Caso Sultana Jaya: Un Gobierno mudo, sordo y ciego

El Gobierno de España deja sola a una digna mujer saharaui ante los matones que rodean su casa.

“Que ninguna mujer se sienta sola, todas estamos juntas”. Lo dijo la ministra de Igualdad, Irene Montero con motivo del Día Internacional contra la Violencia de Género, el 25 de noviembre.

Un lugar donde las mujeres sufren permanentemente la violencia es en los territorios del Sáhara Occidental ocupados por Marruecos. En ECS Lehbib Abdelhay escribió que la violencia contra la mujer saharaui es una de las violaciones de los derechos humanos más reiterada y que cada vez afecta a un mayor número de mujeres, “víctimas de violencia por parte de las fuerzas marroquíes por razón de su pensamiento político”.

Como gran ejemplo de esta violencia señaló a Sultana Jaya, la activista saharaui que desde hace un año, junto con su familia, sufre palizas y torturas: “Las fuerzas de represión practican un asedio policial por medio de barreras humanas que bloquean la entrada. Además impiden el acceso a visitantes, siendo alguno de ellos también maltratados”.

El caso de Sultana, “retenida en su propia casa y siendo vigilada las 24 horas por supuestos policías marroquíes, los mismos que la agreden, la humillan y la violan; un año sin respuesta ni ayuda internacional”, ha sido relatado por El Confidencial con motivo del 25 de noviembre, haciéndose eco de la campaña de recogida de firmas de la Asociación Saharaui Comunidad de Madrid (ASCM), para remitirlas a la ONU, al Parlamento Europeo, la Cruz Roja Internacional, Amnistía Internacional y al Parlamento Español para salvar la vida de la activista y de su familia.

Particularmente a la ministra de Igualdad se ha dirigido Luis Portillo Pasqual del Riquelme, miembro del Centro de Estudios sobre el Sáhara Occidental (CESO) de la Universidad de Santiago de Compostela, de Western Sahara Resource Watch-España (WSRWE) y del Movimiento por los Presos Políticos Saharauis (MPPS), para que, en caso de que no lo conozca, sepa lo que están padeciendo Sultana, que fue infectada de Covid, sus hermanas Luaara Um–Almumnin, y su madre, Minatu Embeirik, de 84 años.

Este es el texto de la carta para la ministra Irene Montero:

“Llegamos al Día Internacional contra la violencia machista sin que el Ministerio de Igualdad, y en particular su ministra feminista hayan alzado la voz o movido un solo dedo en apoyo y defensa de la ciudadana y resistente saharaui Sultana Jaya. Un Ministerio sordo, mudo, ciego y discriminador ante un crimen internacional (IV Convención de Ginebra) como es la anexión marroquí de los territorios ocupados del Sáhara Occidental, la violación de Sultana Jaya, el ultraje a su familia y el constante asedio a su vivienda.

Mientras en las fachadas institucionales de nuestro país se cuelga publicidad morada, haciendo alusión a la defensa de las mujeres («No estás sola»), Sultana Jaya está sola en lo que respecta al debido apoyo de su Ministerio de Igualdad.

O bien la ignorancia es mucha (¿de todo un Ministerio?), o bien la hipocresía y la cobardía institucional superan con mucho esa ignorancia culpable.

España es la Potencia Administradora de derecho de nuestra ex-Provincia 53 y, por consiguiente, conforme a la Ley Internacional, tiene la obligación de proteger a sus ciudadanos. Se trata, en este caso, de una ciudadana valiente, luchadora, consecuente y merecedora de ser premiada por su resistencia a los matones y criminales que la asedian desde hace ya un año y que la han vejado y violado.

Pero, en lugar de protegerlos, España, el Gobierno español, entrega ciudadanos saharauis a Marruecos para que los torturen y encarcelen, y hace oídos sordos al grito ensordecedor de Sultana Jaya pidiendo ayuda a los países «civilizados», entre los que España tiene una responsabilidad y culpabilidad primordiales.

No creemos en ese feminismo de colores y pandereta. No nos basta con que la ministra de Igualdad encabece la manifestación del 25 de noviembre.

Queremos una denuncia en toda regla de ese Ministerio ante las autoridades marroquíes de ocupación y una defensa inmediata y sin paliativos de Sultana Jaya y su familia.

No queremos un Gobierno mudo, sordo y ciego, ignorante y cobarde que deja a una digna mujer saharaui SOLA ante los esbirros, matones y criminales.

¿Qué feminismo es éste? Queremos que se actúe en consecuencia, conforme a la legalidad internacional y el Estado de Derecho”.

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