La retransmisión casi en directo, en prime time y en online del desencuentro en la izquierda real no hace más que presagiar la diezma electoral que sufrirá.
Por Puño en Alto
Según la mayoría de los sondeos y encuestas electorales, lo que se dilucidará en Andalucía el 19J es si se va a dar un Ayusazo o un Mañuecazo. Esto es, si el PP va a ganar teniendo más diputados que toda la izquierda junta, incluyendo con generosidad en la misma al PSOE, lo que le facilitaría gobernar en solitario o, sin embargo, ganará con menos diputados que la izquierda junta necesitando, en tal caso, a Vox para garantizarse el gobierno. El gran pacto de gobernabilidad PP-PSOE que evitaría la entrada de la extrema derecha en el gobierno andaluz es descartado por ellos mismos porque sería sentar un precedente que alimentarían las opciones a la derecha y a la izquierda, respectivamente.
En ambos casos se lo están poniendo fácil, con un PSOE-A, cuyo anodino líder no termina de despuntar y más que nunca necesitará de un Pedro Sánchez, en horas bajas, para que pueda movilizar su electorado y le saque del letargo en que se encuentra, no quedándole otra que apelar al sempiterno y recurrente voto útil dada la circunstancia por la que pasa las opciones políticas a su izquierda.
La retransmisión casi en directo, en prime time y en online del desencuentro en la izquierda real no hace más que presagiar la diezma electoral que sufrirá. Aún no han aprendido que lo que más castiga el electorado es la división y, en esta ocasión, ni con la coalición instaurada ocultan sus manifiestas divergencias. La cordura política en esa izquierda lleva reñida con el sentido común y con los valores que dicen defender y nada parece que vaya a ir en otro sentido.
Si bien, a Cs se le presagia un sonoro batacazo, está por ver la profundidad del mismo, porque está en solfa hasta la posibilidad de que el candidato a la presidencia, a quien ya todos consideran como un zombi político, no obtenga acta de Diputado por Sevilla. No obstante, al parecer la irrelevancia política en la nueva legislatura no la podrá evitar y entre los suyos hay quienes están esperando con el cuchillo en los dientes.
Este panorama presagia que, una vez más, en la precampaña y campaña electoral no se hablará de los verdaderos problemas de Andalucía y de la propia situación socioeconómica de la comunidad autónoma. La clave nacional será la predominante porque tanto a unos como a otros así les interesa. La derecha porque quiere que sea un paso que le acerque más a la Moncloa, al PSOE porque no quiere que su principal granero de votos decaiga y la izquierda para que no frustre la posibilidad del frente amplio que está por formarse. Y al último, salir con algo de vida para estar presente en los venideros encuentros electorales.
De lo que no cabe duda es que habrá mucho ruido propio y mediático, y aquella opción política que sepa y pueda hacerse oír entre tanto ruido y garantice que se hable de Andalucía y sus problemas reales dando soluciones viables más allá de consignas y eslóganes vacuos, tendrá mucho ganado.
En definitiva, si de ayusazo o mañuecazo se trata, no sería por méritos propios, sino más bien por deméritos de los demás.
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