Cataluña, un volcán regado con gasolina política

Por Roberto Santos

Cataluña es sin duda el tema de conversación en todas las tertulias ya sean televisivas o en cualquier bar de España. Y ahora tras la intervención policial para tratar de impedir el referéndum de independencia en Cataluña que ha dejado más de 800 heridos, es también tema de interés en el resto del mundo.

Llevo todo el mes haciendo un ejercicio de contención y mordiéndome la lengua, autocensurándome para no escribir sobre este tema, pero ya no me aguanto y tampoco quiero hacerlo más. Pero antes de daros mi opinión, dejarme que os cuente un poquito de lo que ocurrió ayer, para poner también mis propias opiniones en antecedentes.

Jornada de Huelga

Ayer Cataluña afrontaba una huelga general respaldada por los principales sindicatos y organizaciones independentistas, en protesta por la actuación policial del pasado domingo contra el referéndum de independencia no autorizado por el Estado español, que dejó a más de 800 votantes heridos.

El paro de actividades profundiza aún más la crisis política en España, la mayor de nuestro período democrático, atizada por la posibilidad de que el gobierno catalán con Carlos Puigdemont a la cabeza pida al parlamento regional que declare de forma unilateral la secesión, lo que sin duda provocaría la aplicación del artículo 155 de la Constitución por parte del Gobierno central, que ya está siendo presionado por Ciudadanos y por sus bases más conservadoras para que lo haga ya sin esperar a que el Govern de más pasos hacia la independencia.

 

Las autoridades de la Unión Europea, entre otras voces del ámbito internacional, han criticado el uso excesivo de la fuerza por parte de la Guardia Civil y la Policía Nacional contra votantes desarmados el pasado domingo para impedir la consulta y dar cumplimiento a una orden judicial, rindiéndose a la evidencia que mostraban las imágenes del pasado 1 de Octubre donde todo el mundo pudo ver un uso desmedido de la fuerza y la dantesca imagen de gente con papeletas recibiendo porrazos por el mero hecho de querer votar. Y es que hay imágenes que son muy difíciles de explicar, lo mires por donde lo mires.

Mariano Rajoy afirmó que se limitaron a cumplir «con su obligación» pero, desde Barcelona, los independentistas denunciaron una «represión injustificada” y le guste o no al presidente, esa es la imagen de España que ha transmitido al mundo. Una imagen de represión, que se sitúa muy lejos de lo que debería ser una democracia europea.

En este contexto se ha desarrollado la huelga en Cataluña que ha tenido un seguimiento «muy elevado» en sectores como el transporte, el comercio, la estiba o la agricultura, según los sindicatos minoritarios, impulsores de la movilización y que la calificaron de «huelga general».
Los sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO se sumaron finalmente a la protesta aunque previamente aseguraron que no lo harían y la denominaron como un “paro de país”.

Escraches a policías y guardias civiles

Y mientras todo esto ocurre, hemos visto también desde la noche del lunes como centenares de personas hacían escraches a guardias civiles y policías nacionales a las puertas de los hoteles donde se alojan en Cataluña parte de los 12.000 policías y guardias desplazados por la convocatoria de la Generalitat del referéndum sobre la independencia.

Una manifestación tuvo lugar en los alrededores del hotel Vila de Calella de Barcelona; otra, en las calles del municipio de Calella; y así la imagen se repitió en varios puntos más al grito de, por ejemplo, «No sois bienvenidos», escoltados por insultos y lanzamiento de botellas. Incluso, hubo agentes que aseguraron haber sido amenazados de muerte.

La Asociación Unificada de Guardias Civiles denunció el acoso y la hostilidad contra los guardias civiles que está provocando «situaciones muy difíciles en el seno familiar de trabajadores que hace hasta escasas fechas vivían plenamente integrados en Cataluña”.

Tras esto el Ministerio del Interior, dirigido por Juan Ignacio Zoido, ha comunicado que los agentes desplazados en la comunidad, incluidos los que se alojan en tres buques en el puerto de Barcelona, se quedan hasta el día 5 de octubre.

La jornada de paro que se ha vivido este martes en Cataluña se convirtió en una protesta contra la actuación policial del pasado domingo, convirtiendo a los agentes en el objeto de la protesta. Según fuentes de la policía nacional, los agentes allí desplazados se sienten en situación de desamparo por parte del Ministerio de Interior. Y el portavoz del sindicato de la Guardia Civil (AUGC), Juan Fernández, se preguntaba el pasado lunes dónde están los directores generales de la Policía Nacional y de la Benemérita, tachando de «fracaso» el dispositivo preparado por el coronel Diego Pérez de los Cobos.

Los sindicatos policiales y asociaciones de guardias civiles han comenzado a filtrar que la operación fue fruto de la improvisación, de ahí que se tuvieran que meter a los policías y guardias en tres buques, mientras que se dejó desprotegidos a otros cientos en hoteles y pensiones de la comunidad. Por su parte el ministro Zoido ha intervenido para prometer que defenderá «la dignidad» del cuerpo, aunque para muchos agentes está intervención llegó muy tarde.

La situación no parece que vaya a mejorar en los próximos días, lo que sí sabemos es que de momento los agentes desplazados se quedan en Cataluña.

Tensión en las calles

La jornada de huelga de ayer también nos dejo momentos de gran tensión frente a la sede del PP y, en especial, en la de Ciudadanos, donde los parlamentarios Fernando de Páramo y Carlos Carrizosa tuvieron que salir escoltados por la policía. Tras esto, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, hizo un llamamiento a la calma, ante el temor de que la situación se les vaya absolutamente de las manos.

https://twitter.com/ferdeparamo/status/915157396141543425

Y mientras los políticos…

Sea como sea, el Partido Popular por su lado dedicó la mañana del martes a caldear el ambiente de forma absolutamente irresponsable y desde luego en el peor momento posible. Rafael Hernando afirmó que «ERC y la CUP están deseando que haya muertos en Cataluña» e instó a Puigdemont, a parar la «confrontación civil» y convocar elecciones, en lugar de esconderse detrás de «turbas violentas”.

No contento con eso, no quiso desperdiciar el momento y acusó a Puigdemont y al dirigente de ERC, Oriol Junqueras de llevar a cabo una «política de corte nazi para acosar al discrepante y convertir a las personas en máquinas que no piensan las consecuencias de sus actos”.

Pablo Casado tampoco quiso perder la oportunidad de echar un par de leños a la hoguera, comenzó lamentado la «persecución a la policía y la Guardia Civil» y aseguró que las «imágenes de las cargas policiales que se han trasladado fuera de España son sesgadas”. Se ve que piensa que existe un complot internacional contra el Partido Popular o a lo mejor se acaba de enterar que la prensa internacional no es servil como la española, sino mucho más independiente y comprometida con la verdad.

Y como colofón a su intervención, añadió que los Mossos pusieron «en riesgo» la integridad de los policías y guardias civiles y asegura que espera que «Trapero (el jefe de los Mossos) pague por ello”.

Parece obvio, que desde Madrid, los miembros del partido que gobierna, no están precisamente tratando de rebajar la tensión y buscar una solución negociada, ni siquiera por responsabilidad. De no creer.

Por su parte el PSOE ha presentado una interpelación urgente este martes en el Congreso de los Diputados en la que solicita la comparecencia de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en su condición de “coordinadora de la acción del gobierno”, por las cargas policiales del 1 de octubre.

El pasado 1 de Octubre, Pedro Sánchez ya anunció que el PSOE rechazaba y denunciaba los altercados violentos y anticipó que exigirían responsabilidades políticas. Pues bien, lo han hecho, elevando el tiro un poco más alto del ministro de Interior, pero ojo, sin apuntar directamente al máximo responsable del Gobierno, Mariano Rajoy.

Según Margarita Robles, portavoz del PSOE en el Congreso, “la responsabilidad política última de las cargas es de la señora Sáenz de Santamaría” y ha asegurado que “es difícilmente aceptable que mientras en Cataluña había cargas policiales hiciera una comparecencia diciendo que no estaba pasando nada”.

Esto ha pillado con el pie cambiado al Partido Popular que esperaban que en está ocasión el objetivo del PSOE fuera Zoido y no la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, lo que hace que muchos en el PP se empiecen a preguntar por la solidez de su alianza con el PSOE.

Podemos, por su parte, no ha querido desaprovechar esta iniciativa socialista para volver a presionar con la moción de censura. Su portavoz en el Congreso, Irene Montero, ha garantizado el apoyo de su grupo a la reprobación a Santamaría, pero ha querido dejar bien claro, que el máximo responsable de lo sucedido el 1 de octubre es Mariano Rajoy y que, por tanto, si el PSOE quiere una “reprobación de verdad” debe poner en marcha una moción de censura para convocar elecciones. En esta moción tendría el apoyo de Podemos aunque ambas formaciones tendrían que «hablar» si ese Ejecutivo provisional estaría formado por ambos partidos.

Y es que tras los últimos acontecimientos si hay una obviedad incuestionable es que Mariano Rajoy no solo es el máximo responsable de todo lo que está ocurriendo, sino que además es incapaz de solucionar el conflicto sin hacer aún más grande la fractura social. Pese a ello, el presidente, que se ve que está muy cómodo en su sillón no se plantea la dimisión ni siquiera por responsabilidad de Estado.

En Ciudadanos el anuncio del PSOE no ha gustado nada y ha caído como un jarro de agua fría. Villegas ha criticado duramente a los socialistas, “Me preocupa que en un día como hoy, después del domingo y con una DUI anunciada, la prioridad del PSOE sea la reprobación de la vicepresidenta”. Según Villegas “es momento de aportar soluciones”. Ciudadanos considera que “habrá tiempo para valorar la actuación del Gobierno el 1 de octubre”, que consideran “un fracaso”, pero asegurando que “en este momento no es lo fundamental”.

¿Y cual es la prioridad para Ciudadanos en este momento? Ni más ni menos, que la aplicación inmediata del 155 de la Constitución para convocar elecciones autonómicas en Cataluña cuanto antes, según ellos. Y es que en la formación naranja empiezan a cuestionar los tiempos de Rajoy: “La unidad no puede ser en la inacción y en la falta de liderazgo. La unidad es para hacer algo. El Gobierno debe actuar antes de la DUI. Esperar a que se te rompa el país para actuar es contraproducente. Cada día que pasa sin actuar se empeora la situación”.

La Fiscalía

Y pese a la presión internacional y la evidencia del uso excesivo de la violencia del que se discutió en el parlamento europeo y que ha sido criticado por varios organismos internacionales, nos encontramos con que la Fiscalía, considera que las cargas de la Policía Nacional y la Guardia Civil durante la operación del domingo contra el referéndum de independencia “en absoluto afectaron a la convivencia ciudadana”.

En un escrito presentado al Juzgado de Instrucción número 7 de Barcelona, que investiga la causa tras una denuncia de la Generalitat, el fiscal Juan Carlos Padín sostiene que las medidas policiales sí “afectaron, sin duda, a los numerosos grupos de personas que de forma irresponsable habían sido convocadas por el Govern”. “Personas que de forma voluntaria, concertada y coordinada se agolparon en determinados lugares de Barcelona, congregándose en sus puertas para de forma tumultuosa impedir a los agentes intervinientes cumplir la resolución judicial de impedir el referéndum”.

Vamos, que para la Fiscalía la culpa es de los manifestantes y no de quien dio la orden de cargar contra los manifestantes a los agentes, regalándonos escenas de violencia extrema absolutamente vergonzosas.

Pues en este escenario, donde día a día se va echando gasolina desde ambos bandos, el único resultado posible es una explosión que no sabemos qué nos dejará después.

El Discurso del Rey

El martes acaba con el mensaje institucional de Felipe VI, un discurso de apenas 6 minutos que le han bastado para atacar con dureza al Govern de Puigdemont y calificar el desafío independentista como un movimiento «al margen del derecho y de la democracia». «Estamos viviendo momentos muy graves para nuestra vida democrática». 

Además el Rey ha acusado a los impulsores del 1-O de haber dividido a la sociedad catalana y quebrantado la armonía social en Cataluña: «Han pretendido quebrantar la unidad de España y la soberanía nacional, que es el derecho de todos los españoles a decidir su vida en común».

«Han socavado la armonía y la convivencia en la propia sociedad catalana, llegando desgraciadamente a dividirla», ha asegurado el monarca.

Además Felipe VI ha advertido al Govern, encabezado por Puigdemont que «con su conducta irresponsable incluso puede poner en riesgo la estabilidad económica y social de Cataluña y de toda España». 

No tenemos más antecedentes de mensajes de este tipo por parte del Rey más allá del que se produjo en el intento de golpe de estado del 23F. De las palabras del monarca se deduce un claro apoyo a la aplicación del 155 de la Constitución, lo que sin duda allana el camino al Gobierno de Mariano Rajoy para ponerlo en marcha: «Ante esta situación de extrema gravedad, que requiere el firme compromiso de todos con los intereses generales, es responsabilidad de los legítimos poderes del Estado asegurar el orden constitucional y el normal funcionamiento de las instituciones, la vigencia del estado de derecho y el autogobierno de Cataluña, basado en la Constitución y en su Estatuto de Autonomía». 

Para finalizar, Felipe VI ha querido lanzar un mensaje al conjunto de los españoles «de tranquilidad, de confianza y de esperanza», admitiendo al mismo tiempo que los que hoy se viven «son momentos difíciles» que, sin embargo, se superarán. «Son complejos, pero saldremos adelante», reiteró para después concluir con que «creemos en nuestro país y nos sentimos orgullosos de lo que somos»

Mi opinión

Llevo todo el mes tratando de no dar mi opinión sobre este tema, porque estaba saturado por las opiniones de los demás, pero hoy lo voy a hacer y voy a ser muy claro. Echo de menos política de altura desde ambos lados, porque hasta ahora lo que veo es política de patio de colegio, qué queréis que os diga, me parece vergonzante y una clara muestra del bajo nivel de nuestros políticos.

No entiendo como habiendo llegado hasta este punto aún no se ha abierto una vía de diálogo para buscar una solución consensuada y apaciguar los ánimos. No entiendo la negativa porque sí a un referéndum pactado y vinculante con todas las garantías, más allá del proteger otros intereses como los de la monarquía, a la que evidentemente esa solución no le conviene en absoluto porque nada impediría que alguien pida otro en ese sentido. Pero ¿de verdad sería tan malo enfrentarnos a la realidad y consultar a los ciudadanos sobre lo que quieren?

Ahora bien, también creo que tanto Puigdemont como Junqueras deben ser consecuentes con sus actos y asumir las consecuencias de los mismos, porque en lo que pasó el domingo ellos también tienen gran parte de responsabilidad y no seamos cínicos, la gasolina ha fluido desde todas las direcciones.

Es hora de comportarnos como auténticos demócratas, y no basta con decir que lo somos, también hay que serlo. Y para mí eso se traduce en que la solución debe llegar desde el diálogo, la negociación y la política de altura, es decir, una política que en vez de buscar el rédito electoral por una vez se ponga al servicio de la ciudadanía y hagan lo que tienen que hacer.

Basta ya de decir sandeces como que la Constitución es intocable porque eso es una reverenda mentira y lo sabemos todos. Basta ya de jugar a prometer reformas y luego escudarse en la falta de acuerdos para no hacer nada, ¿cómo va a haber acuerdos de ningún tipo si no se negocia nada? Y sobre todo, basta ya de tomarnos el pelo y utilizar a los ciudadanos cada uno a su conveniencia. El problema no somos los ciudadanos y ciudadanas de este país, el problema es que nuestros políticos son una auténtica mierda, incapaces de ver que en este país hay que readaptarse a la realidad de los tiempos y que hay reformas que no solo son necesarias, sino que son de pura salud democrática.

Y como ya me he puesto, termino. Basta ya de enfrentarnos a unos contra otros, basta ya de trasladarnos los problemas que son incapaces de resolver. Yo no tengo ningún problema con Cataluña y tampoco lo voy a tener si votan que se quieren ir en un referéndum legitimo, pero eso sí, me parece tan triste que a estas alturas estemos hablando de levantar fronteras en vez de aprender a convivir…

Lo que tengo claro, es que ni con mensajes del Rey, ni sin ellos, se van a arreglar las cosas, porque lo que tiene que haber es voluntad política. No caigamos en la trampa de demonizarnos unos a otros y no seamos tan necios como para no entender que el independentismo es un sentimiento y contra eso no se puede luchar a porrazos. Tampoco podemos obviar a los que no se sienten así y justamente por eso, creo que es imprescindible que se haga un auténtico referéndum que de voz a los catalanes y catalanas. Una solución negociada y democrática es para mi la solución más lógica en una democracia y no debería suponer un problema para nadie. ¿Acaso no somos demócratas?

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