Cine | La aventura amorosa de Hollywood en el romance alternativo

 

En “El amor en los tiempos del cólera” un Florentino Ariza envejecido hasta la decrepitud le practica sexo oral a una colegiala, en “Lolita” un cuarentón llamabdo Humbert acosa incansablemente a una adolescente fruto de los celos más desmesurados posibles, en “Canción de Hielo y Fuego” (o “Juego de Tronos si eres más de series) Walder Frey toma por novena esposa a una niña de 13 años siendo uno de los hombres más viejos de todo Poniente. Pero claro, todas estas relaciones son heterosexuales…

Call me by your name es una de las favoritas para llevarse el Óscar a mejor película este año, una coproducción de cuatro países rodada en tres idiomas distintos que mantiene al espectador dos horas disfrutando de la historia como si fuesen los recuerdos de uno mismo. Sí, es posible que todos los espectadores no hayan tenido una aventura de pubertad en el norte de Italia por los años 80, también que no haya sido una relación homosexual masculina, pero el encanto de la película va más allá, y es que los personajes se convierten en un cuadro costumbrista de la época y de la edad a la vez que huye de los clichés que arrastran la mayoría de los productos culturales gays.

La polémica de la película, como se viene vaticinando, es que uno de los protagonistas es un adulto formado, mientras que el protagonista en torno al que gira la perspectiva de la película es un adolescente de 17 años, y claro, para según qué gente, esta es la única lectura de la película.

Porque la polémica de las relaciones entre mayores y menores de edad puede y en muchas ocasiones merece ser discutida, pero si la finalidad de la discusión es hacer un discurso homófobo, vuelvan ustedes a sus cuevas.

Pareja protagonista de “Call me by your name”

ALERTA SPOILER (A partir de este párrafo se comentan fragmentos concretos de una película que aún está en los cines, si no quiere saber más de su argumento, detenga aquí la lectura)

Helio es un adolescente normal con toda la torpeza sentimental que eso conlleva, el verano apenas ha empezado y ya le aburre, cuando llega Oliver, un americano que ayuda a su padre en la universidad, y como todos los americanos de veraneo en Europa, es otro insufrible más.

Esta es la premisa principal, sin embargo, Helio tiene que convivir con él, lo que hace que le odie aún más, que se vaya deprimiendo sin saber por qué, que acabe por hacer de tripas corazón y empiece a sacar al americano a dar paseos por hacer algo. Después de la fase de negación, llegarán las dudas, el ansia y los fallos, de los cuales el más importante será follar con una amiga y hacerle creer que tienen una relación por rencor a las primeras negativas de Oliver.

Quizás por todo ello la historia logra atraparnos, porque todos hemos tenido la cabeza hecha un lío de adolescentes y todos hemos cometido errores en lo relacional, más allá de nuestro sexo, género o identidad sexual.

La película poco a poco va asentándose, la historia se formaliza y se evita el cliché del enfrentamiento con los padres, nada logra quitarle el sentido ni la realidad al argumento aunque algunas veces pueda parecerlo. Pero es un drama al fin y al cabo…

No es únicamente una narrativa emocional, también es tiene tintes políticos, históricos o culturales; como una escena en la que Helio y Oliver descansan de su paseo en bici para pedir un vaso de agua a una señora mayor que pela fruta en la puerta de su casa. En esa escena Oliver ve un cuadro de Mussolini y se queda anonadado, a lo que Helio responde “Esto es Italia” y es que en gran parte de la zona norte de Italia, aún hoy: Il Duce e il Duce.

Quizás el único fallo representativo que tiene la película es que por mucho que tratan el tema como tabú y se esconden dado lo homófobo de la Italia de los 80, al final de la película todo el pueblo se ha enterado de su relación; y no se ha visto más que compresión por parte de todos los personajes que han aparecido con un mínimo de guión en la última hora de la película.

De tanto esquivar el cliché, parece que se han saltado una realidad, y es que aún hoy dos años después de haber aprobado el matrimonio homosexual (sin adopción), Italia no es precisamente un país “gay-friendly” como manifiesta el informe “Jo Cox” realizado por la Comisión contra la intolerancia, la xenofobia y los crímenes de odio en Italia, donde se recoge entre otros muchos datos que el 23’3% de la población homosexual italiana ha sido amenazada y ha sufrido daños físicos.

Informe Jo Cox completo:

Aún con todo esto y en base al argumento, la película tiene una gran competidora en temática amorosa: La forma del agua. La última historia de Guillermo del Toro consigue superar sus propios personajes y abarcar sentimientos como la soledad, el hastío o la tristeza que se subyace de los problemas de comunicación.

Pareja protagonista de La forma del agua

Del Toro consigue enlazar el universo de Hellboy con una historia independiente en esta película, una historia protagonizada por una mujer discapacitada, en este caso muda. Aunque el resto de personajes, sí que es verdad que no tienen nada de revolucionario: un agente del FBI malo malísimo para el que su país lo es todo pero maltrata a su mujer, una mujer negra como empleada de la limpieza que procura decir lo menos posible, ya que la película está ambientada en la Guerra Fría y a ella le tocaba ir en la parte de atrás del autobús de la sociedad, un pintor homosexual que no llega a fin de mes y se siente irresolublemente solo, porque ni la pintura ni la homosexualidad gozan de un auge en la época precisamente, y un espía soviético con gran corazón pero subyugado a la fría burocracia del Moscú postestalinista.

Pero como se ha mencionado antes, el encanto de la película no está en la sinopsis, sino en cómo transmiten las escenas en las que la mujer que no encaja con los cánones clásicos de la sociedad occidental y un ser anfibio del que no se sabe nada están juntos y se comprenden sin poder articular palabra. Aunque por desgracia, La forma del agua tiene un hándicap y es que en 2012 una película ya ganaba el Óscar al juntar los conceptos de historia de amor y dificultad de comunicación (la película muda The Artist).

Vuelve a darse la clásica división en el mundo del cine: ¿Lo alternativo o lo comercial? ¿La favorita de Sundance o la favorita de los Globos de Oro? ¿Minimalismo o efectos especiales?

Lo que podemos sacar en claro es que las películas con una temática amorosa parecen estar en auge desde hace ya unos años siempre y cuando consiguen tocar algún botón más allá de la estructura canónica de: chico conoce a chica, se enamoran sin saber muy bien cómo y todo termina bien. Aunque lo más seguro es que hasta un par de meses antes de los Óscars de 2019 no se vea mucho de este estilo, ya que tienen un periodo muy limitado de hype y para que el director financie la siguiente, estas deben tener peso en la gala.

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