Por Roberto Santos
El partido naranja, ese del cambio sensato que había venido a regenerar la política española y que hasta hace nada iba como una bala en las encuestas, se ve hoy salpicado por la corrupción y en medio de una trama corrupta desarticulada este martes por la Policía Nacional, que en numerosos ayuntamientos de toda España manipulaba los datos de tráfico y siniestralidad para justificar la colocación de radares donde no hacían falta, con finalidad puramente recaudatoria.
En dicha operación, coordinada por el juzgado número 2 de Badalona e investigada también en otro de León, han sido detenidos algunos destacados miembros de Ciudadanos, así como de otras formaciones políticas y el empresario leones, José Luis Ulibarri, al que todo el mundo recordará por su supuesta implicación en la trama Gürtel.
Hace dos años, quien escribe estás líneas y desde está misma columna, me hacía eco de la situación de crisis que vivía la formación naranja en León, donde surgieron muchos críticos que no estaban de acuerdo con el rumbo que había tomado el partido y que ya denunciaban que había personas allí que habían llegado a la política para enriquecerse y no para cambiar nada. Los buenos, como pasa siempre, dimitieron y se acabaron yendo, Sadat Maraña o Juan Carlos Fernández, se quedaron, pese a que en aquel momento ya se sabía que entre otras cosas Maraña se había atribuido una titulación en ADE que no tenía y había tenido que renunciar por ello a ir como cabeza de lista por León al Congreso en las elecciones generales. Pese a esto, su carrera política no terminó ahí.
Maraña siguió manteniendo su poder en la formación naranja leonesa y se convirtió en asesor en la Diputación de León y además trato de convertirse en secretario del grupo en la Diputación, lo que le hubiera supuesto un suculento aumento de sueldo. No pudo ser, su solicitud fue rechazada, no porque estuviera bajo la sombra de la duda tras conocerse lo de su título o todo el escándalo en la formación, sino porque la figura de secretario de grupo no se encontraba entre los cargos de confianza a los que tenía derecho Ciudadanos.
En cualquier caso, el bueno de Sadat si mantuvo el cargo como asesor hasta este mismo martes que ha sido detenido por la UDEF en una macrooperación contra una trama que presuntamente amaño adjudicaciones públicas en más de 40 ciudades de toda España para favorecer a una filial del grupo Sacyr.
https://twitter.com/sadat_mrobles/status/418869646033682432
Por su parte Ciudadanos, tras años de escándalos, ha suspendido de militancia a Sadat Maraña y también a su compañero partido, Juan Carlos Fernández, portavoz en el Ayuntamiento leones de San Andrés del Rabanedo.
Pero estos no han sido los únicos, la ola de la corrupción ha dado un buen baño al partido de Albert Rivera, llevándose por delante a Carlos Ruipérez, alcalde de Ciudadanos en Arroyomolinos.
No hace muchos meses que veíamos a Ignacio Aguado visitando Arroyomolinos y alabando la gestión de Carlos Ruipérez al que se refirió como un “ejemplo de política útil”. Meses antes, le había felicitado por “su trabajo como alcalde de Ciudadanos en Arroyomolinos donde se fomentan este tipo de políticas de regeneración que abandera nuestro partido también en los municipios madrileños”.
Hoy Carlos Ruipérez también ha sido suspendido de militancia, tras ser detenido por la UDEF en la misma trama que se ha llevado por delante a Sadat Maraña.
Por otro lado, la polémica siempre ha acompañado a Ruipérez, tanto por la forma en que consigue la alcaldía como por el hecho de que ya está siendo investigado, según publicaba Extraconfidencial.com, por el Juzgado de Instrucción nº 5 de Navalcarnero por una denuncia interpuesta por el Partido Popular contra él y contra su primer teniente de alcalde y concejal de seguridad, Juan José González Arroyo, por los presuntos delitos de prevaricación y tráfico de influencias.
En cualquier caso, no son los únicos escándalos que han salpicado a Ciudadanos en los últimos tiempos, recordemos que en mayo de 2017, la concejala de Medio Ambiente y Desarrollo Rural del Ayuntamiento de El Molar, María José González López, fue condenada por ocupar de forma irregular terrenos del Canal de Isabel II en dicho municipio.
Tampoco podemos olvidar, que perdieron el Ayuntamiento de Valdemoro tras una moción de censura contra Guillermo Cross, por su “mala gestión” durante los dos primeros años de legislatura. Y es que todo estalló cuando se descubrió que el exalacalde “había mentido” sobre la deuda del municipio, hasta el punto de que en solo dos años de gobierno naranja la deuda aumentó hasta los 145 millones de euros.
Recordemos también, que hace apenas un mes, descubríamos que el Tribunal de Cuentas abría un proceso sancionador contra Ciudadanos tras detectar que había registrado como donaciones en especie, el pago por parte de terceros de facturas electorales emitidas a nombre del partido por importe acumulado de 14.371,16 euros. Un hecho que, según el Tribunal, vulnera lo establecido en la Ley de Financiación de Partidos «que prohíbe a los partidos políticos aceptar que, directa o indirectamente, terceras personas asuman de forma efectiva el coste de los gastos que genere su actividad».
Parece ser que Ciudadanos, no solo empieza a caer en las encuestas sino a ver como se desmonta su discurso de partido que lucha contra la corrupción, afirmación incompatible con verse envueltos en toda una trama corrupta o ser sancionados por el Tribunal de Cuentas por no tener las propias del partido perfectamente claras.
Por el momento Villegas ha asegurado que “no les temblará el pulso” y que expulsarán del partido a todos los que resulten imputados. Aún así no deja de sorprender que en casos como el de Sadat Maraña, que sabíamos que se había atribuido una titulación que no tenía y el lío que había montado en Ciudadanos León, no solo no hicieran nada sino que además le dieran un puesto en la Diputación, cosa que choca frontalmente con su discurso de “tolerancia cero contra la corrupción”. Esperemos que al menos, hayan aprendido la lección.
39 detenidos por corrupción de todos los partidos españoles. (Pero ninguno de Podemos). Este particular no aparece en los medios.