Este nuevo ataque azerí forma parte de una estrategia de guerra de baja intensidad, que mantiene en tensión la frontera armenia desde la invasión de Artsakh, en noviembre de 2020, pese al armisticio al que se vio obligado a firmar el gobierno de Nikol Pashinyan
Por Angelo Nero
İlham Aliyev, el sátrapa que dirige los destinos de Azerbaiyán, y cuya familia ha regido los destinos de esa nación del Cáucaso, prácticamente, desde los años setenta, ha vuelto a cumplir sus amenazas contra el pueblo armenio, no solo contra la República de Artsakh, que atacó e invadió en 2020, ocupando tres cuartas partes de su territorio, y que mantiene asediada e incomunicada desde hace nueve meses, sino contra la misma República de Hayastán, contra el estado de Armenia, al que ha vuelto a atacar este primero de septiembre, a través de la línea fronteriza en Sotk y Norabak, en la región armenia de Gegharkunik.
Este nuevo ataque del ejército azerí se produce solo un día después de la dimisión del presidente de Artsakh, Arayik Harutyunyan, y tres días después de que la alcaldesa de París, la socialista, dirigiera una delegación francesa al paso de Lachín, con la intención de hacer llegar la ayuda humanitaria, a la que el régimen de Bakú volvió a negar la entrada, para prolongar la hambruna que ya se extiende en Nagorno Karabakh. En el ataque, que incluyó un bombardeo con artillería, drones y morteros, contra los puestos fronterizos armenios, tres soldados de esta nacionalidad perdieron la vida, y otros dos resultaron heridos. También se pudo comprobar que Azerbaiyán está acumulando equipo militar y desplazando tropas cerca de la frontera armenia en dirección a Sotk.
El ministerio de Exteriores armenio emitió un comunicado en el que señala: “En el contexto de los llamados específicos para que se elimine el bloqueo ilegal del corredor de Lachin y la creciente presión internacional, esta provocación de Azerbaiyán también tenía como objetivo desviar la atención de la comunidad internacional y evitar el cumplimiento de sus obligaciones. Condenamos enérgicamente este comportamiento agresivo por parte de Azerbaiyán, que va acompañado de un virtual asedio del pueblo de Nagorno- Karabakh mediante el bloqueo ilegal del corredor de Lachin, que dura más de ocho meses y que puede convertirse en un grave obstáculo a los esfuerzos por establecer la estabilidad y la paz a largo plazo en la región. La República de Armenia reafirma su posición de principios: todas las unidades de las Fuerzas Armadas de Azerbaiyán deben retirarse del territorio soberano de Armenia.”
Este nuevo ataque azerí forma parte de una estrategia de guerra de baja intensidad, que mantiene en tensión la frontera armenia desde la invasión de Artsakh, en noviembre de 2020, pese al armisticio al que se vio obligado a firmar el gobierno de Nikol Pashinyan, en el que Rusia aparecía como garante de una paz que ha resultado, a la vista de los hechos, papel mojado, tanto en Artsakh como en Armenia y han sido continuas las rupturas de alto el fuego por parte de los azerís. En mayo de 2021 tropas azerís avanzaron varios kilómetros dentro de la frontera de la República de Armenia, en las provincias de Syunik y Gegharkunik, y a día de hoy todavía permanecen en esas posiciones.
En julio de ese mismo año el ejército de Aliyev subió la tensión en las fronteras de su territorio autónomo de Nakhchivan -arrebatada a Armenia durante el genocidio armenio, ocupándolo en 1918-, extendiendo los enfrentamientos a la provincia de Gegharkunik. En abril de 2021, el dictador azerí llegó a afirmar que la capital de Armenia, Ereván, Zangezur (Syunik) y Sevan (Gegharkunik) eran las «tierras históricas» de Azerbaiyán.
A principios de agosto de este 2022 Azerbaiyán volvió a violar las fronteras de Artsakh, ignorando a las fuerzas de paz rusas, tomando varios puntos estratégicos, a pesar de los llamamientos internacionales a que se mantuviera un alto el fuego que desde Bakú no parecen muy interesados en respetar.
El 12 de septiembre de 2022, el ejército azerí ha iniciado un ataque a gran escala contra Armenia, a lo largo de toda la frontera, bombardeando con artillería y drones las regiones de Goris, Vardenis, Sotk, Kapan y Jermuk, como si fuera el preludio de una invasión del territorio soberano armenio. Y en noviembre del mismo año, en una ofensiva azerí, capturaron más de 30 soldados armenios, que fueron posteriormente devueltos a Ereván gracias a la diplomacia internacional.
Por otra parte, hoy nos recordaba, desde su cuenta de Twitter, nuestra compañera Betty Arslanian, que “Hace 32 años Artsakh declaró su independencia por medio de un referéndum en base a la Ley “Sobre el procedimiento para abordar las cuestiones relacionadas con la secesión de la república de la URSS”. La periodista argentina señaló párrafos de la ley soviética que apoyaron el derecho de autodeterminación del pueblo de Nagorno Karabakh: “En la república de la Unión que tenga en su composición repúblicas, oblásts y okrúgs autónomos, se llevará a cabo referéndum por separado para cada autonomía. Los pueblos de repúblicas autónomas (…) guardan su derecho a decidir (…)sobre su situación jurídica de estado.” Señalando, además que “Artsakh llevó adelante su referéndum, en presencia de observadores internacionales, a la que asistió el 82,2% del número total de votantes y el 99,89% de los participantes votó por la independencia de la República de NagornoKarabakh. Artsakh es independiente. Su pueblo tiene derecho a vivir en su tierra. Y en paz, no con sus derechos vulnerados ni bajo constantes amenazas de destierro.”
Se el primero en comentar