Entrevistamos a Antonio Rodrigo, director de cine documental y fundador de Nomadocs. Viajero y explorador de historias, se define como un artesano del cine social. Hablamos con él sobre su película «Limbo. La promesa olvidada», en la que pretende concienciarnos sobre la dolorosa realidad de la última colonia española, el Sahara Occidental.
Por Angelo Nero | 15/07/2024
Lo primero que me llama la atención al documentarme para esta entrevista, es descubrir que detrás de la producción de “Limbo, la promesa olvidada”, está una productora, NomaDocs, con una ambiciosa carta de presentación: “empleamos el Cine y la Fotografía Documental como herramientas de concienciación y sensibilización social”, pero que también es una asociación sin ánimo de lucro, con sugestivos proyectos audiovisuales y sociales. Cuéntanos, Antonio, como nace NomaDocs, y cuales son sus objetivos…
NomaDocs nació tras un largo viaje de experiencias en la comunicación para la cooperación internacional que forjaron un objetivo clave, hacernos llegar historias que juegan un papel de vital importancia hacia nuevos modelos de vida más sostenible. Siempre he disfrutado creando y dando vida a las culturas del mundo, con bases de antropología visual y cine etnográfico, tratamos de participar o producir en proyectos con compartan nuestros mismos valores.
Detrás de “Limbo”, además de NomaDocs, está la la Asociación Sáhara Acción Granada, que unieron sus fuerzas para llevar a cabo este proyecto para rescatar la memoria de un pueblo, el saharaui, con el que el estado español tiene una deuda histórica. ¿Cómo surge la idea de esa colaboración y nace ese proyecto de acercar la mirada a los campos de refugiados de Tinduf?
La suerte quiso que un médico llamado Juan Cervera, embarcado en uno de los Proyectos Sanitarios de Sahara Acción Granada, en los campamentos de refugiados, fuese más allá de su labor asistencial impactado por un contexto geopolítico, histórico y social sobrecogedor. La idea caló con entusiasmo en todo el equipo, y entre cálidas conversaciones al abrigo de las jaimas y alrededor del té, empezaron a construir la alianza que daría lugar a LIMBO. Combinando el trabajo y la experiencia de SAG en el terreno, con las habilidades y sensibilidad de NomaDocs. Nos pusimos manos a la obra y la motivación era hacer una película que mostrase al mundo la belleza de este pueblo, su elegancia política, su entereza humana y su ejemplo de resistencia pacífica. Una lucha sin rencores por recuperar su historia y la tierra que un día les fue violentamente arrebatada.
Rodar en los campos no ha debido ser fácil, me imagino se plantearían un montón de problemas de logística, además del propio viaje, y de las trabas burocráticas a las que os debisteis de enfrentar para llevar el equipo a través de Argelia. Además, el guión fue escrito a cuatro manos, con Ana Hidalgo que, además, es la narradora que nos va conduciendo en esta historia ¿El rodaje de un documental de estas características, obliga a improvisar mucho, a ir reescribiendo el guión sobre la marcha?
Si no hubiera sido gracias a la labor y potencial de Ana Hidalgo como voz representativa del trabajo y experiencia de SAG , LIMBO no hubiera sido posible. Gracias a SAG, resolvimos problemas de logística en terreno, rodar en un campo de refugiados limita recursos, y es de vital importancia y necesidad estar respaldado por equipo local para resolver cualquier imprevisto. La idea de crear un guion, o estructura narrativa como yo le llamo, la comenzamos junto a Juan en el mismo vuelo a Argel, una fórmula que nos permitiera filmar los recursos necesarios para poder montar una película novedosa en cuanto a un tema del que hay trabajos previos, un plan que requiere de soluciones prácticas, creativas y efectivas. Sin duda luego tuvimos que darle una vuelta en el montaje y gracias a la participación de Ana y su discurso, la película consiguió el objetivo marcado.
La fotografía de Pablo de las Cuevas consigue llevarnos a ese desierto lleno de texturas, de emociones, y consigue meternos la arena bajo la ropa, sentir el calor de la hamada, pero también nos atrapa con las miradas de las saharauis, y con ese luminoso “final abierto”, ¿qué retos tuvo que enfrentar el director de fotografía a la hora de rodar en los campamentos?
Para comenzar, tuvimos que cruzar un drone por la frontera de Argelia diciendo que era un proyector para ver películas en los colegios. Pablo tiene una gran sensibilidad y además es un gran profesional, gracias a nuestra amistad y experiencia trabajando juntos en Asia, hicimos un buen trabajo de coordinación para las secuencias que planteamos, gracias a la experiencia técnica y las herramientas de Pablo, conseguimos hacer algo nunca hecho, tomas que nos hagan ver los campamentos como nunca antes se había visto.
Una de los aciertos importantes de la película es que habéis retratado a varias generaciones del Sahara, desde los más mayores, que conocieron el Sahara como colonia española, y luego la invasión marroquí y la guerra en los setenta, pasando por los que ya crecieron en los campos de refugiados, en la hamada argelina, hasta los que nacieron allí. ¿El pasado, el presente y el futuro del pueblo saharaui tiene un hilo conductor, algo que transciende a las generaciones, o en los más jóvenes hay más sueños que la libertad de su pueblo?
El sueño y la esperanza por la libertad es algo que ha perpetuado en el pueblo saharaui generación tras generación desde mi punto de vista y experiencia en este proyecto. Su admirable dignidad y capacidad de resiliencia fue lo que más me marcó, y pienso que eso es lo que los mantiene fuertes y en pie, y da sentido a la cultura de un pueblo que a pesar de un largo exilio, mantiene un sentido comunitario por la vida y supervivencia, admirable, deberíamos aprender más de ellos.
La mujer es la piedra angular de la sociedad saharaui, ellas tuvieron que crear una nación en el desierto, mientras los hombres luchaban en el frente contra el ejército marroquí, ¿en las estructuras políticas y sociales de la RASD también tienen las mujeres un papel destacado?
Evidentemente, y fundamentalmente es por ello por lo que quisimos rendir homenaje a su papel en esta película, sin ellas, combativas en todos los aspectos, el levantamiento y funcionamiento de los campamentos no hubiera sido posible.
La película se estrenó en el Festival de Cine Europeo de Sevilla (SEFF), coincidiendo con la reanudación de la guerra en el Sahara, una guerra que, por otra parte, ha sido silenciada por los medios de comunicación masivos en el estado español. Además también ha sido proyectada en el FiShara y en otros festivales ¿Cuál ha sido la respuesta que tuvo “Limbo” en estos festivales y cuál ha sido su recorrido?
Debido al contexto que reflejamos, es un tema incómodo para algunas personas, pero de esto se trata el proyecto, como dice mi amiga y compañera Ana, “Es hora desempolvar verdades incómodas”, el objetivo es dar voz para las generaciones futuras ante un tema muy silenciado, algunos Festivales nos vetaron, pero gracias a personas del mundo de la cultura y que creen el cine como un portal y puente libre de expresión, la película ha tenido recorrido a nivel nacional e internacional en muchos festivales.
Antes mencionaba el papel de los medios de comunicación con respecto al Sahara, ¿a que crees que se debe ese silencio casi unánime de la prensa española sobre un conflicto que nos toca tan de cerca?
Desde mi punto de vista, básicamente porque hay conflicto de intereses que no interesa que se resuelva, unos pagan con su vida y otros se benefician, pero esto es vergonzoso y cruel, y los responsables lo saben, pero no interesa que se hable de ello evidentemente… Como está pasando en Palestina, que es un claro ejemplo muy similar, una brutal violación de los derechos humanos permitida y contemplada por todos, ¿Porque no hacemos algo al respecto?… ¿Y cómo podemos hacerlo?.
Son importantes como recursos narrativos los archivos documentales para poner en contexto diversas etapas de la historia del Sahara, ¿como ha sido el trabajo de documentación para la película? ¿A qué fondos documentales habéis podido acceder?
Hemos recibido mucho apoyo de numerosas fuentes, personas y organizamos gracias un motivo muy claro, nos mueve la misma causa, “Una promesa olvidada y una lucha incansable por la justicia y la libertad del pueblo saharaui”.
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