Llegando a una edad, algunas personas necesitan una atención y asistencia continua, o al menos programada, para que puedan desempeñar sus tareas del día a día y vivir cómodamente, aunque se encuentren en una edad avanzada. Por ello, debemos optar por varias opciones, siempre atendiendo a las posibilidades y necesidades de cada persona, ya que estos aspectos son fundamentales para que reciban la atención necesaria sin derivar en un exceso de preocupación o una falta de servicios fundamentales.
Qué se debe tener en cuenta para analizar la situación
A la hora de buscar unos servicios de asistencia para personas mayores, debemos tener en cuenta varios factores. Uno de los fundamentales, es la salud de la persona, ya que dependiendo de su estado precisará de un tipo de profesional u otro, y un nivel de asistencia mayor o menor. Teniendo en cuenta su historial clínico y su estado actual en el momento del análisis de la situación, habrá que tener en cuenta si la persona es capaz de valerse por sí misma en este aspecto, ya que es común que puedan aparecer enfermedades, como la polimialgia reumática al cabo de los años, entre otras, ocasionando dolor y rigidez en la zona de los hombros y las caderas, es decir, en dos de las grandes articulaciones del cuerpo.
Relacionado con este aspecto, se encuentra la movilidad, ya que una falta de esta capacidad puede dificultar la realización de bastantes tareas del hogar y de la vida diaria. A su vez, las instalaciones y la vivienda donde reside la persona es un aspecto fundamental a considerar, ya que contar con espacios adaptados para silla de ruedas, ascensor u otras facilidades, son fundamentales.
En algunos casos, no es posible que la familia o los amigos puedan ofrecer una dedicación como necesita la persona. En estos casos, puede ser una buena opción la contratación de servicios para que esta persona siempre cuente con asistencia, para ello, tendremos que evaluar si se necesita un servicio ajeno al hogar donde deba pasar gran parte del día.
Opciones de asistencia
Aunque las dos opciones más habituales para las personas con dependencia o necesidades de atención y ayuda, suelen ser las residencias y los centros de día, existen otras posibilidades. Las residencia se diferencian principalmente de los centros de día, en que ofrecen servicios de atención durante las 24 horas y los usuarios son internos, es decir, viven en las instalaciones acondicionadas para su día a día, con la posibilidad de salir de sus instalaciones si se encuentran en situaciones óptimas, o bien, acompañados de un familiar o amigo que se haga responsable de su seguridad.
En los centros de día, los usuarios reciben atención durante horario diurno, pudiendo ser solo durante unas horas, para acudir a algunas actividades junto a personas de su misma edad y necesidades, quedándose a comer o incluso a pasar todo el día. En ambos casos, los usuarios son atendidos por profesionales geriátricos, para que se cumplan sus necesidades en las mejores condiciones y para su mayor beneficio.
Sin embargo, hay algunas personas que no quieren desplazarse a estas instalaciones y que prefieren seguir haciendo su día a día en el hogar, siempre y cuando sea posible por sus circunstancias. En estos casos, hablamos de la asistencia a domicilio de profesionales de enfermería o de atención geriátrica que pueden cumplir con tareas como la limpieza del hogar, la ayuda y mantenimiento de la higiene personal, seguimiento sanitario y de la medicación del paciente, así como asistente para tareas diarias, como la visita al médico, ir al supermercado e incluso, dar un paseo y otras tareas de ocio.
La tarea principal de estos profesionales es que el usuario se encuentre cómodo, evitar que tenga que hacer grandes esfuerzos, y que así, gracias a su ayuda, su día a día sea más sencillo y adaptado a sus necesidades y posibilidades, para que no le falte nada en ningún momento.
Teniendo en cuenta todos estos aspectos, ahora ya puedes evaluar las mejores condiciones y necesidades de asistencia para esa persona mayor querida.
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