Bezerradas Nocturnas – La prensa sectaria

Vivimos momentos convulsos, donde cada movimiento del rival se puede convertir en una baza a utilizar como arma arrojadiza. En un debate televisivo, en una mesa de negociación de partidos políticos, en el patio de la guardería, a la hora de turnarse con el chupete untado en tierno barro otoñal… Todo cuenta: cada gesto, cada palabra, cada ausencia, cada mañana en la que alguien se olvida del desodorante… Y ya se sabe que detrás de todo gran político hay siempre hay un gran lameculos, dispuesto a esparcir la mierda necesaria desde los despachos de sus líderes hacia las impolutas ventanas del adversario. 

Y, ¿para qué vamos a engañarnos?, España siempre está a la cabeza de la mezquindad. Y nuestra prensa no va a dejar de ser, como siempre, reflejo de la sociedad a la que debe informar. Al lado de los mayores escándalos de corrupción que recuerda nuestro país en su historia reciente, sólo comparables en gravedad a una pelea en el barro de Mariló Montero y Ana Rosa Quintana, nuestros dos directores más mediáticos colocan las tropelías orgiásticas de Manuela Carmena, figura representativa de la maldad y la inquina con la que se gobierna en los ayuntamientos del color de la calle. Dos repugnantes y trascendentes hechos que, por supuesto, hacen que en las portadas de estos diarios no sea posible incluir, ni tan siquiera en una esquinita sin foto ni ná, una reseña sobre un asunto que Marhuenda e Inda han convertido en pedrada en la cabeza de Podemos a la mínima ocasión que se les dio: la cacareada financiación de Podemos a través de los dineros que Irán y Venezuela daban a La Tuerka. Es mentira. No hay caso. Es falso. No hay noticia. ¿Para qué se va a hablar de algo que no es verdad? Si no hay noticia de financiación ilegal, ¿por qué perder el tiempo? ¿VAMOS ACASO A TENER QUE RECTIFICAR POR LAS MIL VECES QUE HEMOS ACUSADO AL PARTIDO DE IGLESIAS DE FINANCIACION ILEGAL? Venga ya… ni que fuéramos el rey, para ir por ahí diciendo que lo sentimos y que no volverá a ocurrir…
Como echo de menos El Caso, coño…

Por Azote Bezerro – Twitter – Facebook

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