Los ciudadanos confinados solo podrán salir de casa para trabajar, comprar alimentos o ir al médico.
El número de casos positivos de covid-19 está alcanzado nuevos niveles récord y los gobiernos de varios países están comenzando a poner límites específicos a los movimientos de personas que no se han sometido a la inoculación de la vacuna.
En países como Austria, donde han gozado de una casi normalidad durante meses, ahora la tasa de infección es de más de 800 casos por cada 100.000 personas y por ello ha aplicado desde este lunes fuertes restricciones a la población no vacunada ante la rápida de propagación del coronavirus.
Al encontrarse al borde del colapso hospitalario, el Gobierno austriaco ha optado por confinar a lo ciudadanos que no estén vacunados o dispongan de un certificado que demuestre haber superado la enfermedad y solo podrán salir de casa para trabajar, comprar alimentos o ir al médico. Estas personas serán controladas por patrullas reforzadas de agentes y en caso de infracciones las multas pueden llegar hasta los 1.450 euros.
Las medidas se mantendrán por un periodo inicial de diez días, aunque los expertos consideran que deberán extenderse para poder romper esta ola y, para que los no vacunados recapaciten. «No estamos tomando este paso a la ligera, pero desafortunadamente es necesario», ha dicho el canciller Alexander Schallenberg. Mientras tanto, cientos de personas salen a las calles protestando y portando pancartas que rezan: «Nuestros cuerpos, nuestra libertad para decidir».
Por su parte, Viena ya ha anunciado que añadirá normas para participar en la vida social a fin de proteger el sistema sanitario y la economía que afectarán también a los vacunados o sanados, pues además de los certificados deberán añadir una prueba negativa de PCR para ir a restaurantes y a todos los eventos con más de 25 participantes.
Alemania
La profesora Eva Schernhammer, de la Universidad Médica de Viena, explicaba en este reportaje de la BBC que mientras los hospitales sigan recibiendo pacientes las medidas siguen siendo necesarias. En Alemania a las personas no vacunadas se les ha prohibido ir a restaurantes, peluquerías y cines. La policía llevará a cabo controles al azar en los espacios públicos para determinar el estado de vacunación de las personas y quien no cumpla con la norma podría arriesgarse a recibir una multa que va desde los 500 euros a los 1.500.
En ciudades como Berlín unas nuevas normas excluyen a las personas que optan por no vacunarse en muchas áreas de la vida pública y solo las personas que estén completamente vacunadas pueden comer dentro de restaurantes o ir a clubes o bares. Además, los eventos al aire libre con más de 2.000 visitantes también estarán prohibidos para los adultos no vacunados.
España
Mientras, en nuestro país, las autoridades autonómicas empiezan a no ser ajenas a la estrategia que se va imponiendo en otros países de la UE, centrada en aislar a los no vacunados, a quienes consideran responsables de que la pandemia vuelva a esta desbocada, y están considerando la opción de exigir el pasaporte Covid para acceder a hospitales y otros lugares públicos, algo que Galicia, Cantabria o Cataluña ya hacen para entrar en bares de copas.
Otros países
En los Países Bajos, en respuesta a un fuerte aumento de las infecciones, se han impuesto medidas lockdown-lite para limitar los contactos sociales. Las medidas incluyen el cierre anticipado de restaurantes y tiendas. En Letonia se volvió a imponer un confinamiento y se ha prohibido a los legisladores que van en contra de la vacuna votar las leyes y participar en debates.
En Rusia, solo alrededor del 35% de la población ha sido completamente vacunada, por ello, a finales de octubre, Moscú decidió cerrar tiendas, restaurantes y escuelas parcialmente mientras los trabajadores recibieron nueve días de vacaciones pagadas para frenar los contagios.
Por su parte, Singapur ya ha dicho que aquellos que permanezcan sin vacunar por elección tendrán que pagar sus propias facturas médicas a partir de diciembre.
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