El desplazamiento forzado es uno de los desafíos que definen a los niños y las niñas de hoy en el mundo. El conflicto, la violencia y la persecución continúan obligando a los más pequeños a abandonar sus hogares y cruzar las fronteras en busca de seguridad. En un mundo, donde un niño se ve obligado a huir de su hogar cada cuatro segundos, se necesita una respuesta global colectiva para proteger tanto su presente como su futuro.
Pacto Mundial sobre los Refugiados, suscrito en el mes de diciembre por una gran cantidad de países, es una oportunidad única para hacer realidad los derechos de los niños afectados por el desplazamiento forzado. Aunque es un acuerdo no vinculante, busca abordar el empeoramiento de la realidad de los niños refugiados mediante la promoción de una mayor responsabilidad y compromiso internacional.
Es imperativo garantizar las necesidades de los niños refugiados y lo que es aún más importante, sus voces. Éstas están fuertemente reflejadas en el Pacto Somos Miembros de la Iniciativa por los Derechos del Niño del Pacto Mundial sobre los Refugiados, una coalición de más de 30 agencias humanitarias que trabajan para promover y fortalecer la voz y los derechos de los niños.
“Los niños y niñas refugiados son el rostro de la mayor vulneración de derechos imaginable. Forzados a abandonar su hogar por violencia, conflicto y marginación, pierden su infancia, el acceso a la educación, a la salud, a los servicios más básicos y arriesgan sus vidas cada día. Es nuestra mayor prioridad, trabajar en alianzas para dar una respuesta integral y global urgente tanto en los países de origen como en las comunidades de acogida”, afirma Javier Ruiz, Director de World Vision.
Objetivos del Pacto Mundial:
1- Aliviar las presiones sobre los países que albergan refugiados, el 80% de los cuales son países en desarrollo o de ingresos medios bajos, que se enfrentan a grandes desafíos para satisfacer las necesidades de las poblaciones existentes. 2- Mejorar la autosuficiencia de los refugiados mediante su empoderamiento para impulsar su propia recuperación a través de la educación, el acceso a oportunidades de subsistencia y los servicios esenciales. 3- Ampliar el acceso a soluciones de terceros países para garantizar que la comunidad internacional trabaje de manera colectiva para proporcionar asilo y un hogar para los niños desplazados y sus familias. 4- Ofrecer apoyo en los países de origen para permitir a los refugiados regresar con seguridad y dignidad si así lo desean.
Los derechos del niño y la protección de los niños y niñas obligados a huir de sus hogares están en el corazón del Pacto Mundial. La participación activa de los niños refugiados y de la comunidad de acogida en su protección y recuperación es un punto importante del acuerdo y una prioridad para las ONG que realizan con los gobiernos y otros socios para hacer realidad las promesas de este pacto.
Los países se han comprometido a aportar recursos y experiencia en políticas y programas en los países anfitriones teniéndose en cuenta las vulnerabilidades específicas y las necesidades de protección de niñas y niños desplazados, niños con discapacidades, adolescentes, niños no acompañados y separados. Para ello, deben buscar e integrar la participación de los niños.
El Pacto protege los derechos de los niños a la educación, compromete a los estados a brindar servicios de salud, incluida la prevención y la respuesta a todas las formas de violencia y explotación sexual y la provisión de apoyo psicosocial. Incluye compromisos para fortalecer los sistemas nacionales de protección de la infancia, la cooperación transfronteriza y las alianzas regionales para proporcionar de forma continua protección, atención y servicios para los niños en riesgo.
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