Su pensamiento sigue siendo relevante en un mundo donde la migración forzada y el desarraigo continúan siendo realidades vividas por millones de personas.
Hay algo que podemos llamar realidad, pero el problema radica en que estamos tan ocupados construyéndola que no somos capaces de percibirla en su totalidad.
En un mundo que avanza a pasos agigantados, donde la productividad y el rendimiento son exigidas sin pensar en la gente que no puede dar más de sí, es complicado, no podemos producir si no estamos bien.
Un punto crucial que no puede ser pasado por alto es la influencia de las redes sociales. La ultraderecha ha sabido ganar esta batalla, mientras que la izquierda parece haber quedado rezagada.
Nos tendrán enfrente, que no lo olviden. Muchos murieron en su día por tener un país libre; muchos aún yacen en cunetas por querer una país diverso y justo. Su legado es nuestro ejemplo, su lucha es nuestra lucha.
Conocer el pasado es indispensable para evitar que estos horrores se repitan. La educación y la memoria histórica juegan un papel vital en la construcción de una sociedad que valore los derechos humanos y la democracia.