Borreguismo

Por Jesús Ausín

El Pacto

Amanece en la llanura castellana. El cielo torna de negro a gris. Por el este, un pálido azul comienza a reemplazar el grisáceo horizonte. No hay nubes. El rocío moja los pies de tres figuras que atraviesan, campo a través,  el verdor de los trigos recién nacidos. A lo lejos, las encinas cubren las lomas que rodean el valle por el que discurre un aprendiz de río. Poco a poco la luz invade la vega. Los primogénitos rayos de un incipiente sol, comienzan a calentar. Dos de las figuras, en la cañada, junto al arroyo en el que canta el discurrir del agua cristalina, se han parado a charlar brevemente. La tercera mueve constantemente el rabo y revolotea entre ellos ladrando sin parar. Uno de los hombres lleva ahora en el brazo lo que parece ser un ave rapaz. Es una mañana cálida, sin viento del norte, cosa algo extraña en estas tierras castellanas. Aunque sea primavera. El que parece mayor, mueve el brazo en dirección al cielo y suelta el ave que emprende un vuelo, primero rasante, para ganar altura de inmediato. A lo lejos, una paloma sobrevuela el monte bajo. La rapaz se dirige hacia ella. Antes de llegar a su altura, el azor le dice que no quiere hacerla daño. Pero que si no le da caza, el hombre no le dará de comer y ella no sabe buscar comida por si sola. El pichón, asustado como está, sabiendo que ha llegado el final de sus días, piensa rápidamente en una solución. Nunca antes ninguna de sus padres o hermanas le había contado que un halcón le dijera a una torcaz que no quería cazarla. Pero no tiene nada que perder así que por intentarlo no pierde nada. Le larga:

  • Tú haces como que me das caza sin lastimarme. Me aferras con tus garras y das la vuelta en dirección al cazador. A los pocos metros de iniciado el vuelo de regreso, me sueltas como si se te hubiera resbalado. Yo me dejo caer y cuando esté detrás de la loma que no me pueden ver, planeo a ras del suelo y me hago la muerta entre el trigo. El perro vendrá a por mí y me llevará consigo hasta el amo. Cuando me suelte el perro, me escapo. A ti te darán de comer y yo me salvo.

El azor, que no sabía cazar y que tenía un extraño sentimiento hacia el resto de animales que le impedía hacerlos daño, aceptó de buena gana la oferta.

Así que la rapaz sacó sus garras en dirección a la paloma que ya estaba quieta en el aire, la asió suavemente y dio media vuelta en dirección al valle desde donde los dos hombres y el perro contemplaban la escena. Antes de llegar a un picacho en el que crecían dos hermosos robles y un frondoso enebro, el azor dejó caer a la paloma quién, a unos cinco metros del suelo, cubierta la visión del cazador por el enebro, emprendió un vuelo rasante para alejarse. No pensaba esperar a que el perro le llenara de babas sus preciosas plumas.

Desde lo alto de un enorme pino, en la cima de la loma que cubren las encinas, un águila imperial observa la escena del azor y la paloma. Cuando ve que la paloma cae, emprende un rápido vuelo hacia el halcón al que acaba dando caza. El cazador no puede creer lo que ha visto. Jamás había contemplado que un águila atacara a un azor. Permanece impasible mientras el águila regresa a la copa del pino con su presa entre las garras.

Una vez emprendido el vuelo de regreso, un zagal que estaba con las ovejas en la majada, y que ha observado como el azor le daba caza, al verla caer y emprender su vuelo rasante, ha preparado la honda rápidamente y al paso de la zurita por la cercanía, le ha soltado una pedrada que la ha dejado tiesa.

*****

Borreguismo.

La coyuntura es tan inestable, las noticias tan falsas, la manipulación de tal tamaño, que uno ya no sabe a qué atenerse. Hay quién piensa que esto de Cataluña está pactado entre los partidos de la corrupción y que todo acabará en unos días. No creo que esto sea así de fácil. Y si así fuera, parece que se les ha escapado de las manos y han entrado en acción elementos no contemplados en el acuerdo que hará que esto acabe mal. Muy mal.

El Borreguismo ha llegado a tal ceguera que los maltratados son los culpables de la violencia policial, que quiénes ejercen su labor con desmesura y un ardor impropio para quién debiera ser garante del orden y del ciudadano, son los damnificados y los actos puntuales, son puestos como ejemplo de la generalidad.

El Borreguismo ha llegado a tal extremo que hemos olvidado que el que nos roba la cartera es un ladrón y que por mucho que nos advierta de que hay un músico callejero tocando sin permiso municipal, el ladrón lo sigue siendo y sus actos deben ser reprobados. Además hemos olvidado que un cuchillo, si bien en una cocina es un utensilio práctico y necesario, en manos de un asesino loco, juzgado ya en varias ocasiones por descuartizador, se convierte en un arma mortal.

He llegado a enfadarme mucho con la gente que me rodea. Todos aquellos que por inconsciencia, ignorancia o por ese ardor guerrero que sienten por España, insisten en que se aplique el 155 de la Constitución, que por cierto juraría que el 99,9% no tienen conocimiento de lo que dice, y que se meta al ejército ya en Cataluña.

La propia Ley Mordaza es una ley que limita los derechos de los ciudadanos, hasta el punto que, si no hubiera sido por el rodillo del partido de la corrupción y porque los miembros del TC son nombrados a propuesta del Congreso en base a su afinidad con quién les propone, ya habría sido declarada inconstitucional

Como la ignorancia es atrevida, y para el que no se haya leído el tan manido 155 les diré que ese artículo dice en su apartado 1 lo siguiente: “Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general”. Las medidas que considere necesarias. Es decir, el cuchillo en manos del destripador. Y lo que es peor aún su apartado 2: “Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas”. Resumiendo. Pueden hacer casi lo que quieran en TODA España. ¿Cuáles son esas medidas? Por ejemplo, el Gobierno podría declarar el estado de alarma durante 15 días. O con la  ayuda de Ciudadanos y la abstención del PSOE, el estado de excepción. Y como el PSOE ya ha demostrado estar por la labor de ser una rémora al servicio del partido de la corrupción, con mayoría absoluta, el estado de sitio. Y además, no sólo en Cataluña sino en todo el Estado. Y conforme al artículo 55, suspender los derechos de libertad de expresión, manifestación o libertad de circulación, entre otros muchos.

Los más incrédulos me dirán que estoy exagerando. Pero vuelvo al ejemplo del cuchillo y el descuartizador. Hace pocos días leíamos en eldiario.es que el Gobierno aplica la Ley Mordaza a concejales del Ayuntamiento de Sevilla por apoyar una protesta laboral. La propia Ley Mordaza es una ley que limita los derechos de los ciudadanos, hasta el punto que, si no hubiera sido por el rodillo del partido de la corrupción y porque los miembros del TC son nombrados a propuesta del Congreso en base a su afinidad con quién les propone, ya habría sido declarada inconstitucional. Y no sólo eso, ante las denuncias de la alcaldía de Barcelona sobre presuntos abusos y tocamientos por parte de la policía, el Gobierno no sólo no abre una investigación sino que insta a la fiscalía a querellarse contra la alcaldesa Ada Colau.

Pero hay más. La inconsciencia del borreguísimo no se limita a pedir aquello que nos puede traer fatales consecuencias para las libertades. Desde que ha empezado toda esta “movida” entre el gobierno catalán y lo que el Juez de la Mata, en la apertura del juicio oral del caso Bárcenas, definió como organización criminal, esos peligrosos seres que quieren imponer a toda costa su pensamiento a cualquier precio, pululan como setas por todo el territorio nacional. Ayer, tras la manifestación de Barcelona, una chica comentaba en twitter que ella y su novia habían tenido que bajarse del tren para no ser agredidas por un “españolista”. Un fascista intolerante. En Twitter se difundió un ataque de otro “españolista” a un tipo con pinta de ser andino. Motivo: que era andino. Desde finales de los 70 del pasado siglo no veía yo que estos energúmenos fascistas campasen a sus anchas proclamando su intolerancia e imponiendo su violencia. Desde esas mismas fechas no veía a quiénes debieran ser garantes de la legalidad vigente, hacer apología del régimen. Vean este vídeo.

Como decían Golpes Bajos, malos tiempos para la lírica. En este caso para la lírica de las libertades y los derechos fundamentales. Entretanto la idiocia se entretiene en la majada de la TV pensando en etéreos conceptos nacionales, los de la corrupción, a este y al otro lado del Ebro, sonríen porque mientras siguen manejando la tramoya, los casos de corrupción siguen aflorando sin apenas repercusión, hoy lunes se presentan las conclusiones del caso Bárcenas, las libertades cada vez son más escasas, la sanidad pública sigue perdiendo efectivos, la educación pública sigue masificada y con déficit de plazas y los bancos siguen sin devolver aquello, que según el inane no fue un rescate, pero que nos ha costado sesenta mil millones de euros y desde el Tajo, se sigue “trasvasando ilegalmente” el agua para que se puedan seguir sembrando tomates en los desiertos del sur.

Eso sí, como desahogo, todos a pitar a Piqué.

Millán Astray se ha salido con la suya. Franco se ha salido con la suya. Claro que algunos siguen pensando que son clase media y que una banderita en el balcón lo soluciona todo. El alguacil de mi pueblo también sigue creyendo que haciéndole un nudo a un cable eléctrico se corta la electricidad.

Salud, república, laicidad y muchas más escuelas públicas.

 

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