Cine | Nicolas Cage, el meme que una vez fue rey

Por Jose Jiménez Peroy

Si os dijera que hoy voy a hablaros de la vida y milagros de un tal Nicolas Kim Coppola, seguro que arrugaríais la cara con expresión de «¿peeeerdona?» y dejaríais de leerme más rápido de lo que se tarda en teclear en el ordenador la palabra «carambirurí». Por suerte para mis sueños de llegar a ser un columnista al que la gente quiera leer, Nicolas Kim Coppola no es otro que el legendario Nicolas Cage, el actor que olvidó que era un gran actor. Por lo que, poneos cómodos, niños y niñas, que aquí comienza este repaso a la vida y milagros del tito Cage.

Nacido en Long Beach, California, el 7 de enero de 1964, Nicolas Kim Coppola no tardó en darse cuenta de que su sueño era el de ser actor. Debutó en la industria con un pequeño papel en una comedia universitaria, protagonizada por un jovencísimo Sean Penn, acreditado como Nicolas Coppola.

El hecho de que Nicolas fuera sobrino del gran Francis Ford Coppola suponía demasiada  responsabilidad, así que decidió buscar un nuevo nombre artístico con el que labrarse, por sí mismo, un futuro en Hollywood. Tras mucho pensar, decidió sustituir su lujoso apellido por el del superhéroe de Marvel Luke Cage. Lo irónico es que, ahora mismo, la carrera de Nicolas y la serie para Netflix de Luke Cage comparten un hecho muy curioso:  ambas dan pena. Mucha pena.

Ya con un apellido nuevo, Nicolas comenzó su escalada a la montaña de la fama, intercalando papeles de secundario en cintas de su tío, como ocurría en La Ley de la Calle (1983), Cotton Club (1984) o la comedia Peggy Sue se Casó (1986), con sus primeros papeles como protagonista en películas como La Chica del valle (1983), The Boy in Blue (1986) o incluso a las órdenes de los hermanos Cohen en la divertida Arizona Baby (1987).

Todos los que la vivimos recordamos la década de los ´90 como una de las mejores de nuestra vida, y para nuestro tito Cage, no iba a ser diferente. David Lynch lo reclutaría en 1990 para que protagonizase, junto a Laura Dern, «Corazón Salvaje«. Pero no sería hasta pasados cinco años, y unas diez correctas películas, que el director Mike Figgis le ayudaría a conseguir su único y brillante Oscar. Leaving las Vegas le supuso, así, el reconocimiento de la crítica a su labor como actor.

Con un Oscar en la mano, y en su máxima plenitud física (y mental), decidió convertirse en héroe de películas de acción. Suyas son tres de las cintas de acción que incluirías, sí o sí, en un recopilatorio titulado: «Clásicos básicos del cine de acción de los 90».
«La Roca»(1996), «Con Air»(1997)» y «Cara a cara» (1997), son películas que todos y todas hemos visto, al menos, media docena de veces. No seáis tímid@s y reconocedlo, que no pasa nada, porque… ¡qué demonios! Esas tres películas son geniales.

Con Air – «Vuelve a poner el conejito en la caja»

La Roca – Cage vs Connery

Cara a Cara – Nicolas Cage repartiendo amor en la cárcel

A que dan ganas de revisarlas, ¿eh?

Reconozco que siento una debilidad especial por «Cara a cara», ya que ver a John Travolta y a Nicolas Cage haciendo un rato de buenos y otro rato de malos, bajo la atenta supervisión del exagerado director John Woo, es canela fina.

Tito Cage se despidió de los 90 por la puerta grande, con dos enormes thrillers:
«Snake Eyes» (1998), en el que su director, Brian de Palma, arrancaba la película con un maravilloso y prodigioso plano secuencia de casi trece minutos, y con «Asesinato en 8mm» (1999), que resultó ser una especie de remake de «Tesis» (la ópera prima de Amenábar estrenada en 1996) a cargo del irregular director Joel Schumacher.

Y llegó el año 2000 y con él comenzó la lenta y horrible transformación del tito Cage, de «buen actor que elige bien sus papeles» a «hago cosas de actor por 5$ la hora, en pelis domingueras de Antena 3, fiestas de cumpleaños y despedidas de soltera».

Si en los ´90, Cage quiso ser un héroe de acción, y lo logró con creces, en los 2000, decidió que le apetecía ser un mejor actor dramático, como tratando de reencontrarse con el registro que le llevó a ganar el Oscar. Además, no olvidemos el hecho de que ser actor dramático es mucho más descansado que estar todo el día repartiendo golpes en películas de acción…Pero, esta vez, no hubo suerte. La Mandolina del Capitán Corelli y Family Man fueron sus primeros intentos fallidos de recuperar ese registro. (sin olvidarnos de su despedida del «buen» cine de acción con la fulera «60 segundos», con Angelina Jolie).

Las últimas cuatro balas con las que Nicolas Cage consiguió acertar en la diana del éxito fueron:

1- «El Ladrón de Orquídeas»(2002):  su última nominación a los Oscar.
2- «La Búsqueda»(2004): Su último gran taquillazo (tal fue el éxito que logró, que tres años después hubo una secuela, pero sin tanta suerte).
3 y 4 –  «El Señor de la Guerra y «El Hombre del Tiempo«(ambas de 2005): Posiblemente, sus dos últimas grandes actuaciones. Dos interesantísimas cintas independientes que, desde esta humilde columna, os animo a que veáis porque valen mucho la pena.

De pronto, una buena mañana, el pobre Nicolas se levantó de la cama y al verse en el espejo comprobó, con profundo pesar, que estaba quedándose calvo, y decidió hacerse injertos de pelo. Ese día, nuestro Nicolas Cage, el Nicolas que sabía actuar y elegir papeles… murió.

No os riais. Quedarse calvo, es todo un trauma para el hombre. Y en el mundo del cine, suele costarte la vida (profesionalmente hablando, claro). Si no me creéis, revisad el historial de chapuzas que Bruce Willis lleva acumulado desde que empezara su cosplay de Don Limpio.

La leyenda del hombre meme que es hoy en día el señor Cage, comenzó en 2007 con Wickerman. La sobreactuación de Nicolas era tan demencial, que la cinta sólo consiguió recaudar burlas e insultos. Para no haceros mucho spoiler, aquí podéis disfrutar con uno de los cien mil momentos ridículos que encontraréis en Wicker Man.

Los injertos de pelo de rata y Wicker Man hicieron que el tren profesional de Nicolas, no solo descarrilara, sino que, directamente, explotara en mil pedazos y que esos pedacitos se hundieran, lentamente, en el pantano del hedor eterno. Y, luego, ese pantano se fue a la mierda.

Los memes se sucedían sin piedad y, de pronto, las pelis cutres comenzaron a corromper el currículum de un actor que había conseguido dominar los ´90. Prueba de ese creciente deterioro que comenzaba a invadirlo es su tonteo con el cine de superhéroes. En 1990 iba a protagonizar el regreso a la gran pantalla de Superman, un proyecto que preparaba Tim Burton, pero que nunca vio la luz.  Aquel «Superman Lives» podría haber sido un debut como superhéroe mucho más digno que el que protagonizó en 2007 y en 2011 con la desastrosa «Ghost Rider», con la que aún hoy en día tengo pesadillas (en su segunda parte nuestro Motorista Fantasma meaba… ¡Napalm! )

La fama que Nicolas Cage se había labrado a base de buenas interpretaciones se esfumaba, rápidamente, transformándose en burlas. De pronto el actor se había convertido en parodia de sí mismo. Pero no os pongáis tristes que él, en el fondo, es feliz.

Esta nueva afición del público por el lado más histriónico del actor creó toda una subcultura a su alrededor. Florecieron miles de webs dedicadas a parodiar y a ensalzar la sobreactuación de Nicolas Cage con hordas infinitas de memes y gifs. Actualmente, existen más gifs, que pelos de rata injertados en la cabeza del pobre Nic.

En Austin, capital de Texas, existe el Fantastic Fest, o comúnmente conocido como «Caged», que resulta ser todo un evento que gira en torno a la figura del señor Cage. Pues el año pasado, el propio actor, se dejó caer por allí para saludar a sus fans y, de paso, leerles un fragmento de una obra de Edgar Alan Poe. Y os preguntaréis: ¿por qué de Edgar Alan Poe? y yo, alegremente os responderé: ¿Y qué más da? Una vez que has convertido tus películas en comedias indirectas, nada de lo que hagas puede lastimar ya tu imágen pública. Es más, todo suma para seguir adelante y lograr reunir el dinero con el que pagar el alquiler de cada mes.

Prueba de lo asumido que tiene Nicolas su actual rol, son sus dos últimas películas: «Mon and Dad» y «Mandy”. En la primera, que en Sitges´17 se bautizó como la «meme película», pudo verse a un desatado Nicolas Cage tratando de asesinar a sus hijos en una divertida cinta slasher juvenil que provocó las carcajadas de todos los presentes. En Mandy continúa la fiebre por la sangre y, en ella, se narra la lucha de nuestro héroe contra una secta satánica (pelea de motosierras incluida).

Actor, leyenda y meme. El ciclo de la vida, a veces, es algo demencial y extraño ¿no crees, Simba? Un día estás levantando un Oscar y, al siguiente, estás contando cuántas nominaciones llevas a los Razzies (lleva siete, por cierto).

“Las cosas no salieron como yo había pronosticado. Aceptar eso no es fácil. Pero lo fácil no tiene cabida en la vida de adulto. Éste es mi lugar: detrás del cuerpo de bomberos 47, vale, pero delante de Bob Esponja.” – El Hombre del Tiempo (2005)

2 Comments

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo no será publicada.




 

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.