Por Javier DG @olduvay22
Con papeles en blanco impresos
en nuestra Carta Fundacional,
os damos la bienvenida con la boca llena
de intenciones vacías.
Vemos por televisión
el ímpetu dedicado a remar
para retirar infinitos litros de agua
con esas manos sin membrana
confundidas en la mar.
Qué lección de valentía
por alcanzar un horizonte
donde nunca sale el sol.
Qué rastro de humedad
generado por lágrimas de gente normal
escandalizada mientras camina
sobre la fosa común turca,
con una alfombra negra de euros
cubriendo el suelo
desde Ankara a Bruselas,
pasando por Lesbos.
Cuánto arrojo al abandonar el hogar
con la ropa cargada de polvo
y la cara maquillada de puro miedo,
en balsas con círculos de caucho negro
o por caminos de horror burócrata
que decoran vuestro hastío.
Vemos en televisión
cómo el peso del combustible humano
inclina la embarcación
y acumula almas en una esquina.
Mientras, en tierra, espera agazapado
un espectro político hecho carne
que allá donde vais
os deja a la deriva
sin predicar el desarme.
Y Morenés, aplaude
Bienvenidos.
Hombres mujeres y niños.
Muertos, ausentes o vivos.
Os esperamos desde el sofá parlamentario
con calefacción y pantalla de plasma.
Os vemos tocar el timbre.
En este momento, está de vacaciones
el ujier que abre la puerta
y nosotros, desde el Parlamento,
rezamos por el milagro
de veros desaparecer…
…en brazos del esperpento
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