Cinco razones por las que el Orgullo Gay sigue siendo necesario

Por Roberto Santos

Hoy, 28 de junio se celebra el día del Orgullo Gay, una fecha para reivindicar los derechos de gais, lesbianas, bisexuales y transexuales e instar al resto de sociedad a que practique el respeto y la igualdad con este colectivo que lleva siglos sorteando la discriminación a nivel mundial a causa de su orientación sexual, como si el amor tuviera género, como si se pudiese poner etiquetas a la emoción, a la pasión, al SEXO con mayúsculas y como si acaso importasen a alguien.

La conmemoración tiene su origen en los disturbios de Stonewall, un bar en el neoyorquino barrio de Greenwich Village, el 28 de junio de 1969. Ante una redada policial para arrestar a homosexuales, las personas presentes en el local se rebelaron contra los abusos policiales. Esta movilización dio pie a una serie de protestas ciudadanas, marcando el inicio del movimiento de liberación homosexual. Aunque de todo esto ya os hablé en este otro artículo.

Este año, en Madrid, la fiesta del Orgullo Gay está de doble celebración, por un lado el Orgullo Gay de siempre y por otro la celebración del World Pride que convierte a la capital de España en la capital mundial del Orgullo LGTBI. Un privilegio que Madrid se ha ganado a pulso, porque en los últimos daños se ha convertido en una ciudad abierta y diversa, donde una gran parte de la sociedad no tiene ningún problema con las diferentes formas de amar, con la transexualidad y en general con toda la diversidad de gentes que la habitan.

Mucha gente me dice que ya no tenemos motivos para celebrar el Orgullo, que no existe el «Orgullo hetero» y que si realmente queremos ser iguales no se entiende que salgamos a la calle en carrozas, se ve que hay gente que no sabe que además salimos con pancartas y un montón de reivindicaciones, e incluso hay quien habla de que se ha perdido la esencia y que se ha convertido en un negocio. Pues bien, hoy os voy a explicar porque este que escribe, el 1 de julio saldrá a la calle y se unirá a la marcha de Madrid sin dudarlo y porque seguimos y seguiremos haciéndolo.

Estás son mis razones:

-1. Porque ser homosexual todavía es un delito.

Ya sé que en España no, pero para los que no lo sepan, según el estudio más reciente de ILGA, la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales y Personas Intersex (LGBTI), del que encontraréis todos los datos aquíexisten 72 países a nivel global que penalizan las relaciones consensuales entre personas del mismo sexo con cárcel, rotura y en 8 de ellos, incluso con la muerte.

En países como Irán, la homosexualidad se castiga con latigazos. En Argelia, con penas de cárcel, y cadena perpetua en Bangladesh. En Mauritania, Arabia Saudí, Sudán o Yemen, la normativa concibe la pena de muerte para el adulto homosexual.

En otros tantos países, la legislación habilita a las autoridades a perseguir y castigar a cualquier persona que promocione los derechos de la comunidad LGBTI. Rusia por ejemplo tiene una ley de «propaganda gay» que ha sido considerada ilegal por el tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, ya que según dice la sentencia es discriminatoria y viola la libertad de expresión, además de que ha sido utilizada como excusa y cobertura para abusos y violencia.

En otros puntos del mundo que no cuentan con leyes que criminalizan las relaciones homosexuales, el problema sienta sus bases en la persecución, ataques y abusos de la que son víctimas toda la comunidad LGBTI. De hecho, hay países que legislativamente se pueden considerar algo más abiertos como Sudáfrica, que es considerado el más gay friendly de África y donde sin embargo existe una gran discriminación social hacia el colectivo y en algunas regiones rurales se producen violaciones múltiples a mujeres lesbianas con el «objetivo de curarles la homosexualidad», entre otras muchas cosas de las que podéis encontrar información en artículos como este.

-2. Porque en España la violencia contra la comunidad LGTBI va en aumento

Y no, no lo digo yo, sino que lo dice el propio ministerio de Interior, que además nos arroja datos concretos sobre este aumento de la violencia contra la comunidad LGTBI en su informe sobre incidentes de odio de 2016, presentado recientemente por el Ministerio del Interior, Juan Ignacio Zoido.

Dicho informe nos alerta de que los delitos de odio por homofobia han aumentado en el último año un 36% en toda España. Concretamente en 2016 las fuerzas del orden tuvieron conocimiento de 230 delitos homófobos frente a los 169 de 2015. Es importante que tengamos en cuenta además, que solo en el primer semestre de 2017, las agresiones homófobas han aumentado ya un 40,9%, lo que nos indica que las agresiones no solo siguen en aumento, sino que además aumentan a un ritmo absolutamente alarmante, ante la pasividad de un Gobierno que no parece muy interesado en acabar con esto.

Ojo, que estos son los datos de las agresiones denunciadas, pero ¿cuántas puede haber habido en ciudades pequeñas o pueblos, incluso en las grandes capitales, que no han sido denunciadas por miedo? Según el Observatori Contra l’Homofòbia en Catalunya, las agresiones denunciadas solo representan un 60% de las que se dan, así que no es muy difícil sacar cuentas y sumarle un 40% a las agresiones denunciadas.

Pero como somos un país muy de superarnos a nosotros mismos, en lo que va de año y solo en la Comunidad de Madrid, el observatorio contra la LGTBfobia ha registrado ya 107 incidentes frente a un porcentaje de denuncias muy inferior. La explicación se debe a que el colectivo LGTBI aún tiene reparos en revelar a un hombre uniformado de la Policía que le han pegado o insultado por su condición sexual. Cosa que esperemos pueda cambiar con la creación de LGTBIpol, una asociación integrada por miembros de la Guardia Civil y la Policía Nacional sensibilizada con los delitos de odio, cuyo objetivo es defender los derechos de los integrantes del colectivo LGTBI y también dar visibilidad a este colectivo dentro de las fuerzas de seguridad del Estado.

Además, no podemos olvidar que en esta misma semana de celebración del World Pride en Madrid ya hemos tenido una agresión a un joven homosexual, por parte de un grupo de nazis, que fueron liberados poco después de su detención. ¿Qué clase de legislación tenemos que vuelve a poner a estos energúmenos de nuevo en la calle al poco de agredir a alguien?  

-3. Porque existen organizaciones que nos atacan constantemente

Todos recordamos el autobus de Hazte Oír y sus mensajes transfóbos dirigidos además a los menores transexuales con el objetivo de estigmatizarlos, discriminarlos y hacerlos sentir diferentes. Está asociación goza de la distinción de ser considerada de “utilidad pública”, lo que supone que puede desgravar sus donaciones hasta en un 75%. Y todo esto gracias al Partido Popular y al exministro de Interior, Jorge Fernández Díaz.

Sabemos que la asociación recauda dinero a través de donaciones y cuotas a sus socios, lo que al parecer y según se ha publicado en varios medios les lleva a manejar una cifra de 2,6 millones de euros. Dinero que usan en campañas contra la comunidad LGTBI, el aborto y el feminismo. Vamos, lo que sería una asociación ejemplar si Franco siguiera vivo y claramente de «utilidad pública» para los señores del Partido Popular, que ya sabemos de donde viene.

El pasado mes de marzo, Unidos-Podemos y el Partido Socialista pidieron al Gobierno que retirase la calificación de utilidad pública a Hazte Oír. Sin embargo, la asociación ultra sigue siendo recibiendo dinero de la administración, concretamente el 8% de sus ingresos, según explican ellos mismos en su propia web.

Otra «asociación» que nos ataca constantemente es la Iglesia Católica, donde sus obispos y sacerdotes, curas o como quieran llamarse, se desmelenan y hacen apología del odio sin ningún tipo de pudor y sobre todo sin que pase nada, es decir, de forma absolutamente impune. Se ve que solo es recriminable y terrible que alguien en Twitter haga un chiste sobre Carrero Blanco, pero que alguien desde un púlpito o altar grite o clame contra todo un colectivo es una cosa fantástica de la que la justicia española pasa ampliamente, por lo que sea.

¿Ejemplo más reciente?, pues cómo no, siempre tenemos alguno calentito, porque estos como lo hacen desde la impunidad, no paran. El último, un cura de L’Hospitalet de LlobregatCustodio Ballester, según el cual » la homosexualidad sigue siendo un pecado gravísimo”. Este señor desde su púlpito afirmó a sus feligreses, que «los homosexuales mostrarán en Madrid sus vergüenzas públicamente y el fin de semana, vendrán a hacerlo también en Barcelona«Acabaréis pensando que eso de ser gay está bien, y resulta que no». Además, en un intento de victimizarse a la vez que ataca y suelta todo su odio de forma absolutamente impune, añadió: «sigue siendo pecado ser homosexual por mucho que lo promuevan los poderes públicos», en su discurso, absolutamente crecido ya, criticó que se condenen “delitos de odio a los homosexuales” para llegar al momento catarsis clerical y hacerse la víctima de la vida, pese a todas las barbaridades dichas, «Un día vendrán los Mossos y esposarán a todos los curas que digamos la verdad y nos llevarán presos», no caerá esa breva y desde luego ya están tardando en hacerlo. Este señor además es famoso por celebrar el pasado mes de noviembre una misa a la «División Azul».

-4. Porque tenemos que recordar y rendir homenaje a todos los que lucharon para que nosotros disfrutáramos de los derechos actuales.

Son muchos los nombres que se me vienen a la cabeza, pero hay uno a quien quiero hacer una mención especial, porque gracias a él, a su trabajo y a su activismo, hoy nos podemos casar en España, entre otras muchas cosas. Gracias a Pedro Zerolo, que nos abandonó el 9 de junio de 2015 y que vivió una vida dedicada al activismo desde COGAM y después desde el PSOE, hoy gozamos de muchas leyes a favor del colectivo y vivimos en una sociedad que acepta de forma mayoritaria la diversidad, aunque aún quede mucho por hacer, él es responsable de gran parte de los avances conseguidos.

Pero no es el único y no todos son españoles, Carla Antonelli, Shangay Lily, Angela Alfarache Lorenzo, Coral Herrera, Luis Algorri, Tomás Fábregas, Beatriz Gimeno, Daniel González Rojas, Iñigo Lamarca Iturbe, Harvey Milk, Jon Hall, Fritz Klein, Tom Waddell, Ifti Nasim, Adela Hernández, Luis González de Alba y una larguísima lista de personas que luchan o han luchado por los derechos LGTBI en el mundo entero.

Por todos ellos, porque su lucha no puede quedar en el conformismo de lo que gracias a ellos hoy disfrutamos en muchos países, como por ejemplo el nuestro, no podemos dejar de manifestarnos, no podemos abandonar la lucha, ni perder de vista el objetivo final, la igualdad plena.

-5. Porque aún faltan muchas cosas por conseguir

Entre otras cosas, en España estamos pendientes de que se apruebe la ley registrada en el Congreso de los Diputados por Unidos Podemos, de igualdad LGTBI, que consideramos de vital importancia para poder combatir la homofobia.

El bullying en las aulas sigue siendo un problema que desgraciadamente lleva a muchos adolescentes LGTBI al suicidio o a depresiones profundas, situaciones por las que no tendrían que pasar nunca y que se pueden evitar con protocolos de actuación unificados y asignaturas que conciencien y eduquen en la igualdad, como Educación para la Ciudadanía, fulminada brutalmente por el PP por motivos ideológicos.

La aceptación de la transexualidad y acabar con la discriminación que sufre este colectivo, así como con la consideración de estas personas como enfermas cuando no lo son.

Y un larguísimo etc de reivindicaciones no solo en España, sino en todo el mundo, para conseguir que llegue el día, en que la comunidad LGTBI de todo el planeta viva de forma libre y en igualdad de condiciones con el resto. Y ese objetivo todavía está muy lejos y por eso mismo, este sábado saldremos y seguiremos saliendo año tras año. Por eso mismo, nos seguiremos juntando en todas las ciudades en las que podamos, para que todo el mundo pueda ver que somos millones, millones de personas heterosexuales, homosexuales, bisexuales, transexuales, queer, intergénero o asexuales, que queremos vivir en un mundo donde cada uno pueda ser como es de forma libre y sin tener que esconderse, tener miedo o justificarse. Millones de personas que creen en la igualdad y la libertad. Y a los que no os gusta, solo deciros una cosa, cada año somos más y seguiremos creciendo, porque aunque nos insultéis, saquéis autobuses o nos peguéis por la calle viniendo a por nosotros en manada, se ve que de a uno no sois tan valientes, nosotros seguiremos levantándonos y saliendo, así es como os ganaremos la batalla y creedme, la vamos a ganar.

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