Bezerradas nocturnas – Marionetas del Ibex

Hacen bien nuestros gobernantes y nuestros jueces en velar por lo que ven nuestros hijos. El futuro depende del tipo de espectáculos que los niños de hoy llevarán en sus mentes, hacia un futuro que se verá sin duda afectado por dichas imágenes lúdicas. En las funciones de guiñoles, en las pelis de Disney, en las acrobacias de las focas en los parques acuáticos… ahí se encierra el gran peligro de la educación de nuestros hijos…

¿Queremos una garantía de buena educación, sin escenas dolorosas, violentas ni traumáticas? Pues alejad a los títeres plagados de mensajes proetarras y de odio y rencor… Y acerquemos a nuestros vástagos a escenarios de amor, paz, salud, concordia… España es un país lleno de ricas tradiciones que aportarán a los chiquillos valores con los que llegaran a una edad adulta como debe ser un español. Una buena corrida de toros, mejor todavía si el espectáculo se adorna con fuego, pérdida de sangre adicional y con el final destripe del animal, que en ciertos pueblos tienen a bien incluir… Una buena dosis de representaciones religiosas nada violentas como nuestras Semanas Santas, que a lo largo de la geografía española nos deleita con latigazos, pies descalzos sobre cristales, arrastramientos de kilos de madera en forma de cruz y cilicios bien apretados, para que la sangre rinda honores al Creador… Sin olvidarnos de los valores morales que aportan el fútbol profesional o la política nacional, y demás actividades que muestran a los pequeñuelos el valor del dinero, la competitividad más salvaje o el poder con fines exclusivamente de enriquecimiento personal, usando para ello dineros y cargos públicos…

Cientos de personas que, en diversos ámbitos, tienen cuentas pendientes con la justicia por millones y millones de euros, directamente robados a las arcas públicas o en forma de deudas a la Agencia Tributaria, y que disfrutan de libertad obscena, mientras dos desafortunados titiriteros llevan cinco días en prisión por ejercer un derecho que todos defendemos cuando se asesinan franceses, pero que en España se devalúa a pasos agigantados: la libertad de expresión. Eso sí es un espectáculo ofensivo, eso sí es una herencia podrida para nuestros hijos.

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