Benín: más de los resultados electorales

Patrice Talon, presidente de Benín

Durante las elecciones legislativas que acaban de celebrarse en Benin, la desconfianza de la población hacia las élites gobernantes se manifestó, ante la falta de una alternativa creíble, en una abstención récord. Una advertencia a la política liberal y antidemocratique del gobierno encabezada por el empresario y presidente de la República Patrice Talon.

Por Pablo Marcial / L’Anticapitaliste

El Consejo Constitucional acaba de validar el resultado de las elecciones legislativas celebradas el pasado 8 de enero. Los dos partidos con la mayoría presidencial, la Unión de Progresistas por la Renovación y el Bloque Republicano, adquirieron la mayoría con 81 escaños. La oposición “los demócratas” obtiene 28 escaños.

Un récord de abstención

La oposición cuestionó la sinceridad de la papeleta, denunciando el relleno de las urnas, la compra de votos y otros amaños, sin poder aportar la menor prueba y con razón. Éric Houndété, el líder del partido «Demócrata», ha hecho imposible comparar las cifras recopiladas con los oficiales para prohibir a sus militantes publicar los resultados de este colegio electoral en tiempo real.

La victoria de los encajados de Patrice Talon gana por máxima abstención, superior al 60%. Se pueden adelantar varias explicaciones. Empezando por la falta de confianza en la transparencia de la boleta y el skepticisme de lo que podría cambiar a través de una elección. Pero también el recuerdo aún vivo de las anteriores elecciones legislativas qu’habían déarrollado en un clima de violencia sin precedentes para este país. En 2019, Talon bloqueó la postulación de los partidos de oposición. A esto le siguieron manifestaciones violentamente reprimidas con dos muertos y decenas de détenidos, y un parlamento monocolor.

Democracia y social a media asta

Patrice Talon, alardeando de su experiencia como hombre de negocios, había prometido hacer próspero al país. Continuó aplicando recetas liberales con nefastas consecuencias sociales para el pueblo. Las cifras del Banco Mundial muestran que el 32% de los niños sufren de desnutrición; casi la mitad de los alumnos no completan el ciclo escolar primario; el subempleo es del 72% y la informalidad supera el 90%.

Lo que diferencia a Talon de sus liberales predecesores es la destrucción de la democracia, que todavía está muy viva en el país. El derecho de huelga para la mayoría de los funcionarios públicos está prohibido. Los principales opositores están en el exilio o en prisión bajo los pretextos más grotescos.

De hecho, fue el propio Patrice Talon quien tuvo un encontronazo con la justicia, por un intentio de envenenamiento, en 2012, de Boni Yayi, entonces presidente de la República, y por corrupción y malversación de bienes públicos. Este personaje que se enorgullece de haber triunfado en los negocios se ha beneficiado sobre de sus amistades políticas para hacerse con la producción algodonera controlando todo el sector, y luego las actividades aduaneras del país.

Debilidad de una alternativa

De los casi 6,5 millones de votantes, la campaña presidencial obtuvo, según cifras oficiales, poco más de un millón y medio de votos. A puntaje poco halagador, especialmente porque los 28 diputados de la oposición serán un obstáculo para el intento de un tercer mandato de Talon. De hecho, el cambio de Constitución requiere un voto de 4/5 de la Asamblea Nacional o un procedimiento de referéndum que tiene pocas posibilidades de aprobación.

Los resultados de estas elecciones ponen de manifiesto la ausencia de una alternativa política real. Tanto la mayoría como la oposición proceden del mismo serrallo. Boni Yayi, el ex presidente, fue director del Banco de Desarrollo de África Occidental; Lionel Zinzou, el candidato fracasado contra Talon en 2016, es un director ejecutivo franco-beninés de un banco de inversión que también trabajó para Medef; y el que llegó en tercer lugar Sébastien Ajavon es la secunda fortuna del país tras la de Patrice Talon.

La Alianza por la Patria, encabezada principalmente por el Partido Comunista de Benín, se negó a elegir entre la mayoría y el partido «Demócrata» designado por Boni Yayi. Sin embargo, se encontrará en grandes dificultades para presentar una oferta popular en la lucha electoral acaparada por los representantes de la clase dominante. Lamentablemente, esta es una debilidad de una fuerza alternativa no es exclusiva de Benin.

Fuente: https://elelectoral.com/

 

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