V de Baltimore. Hasta que no se pongan medidas, Fergusson se repetirá

Por Al filo de la brecha @lfilodelabrecha

En España nos quejamos de que los Venezolanos no tienen libertad de prensa, pero a la vez hemos podido ver todos los excesos tanto policiales como de mercenarios de la derecha. Aunque se ha popularizado el rumor de que nadie se atrevía a grabarlo, porque te podían asesinar, lo cierto es que siempre aparecían vídeos de buena calidad a nivel internacional.
Es posible comparar esa libertad de prensa que consideramos inexistente con la que tenemos aquí, que con ley Mordaza incluida, la gente sigue arriesgándose a subir escenas de policías pegando a manifestantes a las redes sociales.
Luego les van a buscar a sus casas y les detienen, pero subirlas las suben…
En otro nivel de libertad de prensa están los medios de comunicación, que lo cierto es que tanto en España como en Venezuela hay más medios de comunicación que pertenecen a la oposición, que al régimen. Oh wait! Eso no es cierto, en España prácticamente todos los medios de comunicación tienen prohibido por editorial criticar al PP, tienen argumentarios fijos. Criticar o olvidarse de unos partidos; y ensalzar la labor de otros. Está muy claro cuáles, no voy a especificar… E incluso la sexta, que parecía el adalid de la ética periodística, cada vez resulta menos incomoda al gobierno.
Y cuando un periodista no es incómodo, no es periodista, es relaciones públicas.

Lo que nos lleva a EEUU. Tras lo de Fergusson, los medios de comunicación han ido tres pasos por detrás que las redes sociales en todo lo relativo a brutalidad policial. Hasta llegar a lo acontecido esta semana en Baltimore.
Donde un detenido ha muerto por una extraña herida que no tenía cuando le detuvieron y le leyeron sus derechos. Ha muerto sin sentencia, sin haber hablado con un juez y en “aislamiento”… Claramente los medios no habrían actuado igual si hubiese sido blanco, pero otro negro muerto en circunstancias sospechosas en Baltimore no era noticia. “The wire” ya está pasado de moda.
Ya ni siquiera Pablo Iglesias habla de “The wire”, habla de “Juego de tronos” (Y no es que los españoles estemos a la última en moda audiovisual, por cierto)
Pero para la gente no sólo era otro negro muerto en Baltimore en circunstancias sospechosas… Sino ha sido la gota que ha colmado el vaso, los baltimoreños o baltimorenses han salido a la calle. Durante las primeras manifestaciones, la policia no sabía que hacer… Sentimiento de culpabilidad lo llaman, pero como se dieron cuenta que la prensa no venía, ya se relajaron y volvieron a lo suyo, a desgastar el material policial. De los bolsillos de los contribuyentes a sus nalgas. Que luego no digan que derrochamos. Compramos lo justo para usar, decían.
¿Por que la prensa no se presentó en los primeros disturbios de Baltimore?
Pues porque la prensa estaba preparándose primero, y poniéndose sus mejores galas y luego yéndose de fiestuki con el presidente de los Estados Unidos.
Fiesta televisada en C-span, el canal menos visto de la historia.
Es cierto que la prensa americana, tuvo una buena excusa para no informar sobre los primeros disturbios de Baltimore; al menos en comparación con la excusa que tuvo la prensa española para no televisar los comienzos del 15M (Es decir, que no les dio la gana).
Sin embargo y muy a mi pesar, esta fiesta con Obama y la chupipandi de la prensa no es tan mal como parece. Lo de Baltimore ha sido una mala coincidencia temporal que les ha jorobado la reputación, pero el hecho de que la prensa se reúna una vez al año con el presidente del país no es una mala idea.
La cena de corresponsales, para los que no la conozcáis, consiste en que el presidente da un speech, diciéndole a la prensa lo que piensa y lo que pretende hacer y adornándolo con puyitas humorísticas (hacia él mismo, su familia, a sus enemigos, a otros políticos o a la prensa). Luego llega un periodista invitado, que suele ser un humorista bastante crítico o a veces optan por lo fácil y cogen a uno “mainstream”, cuyos discursos suelen ser igual de graciosos pero con menos tensión. A veces aparecen dobles del presidente haciendo parodias. Cosas así. Imagina que Rajoy tuviese que aguantar a Wyoming o Pablo Motos decirle lo que piensa la prensa de él, con trescientas mesas de borrachos periodistas observándoles en una disposición de mesas que parece el padrino haciéndole el brindis a los novios. Televisado y emitido en internet… Comparado con lo que tenemos aquí, que es que Rajoy habla a los periodistas desde un plasma y “cuando toca”… pues apaga y vámonos.
Los pros y los contras, el político que tiene que rendir cuentas a la prensa actúa menos a la ligera. El periodista que se rodea tan “campechanamente” con los políticos, se acaba haciendo su amigo y les defiende a capa y espada cual Marhuenda. Se crea una necesidad de “Seguridad Nacional”, que mas que preocuparse por el país se preocupa por la buena imagen del líder.
Ese problema conlleva que un verdadero problema de seguridad nacional (de los ciudadanos nacionales) como es Fergusson, como es Baltimore, quede mas olvidado en la prensa que un perroflauta herido en una manifestación.

Y mientras tanto me pregunto, la ley mordaza protege la libertad de prensa, sí, pero sólo la de los medios registrados como medios de comunicación ¿no?. Es decir empresas con beneficios. Es decir, empresas con intereses económicos. Es decir, empresas cuyos intereses no es informar sino vender productos audiovisuales. La libertad de prensa con la ley Mordaza sólo la tienen los medios que poseen “prensa”. Los ciudadanos de la calle como yo, que queremos comunicar las cosas que suceden a los demás, carecemos de ese derecho, según la ley. Si yo fuese incomodo podrían “censurarme”. A un “medio de prensa” no. Y los medios de comunicación han aprendido que no es rentable ser incómodo.
Al final quizás la cena de corresponsales americana aquí no se reproduzca en C-Span. Pero estoy seguro que en alguna fiestecilla de las blacks, o en las dietas del caloret, algún periodista “de la cuerda” se habría apuntado a la fiestuki. Y desde luego nunca serán lo suficientemente incómodos para contar que estaban en esa fiesta, y nunca pedirán perdón por no grabar lo que no pudieron grabar por estar bebiendo con Rita Barberá, por poner un ejemplo.

 

 

 

 

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