Bertha Gaztelumendi: «El Estado aún no ha aceptado a Gladys como víctima»

El año pasado se cumplieron 43 años de la muerte de Gladys del Estal en Tutera. El guionista Sabino Ormazabal y la directora Bertha Gaztelumendi (Irun, 1962) han creado un documental sobre la vida del militante antinuclear y la batalla que detuvo las centrales nucleares en el País Vasco. Ambos eran miembros de los movimientos populares protagonistas de la película.

Por Tolosande Atari / Argia

Usted formaba parte del movimiento antinuclear, pero no quería actuar por nostalgia.

No, ni mucho menos. Queríamos contar algo que no se había contado, porque a nuestro juicio el tema tiene su peso. No sólo porque mataron a Gladys del Estal, motivo suficiente para hacer un documental, sino porque hubo un movimiento muy rico en el País Vasco, que se puede analizar desde mil ángulos. Las generaciones de hoy no saben lo que pasó y quisimos hacer un trabajo de transmisión con esta película.

¿Cómo fue posible en los años 70 unir a tantos actores y formar un movimiento tan diverso?

Creo que la defensa de la tierra es algo muy importante. Cuando una persona ve en peligro su hábitat, al fin y al cabo ve en peligro su vida. Esto mueve la conciencia de la gente. En aquella época, la gente estaba asustada por las centrales nucleares asociadas a Hiroshima y Nagasaki y por el desastre que suponían. En el País Vasco vivimos como una amenaza la idea de poner tantas centrales nucleares en pocos kilómetros. Todas las alarmas se dispararon.

Cuatro décadas después, ni una sola planta está operativa.

Querían construir cuatro centrales nucleares en tierras del País Vasco. Pero hay que recordar que había otra a 50 kilómetros de Bayona y luego Garoña en Burgos también está muy cerca de Vitoria-Gasteiz. O no se construyeron o los que se construyeron están parados. Sin embargo, todavía quedan ruinas en Garoña y no sabemos qué será de ellas. No hay respuesta.

El documental muestra la fuerza del movimiento popular de aquella época. ¿Crees que esa fuerza está atenuada?

Es difícil de decir. Comparar situaciones muy diferentes no es fácil. Las herramientas también son diferentes, las redes sociales no existían y la calle era la principal fuente de información para nosotros. Sin embargo, creo que hoy existen movimientos poderosos que de alguna manera ponen alternativas sobre la mesa.

El ambientalismo también es un tema de actualidad.

Sí El movimiento antinuclear aporta muchas claves. Las formas de protestar fueron innovadoras, muy creativas. Eran movimientos asamblearios y no había jerarquía. Hay mucho aprendizaje ahí y si lo traemos al presente hay algo en qué pensar. Los tiempos han cambiado y las formas de hacer las cosas también, pero el pasado siempre tiene algo que mostrar.

La guerra antinuclear dejó daños colaterales. Uno de ellos es el asesinato de Gladys del Estal.

Ha sido difícil y un desafío para nosotros poner las cosas en su lugar, no mezclar los hilos, no solo nosotros sino también los demás entender lo que queríamos contar y mantener un orden en la narrativa. Gladys es central en el documental y queríamos usarlo para afirmar que el Estado aún no la ha aceptado como víctima. En esa batalla, sin embargo, también hubo otros muertos y también los hemos tenido en cuenta.

¿Qué otro testimonio recibió en el documental?

Entrevistamos a 33 personas y también recibimos imágenes de la época. En aquel entonces no existía el monopolio de la imagen que existe hoy, y además podía ser peligroso tener fotos o salir en ellas, porque podían saber que participabas en las movilizaciones. Sin embargo, tenemos algunos super 8, algunos pequeños tesoros, y junto con los testimonios hemos completado la película.

¿Te llevó mucho tiempo completar este trabajo?

Empezamos hace mucho tiempo, hace unos tres años. Sin embargo, el año pasado hemos estado trabajando duro. Han sido largas sesiones de trabajo y ha supuesto esfuerzo.

Estrenaste el audiovisual en Zinebi en noviembre y luego lo proyectaste en Donostia. ¿Qué camino tomará a partir de ahora?

A partir de ahora queremos ofrecerlo ciudad por ciudad y, de paso, fomentar el debate entre los ciudadanos. Pensamos traernos a Sabino o a mí, o a ambos juntos, si los organizadores nos lo piden. Queremos difundir el trabajo lo máximo posible.

Recientemente has recibido el premio Argia en el apartado audiovisual. ¿Estás feliz?

Sí, estamos muy, muy felices. Estamos muy emocionados de recibir el premio. Todo el grupo de trabajo agradece el reconocimiento. Estamos muy satisfechos.

Artículo original en euskera

https://www.argia.eus/albistea/estatuak-oraindik-ez-du-gladys-biktimatzat-onartu

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