desde hacía siglos, dividía a Roma en dos bandos: los optimates y los populares. La mayoría de los primeros eran aristócratas y grandes propietarios de tierras, y defendían la primacía de la autoridad del Senado sobre la de los comicios que representaban a las clases más bajas del pueblo.