Alternativas económicas frente a la demagogia

Las propuestas liberales son hipocresía pura y se sustentan en buena parte en un desconocimiento generalizado de cuestiones económicas que deberían formar parte de la formación básica de la ciudadanía.

Por Mari Ángeles Castellanos

Las noticias económicas inundan nuestro día a día, los datos económicos se utilizan como instrumento político, algo lógico y deseable, el problema aparece cuando se hace demagogia con la información económica y se usa para polarizar a la ciudadanía, para causarle mayor malestar con fines partidistas e ideológicos y en esto, como en muchos otros aspectos de la vida, sería deseable que  la ciudadanía tuviera el conocimiento técnico suficiente para distinguir la verdad de la demagogia y la mentira.

Quienes pretenden engañar y polarizar culpan al Gobierno de las subidas de precios mientras defienden el modelo económico de quienes realmente están subiendo esos precios para aumentar su margen de beneficios a costa del sacrificio de los hogares que ven como se deteriora su poder adquisitivo, al tiempo, utilizan este deterioro del poder de compra y el malestar que causa llegar a fin de mes con dificultades para, nuevamente, culpar a quienes gobiernan sin señalar en ningún momento a los verdaderos culpables  que son esas empresas que se están enriqueciendo.

Generar malestar y utilizar ese malestar contra quienes pretenden minorarlo es una práctica habitual de la derecha.

Hablan de libertad y de no intervención de los gobiernos, de dejar libertad a las empresas que supuestamente son las que hacen crecer la economía, de bajar los salarios porque de lo contrario peligran esos beneficios estratosféricos, de bajar los impuestos que supuestamente impiden el crecimiento, eso sí, piden más ayudas del gobierno para las empresas y sus necesidades pero no para la gente que necesita servicios públicos o ayudas de subsistencia.

Las propuestas liberales son hipocresía pura y se sustentan en buena parte en un desconocimiento generalizado de cuestiones económicas que deberían formar parte de la formación básica de la ciudadanía.

Contar mentiras y engañar en ocasiones es mucho más fácil que explicar la verdad, no todo es sencillo y no todo se puede explicar con pocas palabras y de eso  también se aprovechan quienes quieren a una ciudadanía engañada para que les apoye en sus fines desigualitarios, además también cuentan con la interiorización del capitalismo como si se tratara de una verdad indiscutible, mucha gente empatiza más y entiende mejor las necesidades especulativas de quien posee inmuebles que las necesidades habitacionales de quien no tiene recursos y a esto también contribuye el hecho de que se culpabiliza a las víctimas de su situación y se convierte a la vulnerabilidad y a la precariedad en algo vergonzante cuando en realidad son productos del extractivismo económico.

En los últimos años hemos vivido la demostración de que quienes decían que subir el salario mínimo destruía empleo mentían, quienes decían que la reforma laboral destruía empleo mentían, y mentían y mienten porque lo que no quieren decir es que en realidad estas medidas de reparto justo de la riqueza determinan que las élites a las que defienden pierden parte de sus privilegios y no están dispuestos a ceder nada aunque sus vidas no cambien mejorando la vida de millones de personas que dependen se sus empleos y que cobran salarios mínimos.

Recupero a la economista Joan Robinson  que afirmó que:

Todos debemos saber Economía, aunque sólo sea para no ser engañados por los economistas y, sobre todo, por quienes no lo son.

Es importante saber Economía y es importante ser conscientes de  que hay muchas formas de hacer las cosas como bien saben en Economistas sin Fronteras (EsF), una organización que señala como su objetivo principal contribuir a generar cambios que permitan alcanzar unas estructuras económicas y sociales justas y solidarias, basadas en los derechos humanos.

En EsF apuestan por un modelo de desarrollo que, además de garantizar el disfrute pleno de los derechos humanos, promueva la sostenibilidad de la vida.

En la página web de la organización se puede acceder a sus publicaciones entre las que se encuentran los Dossieres EsF, el número 50 es un número especial que celebra la ya dilatada trayectoria de esta publicación que comenzó en 2011 y lo hacen con una recopilación de artículos divulgados a lo largo de los 12 años de vida que atesora la publicación.

El primero de estos artículos tiene un título que es toda una declaración de intenciones, “Otra política económica no sólo es posible, sino necesaria” lo firma el profesor Carlos Berzosa Alonso-Martínez y fue publicado originalmente en 2012.

Este artículo habla de la crisis financiera iniciada en 2007 y apunta que  frente a la creencia generalizada de que los economistas no fueron capaces de preverla señala que no fue así y que si hubo economistas que alertaron del peligro en el que la economía estaba sumida aunque como también se dice en el texto estos profesionales no fueron escuchados en su momento e incluso fueron denostados.

El profesor Berzosa cuando habla de las medidas que se estaban tomando para atajar la crisis y que hoy sabemos que fueron totalmente erróneas y empeoraron la situación, señala que “No hay que caer en la trampa de que no hay otra alternativa de política económica. Desde luego que existen propuestas distintas y bien elaboradas, pero que tienen ante sí el muro de los grandes poderes económicos, que han reforzado su dominio en los últimos años y no están dispuestos a ceder, y también el de la ortodoxia económica dominante.”  Concluye el artículo diciendo que “En definitiva, otra política económica no sólo es posible, sino que es necesaria, si no queremos convertir este mundo en una crisis permanente, con muchos damnificados y millones de personas excluidas de los frutos del progreso alcanzados por la ciencia y la tecnología”.

En la presentación de la publicación José Ángel Moreno Izquierdo apunta que una de las razones por las que han elegido el artículo del profesor Berzosa ha sido “porque las líneas de respuesta progresista que el artículo apuntaba han ganado creciente aceptación con el tiempo, estando en buena parte en la base de la senda de actuación que una amplia serie de expertos —así como la Comisión Europea y el propio Gobierno— viene defendiendo como respuesta ante la nueva crisis que años después ha desatado la pandemia”

En el artículo se exponen propuestas que en esta nueva crisis se han demostrado más beneficiosas para la mayoría social sin que, por cierto, los grandes poderes económicos dejen de serlo, basta con ver los resultados de la banca o de las energéticas que han triplicado sus márgenes desde la pandemia.

Queda mucho por hacer para acabar con las desigualdades y el primer paso es querer acabar con ellas. Lo que está claro es que  otra economía más social, más justa y más sostenible es posible y que hay profesionales que trabajan en ello con propuestas para que más gente pueda vivir mejor, aunque el capitalismo tenga secuestrado gran parte del pensamiento, el cambio es posible. El movimiento feminista y las transformaciones que están logrando son un ejemplo de cómo con tesón y apoyo social hasta espacios tan inamovibles masculinizados y machistas como el fútbol pueden cambiar, eso sí, poner los cuerpos al frente de las luchas no es fácil, tiene coste y suele ser elevado, por eso es importante el apoyo social y contar con personas  dispuestas a continuar con la lucha.

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