Betty Arslanian: “La cuestión de la defensa de Artsakh sigue siendo la línea roja para la sociedad armenia”

Entrevistamos a la periodista argentina Betty Arslanian para analizar los últimos acontecimientos sobre la actualidad armenia.

Por Angelo Nero

A poco de cumplirse un año de la última vez que conversamos con la reportera argentina, Betty Arslanian, corresponsal en Armenia de France24, del argentino Diario Armenia y de la radio uruguaya Audición Gomidas, además de colaborar en diversos medios como Revista Late o EVN Report. Betty Arslanian, retomamos el contacto con una de las fuentes más refutadas sobre la actualidad armenia en castellano. A pesar de su dilatada agenda, siempre responde con amabilidad al llamado de NR, para ponernos al día sobre cuestiones como el bloqueo del paso de Lachín, por parte del ejército azerí, que mantiene bajo un asedio medieval a la población de Artsakh, o sobre las preocupaciones de la sociedad armenia ante la amenaza de sus fronteras.

La cuestión de Artsakh ha sido tratada recientemente en una sesión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, convocado por Armenia. ¿Se ha traducido esto en alguna resolución efectiva, o solo ha servido para que retratar la postura de cada país integrante del Consejo ante la grave crisis humanitaria generada por el bloqueo azerí?

Se habló mucho en aquella sesión extraordinaria; tal vez, demasiado para tan poca acción posterior. Sabía que, particularmente, los habitantes de Artsakh, tenían ciertas expectativas con lo que se llegara a discutir en este alto nivel. Pero al pasar los días, ellos mismos se dieron cuenta que, en la práctica, el escenario no cambió. Su heladera sigue vacía, no tienen gas, no hay transporte, tampoco la posibilidad de salir de lo que las autoridades de Artsakh han llamado “un gran campo de concentración”.

Creo que lo lamentable de esta instancia de discusión fue la cantidad de delegaciones que intentaron plantear un escenario equilibrado entre la parte armenia y azerbaiyana. Aquí no se trata de dos partes que deben sentarse a limar asperezas en los asientos de un parque; aquí hay un país genocida y un pueblo con derecho a vivir dignamente y en paz en sus tierras.

En esta sesión, la cuestión de Artsakh fue predominantemente un tema humanitario; no digo que sea erróneo, porque efectivamente la urgencia es la supervivencia de los 120.000 habitantes que carecen de absolutamente todo en este momento. Sin embargo, es preciso considerar que Artsakh es un tema político, y eso es lo que se debería resolver en estas instancias en las que rigen mecanismos internacionales: el estatus de Artsakh. De hecho, este periodo de incertidumbre e inacción es lo que conduce la realidad a una emergencia humanitaria.

Aún no se ha planteado una resolución como resultado de la sesión. Recientemente Francia manifestó que presentaría una resolución sobre el deterioro de la situación humanitaria al Consejo de Seguridad de la ONU.

Una de las cuestiones que se trató en la sesión del Consejo de Seguridad de la ONU es la posibilidad del uso de una carretera alternativa para la provisión de asistencia humanitaria a la población de Artsakh. Esta carretera es la de Aghdam-Stepanakert, lo que significa que esta ayuda provendría desde Azerbaiyán, atravesando territorios ocupados a partir de la última guerra.

La propuesta fue negada por la parte armenia, quien no cree conveniente usar esta carretera como alternativa al Corredor de Berdzor-Lachin. En ese sentido, sería algo así como cambiar la conexión con Armenia por la de Azerbaiyán, cuestión al que la población de Artsakh se rehúsa completamente. Además considero que la aceptación de esta propuesta, que, de hecho, fue abordada por varias delegaciones en la sesión extraordinaria del Consejo de Seguridad, sería tan sólo un camino de ida.

En una situación de desastre humanitario como este, es difícil decir no a la provisión de medios para sobrevivir, es por eso que veo este escenario como una encrucijada entre la vida y la libertad.

EEUU y la Unión Europea suele invocar la defensa de los derechos humanos para justificar su intervención en otros países, desde Afganistán a Ucrania, aportando fondos, armamento o, en ultimo caso, tropas, sin embargo parecen ignorar esos mismos derechos cuando quienes los violan son aliados estratégicos, como Turquía o Azerbaiyán. ¿Cómo se contempla desde Armenio ese doble rasero de Occidente?

La sociedad armenia ve la actitud de la comunidad internacional, en general, incluyendo en muchos casos también a Rusia, como neutralidad; una neutralidad que inevitablemente se ha convertido en indiferencia. El pueblo armenio ya ha comenzado a pensar que la doble vara atraviesa a la mayoría de los países, incluso a aquellos que en lo discursivo plantean una visión un tanto más empática con lo que les está ocurriendo. En mi opinión, en este caso la neutralidad no tiene connotaciones positivas; aquí ser neutral es posicionarse en complicidad con quien está en ventaja desde todo punto de vista, es decir, el agresor.

No hay países que hagan caridad, ese concepto esta calando en la sociedad armenia, particularmente a partir de la indiferencia internacional, que se extiende desde los estados, pasa por las organizaciones sociales y humanitarias, y culmina en los medios de comunicación.

El primer fiscal de la Corte Penal Internacional, Luis Moreno Ocampo, publicó un infome a principios de agosto, donde confirmó que “hay un genocidio en curso en Nagorno Karabakh”. ¿Que importancia tiene el análisis y las conclusiones a las que llega el informe del fiscal Moreno?

Claramente creo que Moreno Ocampo con su informe dio voz a los habitantes de Artsakh que se encuentran en un contexto de total invisibilización, al que ni siquiera podemos acceder físicamente desde Armenia. Es difícil creer en algo al que no tenemos acceso y lo que llega es por medio de las redes sociales donde circula una cantidad insólita de contenido de todo tipo. Pero tampoco es difícil profundizar en una situación como ésta y entender que coincide con la descripción de este concepto que hace la Convención sobre Genocidio. En Artsakh hoy, ¿hay una imposición deliberada de condiciones de vida orientadas a provocar la destrucción física del pueblo? Absolutamente, ¿qué es sino la desnutrición, las enfermedades que no pueden tratarse por falta de suministros médicos, y la lista de condiciones que violan los derechos de los habitantes y conducen a una vida intolerable (ataques armados, falta de abastecimiento de gas y electricidad, escasez de agua, violencia psicológica, no libre circulación, cortes de internet y comunicación, entre otros tantos)?.

A raíz del informe de Moreno Ocampo, inevitablemente pensé en el Genocidio Armenio de 1915, un hecho lejano en el tiempo para mí, pero que por medio de los relatos familiares, bibliografía y representaciones comunitarias fui construyendo. Desde temprana edad entendí que genocidio es cuando alguien no quiere que existas. Yo no quiero ser esa generación que tenga que volver a contar esto a los que vienen.

Además de la continua amenaza sobre Artsakh, el ejército azerí lanza ofensivas continuadas sobre la frontera armenia, llegando a penetrar en el territorio soberano de esta república. ¿Crees que esta es una estrategia de desgaste por parte del régimen de Aliyev para forzar una negociación, o que puede estar calibrando las defensas armenias para una eventual invasión?

El Gobierno de Armenia ya ha planteado sus intenciones de establecer una agenda de paz; de hecho, aunque con altibajos, el proceso de negociaciones ha comenzado luego del fin de la guerra de 2020. Los dos países han acordado sobre el reconocimiento mutuo de su integridad territorial y el establecimiento de la infraestructura de comunicación regional. Y en mi opinión creo que el proceso hasta el momento ha sido exclusivamente desfavorable para Armenia, llena de concesiones y aceptaciones de demandas; pero es que esto justamente se trata de la sed de expansionismo de Azerbaiyán, quien además quiere hacer de Armenia un lugar hostil y marchito.

Puede que tengan la intención de medir la respuesta armenia, pero ¿por qué dispararían en dirección a observadores europeos, tal como ocurrió la semana pasada? ¿Por qué atacarían a los trabajadores extranjeros de una planta metalúrgica en construcción con aportes extranjeros?

El primer ministro, Nikol Pashinyan, ha reconocido de forma explicita la integridad de Azerbaiyán, incluyendo el territorio de Nagorno Karabakh, reduciendo el conflicto a una cuestión de “derechos y seguridad”. ¿Cuál ha sido la respuesta de la sociedad armenia a este acercamiento de su gobierno a las posturas defendidas por el gobierno azerí?

Por supuesto, la respuesta no fue positiva. La sociedad armenia no evalúa las concesiones como un posible camino hacia la paz. Ya aprendió que no funciona así. Puede que al final de la guerra de 2020, muchos pensaban que la pérdida de casi todo el territorio de Artsakh significaría la llegada de la paz absoluta y el cierre de una página del conflicto; pero no fue así. Azerbaiyán fue por Armenia y, así, los armenios comenzaron a evaluar esta situación no como un “ceder por la paz”, sino un “ceder al expansionismo y a la limpieza étnica”.

El bloqueo del paso de Lachín, que ya dura ocho meses, ha condenado a la población de Artsakh a la hambruna, a la vez que los ha desabastecido de combustible, de medicinas y los ha privado de tratamientos médicos. ¿Se podría calificar esto de un genocidio lento o un genocidio de baja intensidad?

No creo que un genocidio tenga niveles de intensidad. El objetivo del genocidio es siempre el mismo: el exterminio. El exterminio llega siempre al mismo lugar, independientemente de los métodos. Seria demasiado cruel analizar los métodos de tortura, evaluar la intensidad del sufrimiento- si la victima murió como consecuencia de un disparo, en una cámara de gas o por inanición. No soy partidaria de evaluar esto, y si intentaría hacerlo, podría decir que de lento no tiene nada. En menos de tres años, los habitantes de Artsakh pasaron de vivir libre e independientes, a la más oscura realidad donde el objetivo es sólo sobrevivir.

A pesar de que el gobierno armenio sigue declarando que “Rusia es el garante de la seguridad de Nagorno Karabakh”, las fuerzas de paz no han hecho nada para impedir el bloqueo, ni tan siquiera para facilitar el paso de los convoyes de ayuda humanitaria. ¿Están siendo cómplices estas fuerzas de paz rusas del bloqueo azerí a Artsakh?

Este es un tema delicado para que me posicione desde mi rol meramente periodístico, sólo puedo enumerar hechos concretos y en base a eso cada uno puede cuestionar el accionar ruso o no. Las tropas pacificadoras rusas ingresaron al territorio de Nagorno Karabakh -con unidades militares, arsenal, defensa antiaéreas, instalación de bases militares, etc- con el objetivo de garantizar la seguridad de los habitantes. En el presente, ¿los ciudadanos armenios se encuentran seguros? ¿Las tropas rusas impidieron nuevas invasiones de territorios armenios como la aldea de Parukh? las tropas rusas ¿Evitaron secuestros de civiles y violaciones al cese el fuego? Acaso, ¿controlan el Corredor de Berdzor-Lachin de acuerdo a la Declaración Tripartita del 9 de noviembre de 2020? ¿Impidieron la concentración de supuestos civiles eco-activistas de Azerbaiyán que comenzaron bloqueando el corredor en diciembre del año pasado? ¿Cómo es que la situación de control cambió de un momento para el otro, y ahora son las tropas azeríes quienes se encuentran instaladas a metros del control ilegal que Azerbaiyán colocó en el puente Hakari?

Muchas voces manifiestan que, si no fuera por la presencia rusa en la región, los azerbaiyanos ya hubieran invadido la totalidad del territorio. No lo dudo, pero tampoco afirmo que la misión de Rusia en Nagorno Karabakh cumple con lo pautado desde un comienzo.

Azerbaiyán está incrementando su influencia sobre los medios de comunicación extranjeros, con eventos como el Foro Global de Medios organizado en la ciudad ocupada de Shushi, para ganar también la batalla del relato. ¿Qué papel están jugando los medios en este conflicto?

El foro organizado en Shushi enarbolando la supuesta bandera de la libertad de expresión en el sector del periodismo rozó lo ridículo. Es insólito que Azerbaiyán hable de libertad, democracia y verdad, si constantemente reprime el trabajo periodístico, tergiversa la información y desde lo político, perpetúa la gestión dictatorial de Aliyev.

Cuenta con un lobby y una máquina propagandística organizada, enfocando sus acciones hacia medios de comunicación y periodistas inclinados más hacia los réditos, que a la moral y la ética de esta profesión.

El cuestionamiento que me permito hacer a los medios que cubren esta perspectiva sesgada de la realidad es si incluyen en su mirada las voces de los protagonistas, de aquellos que usualmente no tienen voz, pero aún así tienen algo para decir, de los no hegemónicos, de los oprimidos. Tal vez allí, la historia los sorprenda y comiencen un tratamiento más honesto de la información y una manipulación más responsable de los hechos.

En el ultimo congreso de la Internacional Socialista, cuyo vicepresidente es el armenio Mario Nalpatiran, se aprobó una resolución sobre el conflicto de Nagorno Karabakh, con una condena explicita de los ataques azerís. Sin embargo, el gobierno español, cuyo presidente lo es también de la Internacional Socialista, sigue sin reconocer el genocidio armenio, y además ha impulsado fuertes relaciones comerciales con Azerbaiyán, mientras que ni tan siquiera tiene embajada en Ereván. ¿Cómo calificarías la postura de Pedro Sánchez, que condena a Azerbaiyán por un lado, mientras hace negocios por el otro?

No puedo centrarme específicamente en el caso de España; son varios los países que plantean esta doble vara; por un lado, en lo discursivo se muestran como defensores de los derechos humanos y, por el otro, cocinan sus negocios por detrás. En Latinoamérica, hay casos de esto. En la Unión Europea, también; caso contrario, los estados no se abastecerían del gas azerbaiyano a partir de las sanciones impuestas a Rusia. En este sentido los derechos humanos quedan socavados por los intereses económicos.

Las masivas manifestaciones realizadas conjuntamente en Stepanakert y en Ereván revelan que el vínculo entre ambos pueblos es grande. ¿Sigue siendo una línea roja para la sociedad armenia la defensa de Artsakh ante el riesgo de que se amenace la integridad territorial de Armenia?

La cuestión de la defensa de Artsakh sigue siendo la línea roja para la sociedad armenia, por lo menos para aquellos que tienen la convicción de que la seguridad de Armenia comienza por la estabilidad de Artsakh. Un gran sector de la población considera que no es una cuestión de Artsakh o Armenia independientemente, si no la lucha de toda la nación armenia, incluyendo a la diáspora.

En la sociedad, suelen citar uno de los dichos de un héroe nacional de la primera guerra de Nagorno Karabakh, que plantea: “Si perdemos Artsakh, estaremos dando vuelta la última página de la historia armenia”.

En relación al bloqueo hay dos cuestiones. ¿El convoy de ayuda humanitaria que vimos la última semana continua sin poder entrar en Artsakh? Y ¿en qué condiciones se ha producido la salida del grupo de armenios por el paso de Lachin que hemos visto estos días? ¿Puede suponer una relajación en el bloqueo?

Efectivamente, desde hace casi un mes, 22 camiones con carga humanitaria siguen estacionadas en la aldea Kornidzor, cerca del acceso a Nagorno Karabakh. Fue enviada por el Gobierno de Armenia, Francia y sectores privados.

Grupos de ciudadanos armenios, acompañados por la Cruz Roja y las fuerzas pacificadoras rusas, salieron de Nagorno Karabakh; algunos eran pacientes en estado grave de salud y otros, estudiantes admitidos en universidades armenias y del exterior. Estas salidas no suponen en absoluto que el bloqueo total haya mermado, por el contrario, estas medidas continúan sirviendo a la política de las autoridades de Azerbaiyán. ¿Por qué? Justamente, en estos días, el Primer Ministro armenio anunció que tiene información confiable sobre los planes de Azerbaiyán de abrir unilateralmente el corredor, permitiendo salir a los habitantes, pero no entrar. En el caso de que esta medida se aplique -que, de hecho, ya lo estamos viendo-, claramente responde a sus intenciones de vaciamiento de Artsakh. En cambio, en el caso del convoy de ayuda humanitaria, éste debe ingresar al territorio de Artsakh con el objetivo de amortiguar el deterioro de la crisis humanitaria, y haría la vida de los artsakhíes un tanto menos insoportable. Esto no responde a las intenciones de Azerbaiyán que acabo de mencionar, entonces no lo permitirán.

El 23 de agosto comenzó la campaña electoral para renovar la asamblea legislativa de Yerevan, cuáles son las fuerzas en lista y estás elecciones pueden ser un barómetro para medir el apoyo al gobierno de Pashinyan?

Claro, el 17 de septiembre se celebrarán elecciones municipales en Yerevan, en la que 14 candidatos estarán disputando cargo de alcalde de la ciudad. Entre los principales, se encuentra el candidato del partido contrato cívico, Tigran Avinyan, el ex alcalde que había llegado al cargo por medio del partido oficialista, aunque luego rompió relaciones y se alejó de su cargo. Hayk Marukyan, el candidato del partido liderado por el expresidente Robert Kocharyan. Antranik Tevanyan y la candidata Mane Tandilyan, respaldada por el empresario y ex ministro de Estado de Artsakh, Rubén Vardanyan.

Sin dudas, estas elecciones serán un barómetro para medir la actual legitimidad del Primer Ministro. Más allá de qué los programas de cada partido y el abanico de acciones que, en general, lleva adelante la municipalidad no estén directamente vinculados con la situación política actual, el escenario geopolítico y el manejo de la política exterior de Armenia, creo que la sociedad lo percibe como una forma de pronunciarse respecto también a estos temas y al futuro que quieren para el país.

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