Cipriano Martos, a propósito de la Guardia Civil

Recuperar los casos de represión franquista, nos acerca un poco más a la justicia. Una justicia que todas las víctimas del franquismo jamás pudieron obtener.

Por Lyudmila

Cipriano Martos nació en Huétar Tájar (Granada) entre 1941 y 1942, no está muy clara su fecha de nacimiento. Hijo de campesinos, así como de la miseria de la posguerra, emigró a Sabadell en los años 70 para buscar una vida digna. Ya allí, empezó a tener contacto con los movimientos obreros. Fue ello lo que le llevó a militar en el PCE (ml) (Partido Comunista MarxistaLeninista), partido impulsor del FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota).

Cipriano era un joven muy comprometido con la lucha obrera, quizás sentimiento que afloró debido a la extrema pobreza que sufrió en Granada. Su enorme compromiso con la lucha de la clase obrera, muy perseguida durante el franquismo, le llevó a hacerse cargo de agitación y propaganda (agiprop) en Reus. Posteriormente, pasaría a militar en el FRAP.

En uno de los viajes para repartir propaganda a trabajadores en una fábrica, un infiltrado confidente de la guardia civil, proporcionó a esta la matrícula del coche en el que Cipriano viajaba con otros camaradas. A Partir de esta infiltración, Cipriano fue continuamente vigilado por la Guardia Civil.

Entonces llegó el día que sería el preludio de la condena a muerte de Cipriano. Se disponía a salir de su domicilio en Reus, para llevar a cabo su misión de propaganda. Pero lo que desconocía, era que la Guardia Civil, lo estaba esperando cuando se disponía a repartir propaganda. Cipriano fue detenido y llevado a las dependencias del Cuartel de la Guardia Civil de Reus. Lo detuvieron bajo la acusación de repartir propaganda contra el régimen.

La Guardia Civil torturó durante 72 largas horas a Cipriano, todo para que diera nombres de sus camaradas, no dijo absolutamente nada. Pasadas esas 72 horas de tortura, la Guardia Civil le obligó a ingerir un cóctel molotov, que entre otros compuestos portaba ácido sulfúrico.Por supuesto la guardia Civil mantuvo en todo momento, que Cipriano ingirió el ácido sulfúrico voluntariamente con el objetivo de suicidarse. Cipriano pasó más de 20 días debatiéndose entre la vida y la muerte, todo ello con el absoluto desconocimiento sobre ello de sus familiares.

No pudo superarlo y murió el 17 de septiembre de 1973 a las 22:15 horas. Su cuerpo fue enterrado en una fosa común sin el consentimiento de sus familiares. El caso de Cipriano es uno de esos casos que ha permanecido prácticamente en el  olvido. Pero su hermano, Antonio Martos, jamás lo ha podido olvidar. Antonio se unió a la querella argentina contra los crímenes del franquismo, causa 4591/2010, el se uniría a la querella en noviembre de 2014.

Recuperar  los casos de represión franquista, nos acerca un poco más a la justicia. Una justicia que todas las víctimas del franquismo jamás pudieron obtener. Un pueblo que no conoce su historia, está condenado a repetirla.

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