Anuel AA y Justin Quiles han mostrado que no tienen interés en la libertad de su pueblo, sino en llenarse los bolsillos mientras venden la dignidad de su gente.
Por Héctor Bujari Santorum | 2/09/2024
En un acto que evidencia la degradación moral y cultural de algunos exponentes del reguetón, Anuel AA y Justin Quiles, se han arrodillado ante el imperialismo estadounidense al respaldar públicamente al expresidente Donald Trump, un criminal condenado por 34 delitos. Durante un mitin celebrado el 30 de agosto en Johnstown, Pensilvania, ambos reguetoneros subieron al escenario junto a Trump, los describió como “increíbles leyendas musicales puertorriqueñas”.
Vestidos con gorras rojas que llevaban el lema “Make America Great Again”, símbolo de la supremacía blanca, Anuel AA y Justin Quiles se mostraron como títeres del capitalismo, traicionando a su pueblo. Anuel, en un acto de descarada sumisión, agradeció a Trump por la oportunidad de estar allí, ignorando la explotación y la pobreza que el imperialismo ha impuesto sobre Puerto Rico.
Justin Quiles,se unió al espectáculo, alabando a Trump como “el presidente más honesto que jamás hayamos tenido”.
Lo más vergonzoso es que ambos artistas representan a un género musical, el reguetón, que originalmente surgió de los barrios más pobres de Puerto Rico como una forma de resistencia cultural. Este género, ha sido secuestrado por el capitalismo para convertirse en un instrumento de alienación y control. Lo que alguna vez fue un grito de guerra contra la injusticia se ha convertido en un vehículo para el «fronteo», la glorificación del dinero, las drogas, la cosificación de las mujeres y una vida de superficialidad.
Anuel AA y Justin Quiles han mostrado que no tienen interés en la libertad de su pueblo, sino en llenarse los bolsillos mientras venden la dignidad de su gente.
Puerto Rico ha experimentado una lenta reducción en la tasa de personas y familias que viven en condiciones de pobreza. En 2019, el 42% de las personas y el 40% de las familias estaban en esta situación, de las cuales el 24% vivía en pobreza extrema.
Cabe destacar que Puerto Rico es una colonia de los Estados Unidos, lo que implica que solo puede comerciar con la metrópolis bajo ciertas restricciones, y está sujeto a un salario mínimo que no se ajusta a las capacidades de la economía boricua.
Existen restricciones comerciales impuestas por leyes como la Ley Jones de 1920, que requiere que los bienes transportados entre puertos estadounidenses (incluyendo Puerto Rico) sean llevados en barcos construidos, de propiedad y operados por estadounidenses. Esta ley encarece ciertos productos en la isla.
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