Quien, bajo cualquier argumento, justifique la invasión rusa está defendiendo el imperialismo, la peor pandemia jamás sufrida por la humanidad. Se ha levantado ya un movimiento contra la guerra y en solidaridad con Ucrania en todo el planeta.
Por Adrián Ramírez
24 de febrero de 2022, Putin invade Ucrania con un ejército de 190.000 soldados, 1.000 tanques y misiles, desencadenando una guerra criminal, invadiendo un país soberano y provocando ya la huida de más de 600.000 refugiados. En su comparecencia televisada, Putin exponía sus motivos para emprender lo que, según sus palabras, no es una invasión, sino una «operación militar especial» destinada a “desmilitarizar y desnazificar” Ucrania. El Kremlin sostiene que el gobierno ucraniano -al que tacha de «nazi»- estaba planeando retomar por la fuerza las regiones separatistas del Donbas y que sobre la población local se cernía la amenaza de un “genocidio”. ¿Pero esto es verdad o es solo una amalgama de retorcidas mentiras para que una superpotencia nuclear ataque a un país soberano?
Defender el bombardeo y la invasión de Ucrania para “proteger a las personas de la intimidación y el genocidio por parte del régimen de Kiev” no sólo se corresponde con el típico y retorcido manual discursivo con el que el socialfascismo soviético justificaba sus intervenciones militares, sino que es un guion calcado al que usa el Washington. La OTAN justificó el bombardeo de Belgrado para proteger a la población de Kosovo, y el Pentágono arrasó Bagdad e invadió Irak «por la libertad de los iraquíes». «Masacrar inocentes para proteger inocentes»: esta es la abyecta excusa del imperialismo.
Todos los demócratas y amantes de la paz, a la cabeza los comunistas y revolucionarios, debemos manifestar nuestra solidaridad con el pueblo ucraniano y defender la soberanía y la integridad territorial de Ucrania. De nada sirven los argumento “la OTAN es peor” o “la guerra de Irak no fue tan televisada”, estos argumentos solo sirven para despistar a la gente. Enfrentarse al imperialismo ruso no significa que estés con los americanos y la OTAN. De hecho, Europa debe pelear por tener una voz propia, una claramente diferenciada de EEUU, el cual lejos de ser un factor de paz en este conflicto, solo va a echar más leña al fuego. Hoy decir ¡No a la guerra!, es denunciar la invasión imperialista rusa de Ucrania. Es denunciar que el Kremlin ocupe militarmente un país soberano, pretenda derrocar a sangre y fuego, con tanques y misiles, a su gobierno e imponer por la fuerza la amputación de una parte de su territorio.
Quien, bajo cualquier argumento, justifique la invasión rusa está defendiendo el imperialismo, la peor pandemia jamás sufrida por la humanidad. Se ha levantado ya un movimiento contra la guerra y en solidaridad con Ucrania en todo el planeta. También en Rusia, donde en 53 ciudades miles de ciudadanos se manifestaron valientemente contra la invasión de Ucrania, a pesar de la feroz represión lanzada contra ellos por el gobierno.
No me quiero meter en las afirmaciones de algunos sectores que acusan a Putin de ser comunista. Esto se está repitiendo desde hace días y solo puede reírse como si la historia exagerada de un niño chico se tratara. Putin no es solamente un declarado anticomunista, sino que siempre se ha codeado con la extrema derecha europea. Como lo corroboran la amistosa foto que tiene con Le Pen (la cual está intentando, con poco éxito, hacerla desaparecer) o que desde VOX siempre se le definiera como “un gran patriota del que tomar ejemplo”. Para colmo Putin siempre que puede ataca a Lenin, la última fue culparle de la situación en Ucrania. Dijo que tal país es una construcción artificial del periodo comunista, y que nunca ha tenido tradición estatal.
Lo que es evidente es que ahora mismo es un peligro para la paz mundial, lo que corresponde a los revolucionarios es denunciar esta guerra imperialista. Y como le pasó a los americanos en Vietnam, se han encontrado con un escollo: la lucha del pueblo por su libertad y su independencia nacional. Lo que parecía una guerra relámpago se ha visto contenida por la lucha del pueblo ucraniano. Como si estuviéramos en el 36 se han visto a los ucranianos gritando el ¡No pasarán! Ese grito que los revolucionarios españoles convertimos en un grito de lucha contra el fascismo es el mismo que entonan para hacer frente al imperialismo ruso. Y es que es un grito que no solo han cogido los ucranianos, sino el pueblo ruso también lo han cogido como grito de lucha. Pudimos ver que en una cadena rusa censurada por ser crítica con la invasión justo antes de que se cortara la retransmisión dijeron en español “no pasarán”. Y nosotros no podemos dejar que pase, hemos de apoyar al pueblo ucraniano a la vez que se llevan adelante las acciones necesarias para conseguir la paz. Con medidas concretas como:
1.- Redoblar la actividad diplomática buscando intermediarios internacionales de primer orden. La UE debe encabezar estos esfuerzos.
2.- Ampliar la ayuda humanitaria y la acogida de refugiados sin límites en el número, en el tiempo y en el gasto.
3.- Apoyar las medidas económicas tomadas que puedan contribuir a aislar, frenar y detener a Putin y a los oligarcas rusos.
4.- Apoyar las iniciativas que contribuyan a la autodefensa del pueblo ucraniano y la defensa de su país, incluyendo el envío de armas que demanda el país agredido.
5.- Reclamar al Gobierno Español que actúe para que las consecuencias económicas, sociales y políticas de la guerra no recaigan sobre los hombros de los más desfavorecidos. Quienes más beneficios y riqueza acumulan deben contribuir decisivamente con los costes de la guerra, y el gobierno actuar para contener la inflación y las cargas sobre la población.
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