¡Basta ya de héroes de papel!

Por Víctor Chamizo

Cuando un país lanza alabanzas a aquellos que hacen donaciones de tipo social, en lugar de exigir justicia, ha perdido su dignidad.

Encubrir cierto tipo de actos bajo la raída tela de la solidaridad o bajo la complacencia del “qué buenos son algunos empresarios, famosos u organizaciones que donan un minúsculo porcentaje de sus cuantiosos beneficios” no deja de ser una burda manipulación de conciencias, con un ínfimo nivel informativo o cultural, que quedan maravillados ante tan encomiables actos y aplauden hasta descarnarse las manos estos miserables lavados de conciencia, o de marca, más bien.

El desembolso de 46,5 millones de euros que Amancio Ortega ha realizado para dotar a los hospitales de Madrid de equipos oncológicos de última generación, puede parecer un acto de generosidad y de compromiso social por parte del magnate de Inditex. Por si alguien tiene alguna duda, sería interesante que reflexionara sobre el gran escaparate publicitario que dicho desembolso supone para las marcas que este individuo ostenta, y, probablemente, el dinero donado –mejor sería decir, invertido– es de menor cuantía que el que gasta en mensajes publicitarios en los medios tradicionales de comunicación.

España no necesita la caridad de estos individuos, nuestro país necesita que los defraudadores, los que externalizan la producción para abaratar sus costes y aumentar su margen de beneficios, los que establecen su residencia en países con beneficios fiscales para no contribuir en España los que se enriquecen a costa del sufrimiento de su ciudadanía, contribuyan como es debido, porque con ese montante de dinero se puede dotar la sanidad pública de mejores y más medios humanos y técnicos, porque con ese dinero se podría mejorar el sistema educativo, porque con ese dinero se generaría más empleo, se podrían pagar unas pensiones dignas y se mejoraría la calidad de vida de todos los ciudadanos.

 ¡Basta ya de héroes de papel!

 No necesitamos caridad, sino justicia.