La derecha española aún sigue sin asimilar aspectos fundamentales relacionados con la economía de la transición ecológica, y a diferencia de sus homólogos europeos, todavía está instalada en un pasado retardatario.
Por Lucio Martínez Pereda
Pablo Casado lleva al Partido Popular hacia una estrategia suicida: la UE y los nuevos Gobiernos en Alemania y Países Bajos secundan la postura de Garzón sobre las macro granjas y la ganadería extensiva.
La defensa numantina de una producción patriótica de carne por parte del PP, es solo un epifenómeno de un problema mayor. En la medida que las encuestas le señalen su incapacidad para llegar al poder, la impotencia les llevará a políticas cada vez más suicidas. El silencio de Ayuso en esta cuestión es muy elocuente: sabe que Pablo Casado se está quemando.
Esta ausencia de política económica futura del Partido Popular la ilustra muy bien @Brakanal5 : “subirse a un tren aunque ni haya vía es muy de la derecha española.”
La derecha española aún sigue sin asimilar aspectos fundamentales relacionados con la economía de la transición ecológica, y a diferencia de sus homólogos europeos, todavía está instalada en un pasado retardatario.
El PP de Casado, es un partido vencido y espectral que solo puede ofrecer a sus seguidores un discurso irrealizable, vacío y demagógico, de retorno a un pasado que no puede volver.
Hay en esta derecha reaccionaria española una pulsión melancólica que le lleva a estar permanentemente desconectada de la realidad cambiante, y eclipsada por esa desconexión queda atada a su incapacidad para proponer expectativas de futuro.
El problema de la derecha española no es su corrupción endógena -que si-, el problema no es que no haya sabido cortar el cordón umbilical que le une a la dictadura -que si. Su principal problema del que derivan los restantes es que carece de proyecto futuro y líderes que puedan solventar esa carencia.
Esta derecha española autodestructiva, recuerda al mito de Procusto: el pie no cabe en el zapato y en vez de ir a buscar el número que corresponde a la zapatería, decide cortar el pie.
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