Antónimo de corresponsable: Ferrovial

La falta de democracia en las empresas es un problema, las decisiones no las pueden tomar solo quienes representan al capital.

Por Mari Ángeles Castellanos

El antónimo de corresponsable es la empresa española y mucho española que busca maximizar sus beneficios sin ningún objetivo social o medioambiental. También podemos incluir en este antónimo a los voceros que hablan en nombre de esos sufridos autónomos que levantan el país y que piden más ayudas, 0 impuestos, 0 cotizaciones empresariales, bajos salarios y que el Estado les pague el sobrecoste que les supone tener que asumir la subida de precios provocada por los incrementos de los beneficios de otras empresas a las que les compran sus productos o servicios.

Que paguen otros, ese parece ser su lema.

Corresponsable: Que comparte la responsabilidad con otro u otros, así se define esta palabra en el Diccionario de la lengua española de la RAE.

Resulta más difícil encontrar una palabra que sea el antónimo de corresponsabilidad, aunque es mucho más fácil encontrar antónimos de corresponsabilidad con  ejemplos o con imágenes, si hiciéramos hoy un diccionario visual de antónimos podríamos ilustrar el antónimo de corresponsable, por ejemplo, con la imagen de Ferrovial.

Esta empresa, como tantas otras, como todas en realidad, se ha enriquecido utilizando infraestructuras públicas ¿acaso no han utilizado las calles, las carreteras, el servicio de alcantarillado? Obviamente sí, también se han servido de la sanidad pública que ha permitido que quienes han ido generando la riqueza que hoy acumulan, sus trabajadoras y sus trabajadores, tuvieran salud suficiente como para ir a trabajar, y estas personas también se han servido de servicios públicos para adquirir las capacidades que les permiten desempeñar sus funciones y para vivir cada día.

Esta empresa se ha beneficiado de los acuerdos internacionales que le han permitido expandir su actividad fuera de su lugar de origen ¿acaso piensan que para la construcción de los espacios comunes y de las instituciones internacionales no se han necesitado recursos públicos?

Y qué hay del conocimiento acumulado por la humanidad del que se han beneficiado para desarrollar sus productos y servicios, ¿acaso no han utilizado avances que tienen su origen en la investigación financiada con fondos públicos en alguna parte del proceso?

Si analizamos cada pequeña parte de los procesos productivos vamos a encontrar algún uso gratuito de conocimiento o tecnología y todo esto no se podría haber producido y difundido sin estructuras públicas.

Las estructuras sociales de un país, en este caso de España, así como sus infraestructuras en un sentido amplio, son la base que han permitido crecer a las empresas, pero cuando se trata de que las empresas sean corresponsables con su país, con el entorno que les permite existir, mantenerse y crecer, se ponen de perfil para eludir sus responsabilidades, recurren al chantaje amenazando con la destrucción de empleo o con abandonar el país o el territorio al que pretendan chantajear.

La falta de democracia en las empresas es un problema, las decisiones no las pueden tomar solo quienes representan al capital.

Señala Thomas Piketty que un solo accionista no debería tener más del 10% de los derechos de voto en una gran empresa, Piketty aboga por una distribución del poder mucho más igualitaria. Se puede leer más sobre estas y otras propuestas del economista francés en su libro “Una Breve Historia de la Igualdad”  editado por Deusto  y también en esta entrevista.

Hay otras cuestiones mucho más evidentes o reconocidas como el acceso a subvenciones o a cualquier tipo de ayudas públicas, incluidos los espacios en los que se ponen en contacto empresas con potenciales clientes o inversores extranjeros que se financian con fondos públicos, pero estas empresas se comportan como si su éxito, su situación privilegiada, fuera fruto exclusivo de la capacidad y de la acción de quienes poseen y dirigen estas compañías y consideran que no tienen ninguna obligación respecto a quienes de verdad han hecho posible que existan  y que son por supuesto las personas que a lo largo de los años han trabajado en ellas y también quienes con sus impuestos y cotizaciones han financiado las infraestructuras, las estructuras sociales y el conocimiento en los que se han basado para existir y crecer.

Son el antónimo de corresponsable, se niegan a compartir la responsabilidad que supone tener una existencia colectiva. Cuando se plantea que contribuyan pagando más impuestos, mejorando salarios o mejorando condiciones laborales rehúyen sus responsabilidades y acusan y acosan a quienes osan cuestionar su comportamiento mediocre y egoísta. ¿Quiénes se han creído que son para apropiarse así de los recursos que no les pertenecen y encima venderlo como una decisión a la que se han visto obligados por la acción política?

Este tipo de empresarios y los partidos políticos que les aplauden y que en realidad son su brazo político, son los causantes de las desigualdades que atraviesan las vidas de la mayoría social y se revelan cuando hay un mínimo atisbo de justicia social que amenaza sus privilegios, pero la razón y el poder real no son suyos, la verdadera fuerza está en las mayorías sociales que han de ser conscientes de las desigualdades, de sus causas y de las soluciones. El camino a la igualdad es el único camino a la prosperidad.

Dejo para el final los cuidados, esos cuidados imprescindibles para que todo avance, también Ferrovial, unos cuidados feminizados siempre y que están tras muchas de las brechas de género que atraviesan la vida de las mujeres y que permanecen invisibilizados por quienes acaparan la riqueza porque, atender los cuidados de forma corresponsable, supone dedicar recursos económicos y a eso no están dispuestos quienes prefieren cambiar de país antes que permitir que la riqueza y las rentas se repartan de forma justa.

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