Ni catalán ni español, del mundo

Por Joan Jordi Abentín

Lo que está claro es que en Cataluña nadie hace nada para defender lo que tendría que ser más importante, la cultura. Y ahora, quieren quitarnos el catalán en las escuelas…

El problema es que ya se juega con la educación de la gente, ya se juega con lo que es de todos y ya se juega con lo que afecta a independentistas y no independentistas. Estamos continuamente luchando por la nación y no vemos que esto es muy grave ya que únicamente estamos centrados en ello y no se ha formado ni gobierno. Y si no lo hay, nadie des de la presidencia de Cataluña puede defender nada.

Mientras el PP y C’s están en lucha continua por ver quién fabrica más independentistas y quien divide más, el independentismo está en lucha continua por ver quién es más mártir y quien tiene más en la cárcel (están de forma injusta, pero el otro día, Mireia Boya de la CUP, parecía que quería entrar…). Y a partir de aquí no hay nada más y cada uno juega sus cartas. Los que estamos en el medio, nos critican, mienten sobre nosotros, nos ocultan, nos vetan leyes… todo. ¿Y sabéis por qué lo hacen? Porque saben que tenemos razón. Saben que si nosotros enseñamos nuestro proyecto de futuro, ellos no podrán competir contra ello. La diferencia es clara, la izquierda popular propone progreso, un país para la gente y unas instituciones para todos. El “bucle” en el que estamos metidos, ¿qué proyecto tienen? Y no me vale que digan unidad de España o un país libre. Quiero que me digan qué quieren de la Sanidad, de la Educación Pública, de la economía, de los municipios… No tienen nada. Ni C’s, ni PP, ni CIU/PDeCAT, ni CUP y parece que ni partes de ERC o del PSOE lo tienen.

Es doloroso hacer un tweet para debatir de política y te salgan veinte independentistas fanáticos insultándome, diciéndome facha y dándome lecciones de como soy (me pasó ayer). También lo es hacer otro tweet y tener respuestas diciéndome nazi, catalán de mierda, etc.

Todos se quejan del otro bando que se han iventado, todos se quejan de que los otros insultan, todos se quejan de que los otros van de listos…, y ambas partes lo dicen de la otra y se retroalimentan. Pues ya os digo, ellos se quejan cuando son criticados por la otra parte pero a los que estamos en el medio, ¡recibimos por ambas!

Y al final pienso, ¿vale la pena?, ¿vale la pena estar defendiendo una bandera que nunca te dará de comer?, ¿vale la pena discutir con los demás por esto?, ¿insultar en un simple debate? ¡Claro que no! Claro que no porque los mismo que me dicen “imbécil” y otras peores por el twitter les pasa lo mismo que a mí. No podemos pagar la matrícula universitaria, sufrimos cada vez que tenemos un familiar en la sanidad pública por culpa que la devalúan, tenemos que ir con el Cercanías de turno porque el tren es carísimo, sufrimos el 50 por ciento de paro juvenil y los mayores tendrán unas pensiones precarias.

Así que yo no quiero dos manifestaciones de un millón de personas cada una. Quiero una de dos millones, defendiendo la escuela catalana, pero también todos los derechos fundamentales olvidados durante todo este tiempo, y que de paso, que condene la corrupción tan elevada de nuestro país.

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