Entrevistamos al activista saharaui Ali Salem Tamek, quien nos habla sobre la resistencia del pueblo a la ocupación marroquí.
Por Héctor Bujari Santurum | 2/05/2025
Ali Salem Tamek, activista saharaui y defensor de los derechos humanos, ha sido una figura en el Sáhara Occidental ocupado contra la ocupación marroquí. A lo largo de su vida, ha sido detenido y secuestrado en varias ocasiones por las fuerzas de ocupación, y ha sido objeto de tortura y represión. Entre sus protestas más conocidas se encuentran las huelgas de hambre, como la que realizó en 2016 en Assa, para exigir el derecho a la educación universitaria.
En esta entrevista, Ali Salem Tamek discute la situación actual del Sáhara Occidental y las condiciones bajo las cuales los saharauis continúan resistiendo la ocupación marroquí. La conversación será facilitada por Sadam Laktif, quien se encargará de la traducción.
Lo primero de todo, me gustaría preguntarte por tus inicios. ¿Cómo comenzó todo? ¿Cómo era tu vida en Assa antes de convertirte en activista? ¿Cómo empezó este camino?
Antes que nada, me gustaría agradecerte sinceramente por apoyar la causa saharaui, por solidarizarte con los presos políticos saharauis y por dar voz a las injusticias y problemas humanitarios que se viven en los territorios ocupados del Sáhara Occidental.
Sobre tu pregunta, Me afectó mucho personalmente lo que le pasó a mi familia. Mi tio , Lhoucine Tamek, fue asesinado el 21 de mayo de 1977. Él era uno de los líderes de los movimientos de estudiantes. Mi otro tio Mohamed Saleh Tamek fue secuestrado en 1977 y fue un prisionero politico.
Muchos miembros de mi familia fueron a los campamentos de refugiados en Argelia cuando Marruecos nos invadió. Esos eventos me influenciaron para involucrarme en la defensa de la causa saharaui.
Lhoucine Tamek es el título que la gente le dio, como mártir del movimiento de estudiantes, porque fue el primero en ser un mártir como estudiante. En los campamentos de refugiados hay un proyecto de una granja, que tiene el nombre del mártir Lhoucine Tamek. Como te dije, eso me influenció para ello. Aunque bueno, hay muchas razones por las que los saharauis nos unimos a la causa saharaui. Estamos cerca de los campamentos de refugiados en Argelia, no solo en Assa y Zag. Hay problemas económicos.
Quiero añadir un punto histórico. Es verdad que Assa y Zag no están oficialmente dentro del conflicto saharaui, porque las Naciones Unidas no consideran estas ciudades como parte del Sáhara Occidental. Pero históricamente sí lo eran. La gente que vive en Guelmim, Tan-Tan, Tarfaya, Assa, Zag —en lo que se llama hoy el sur de Marruecos— es saharaui. Esa división viene de lo que pasó en la Conferencia de Berlín, cuando se repartió la región. Pero, pese a esa división política, siguen siendo saharauis.
Incluso esta región llegó a estar bajo ocupación española. Guelmim es una ciudad histórica en el Sáhara, es la ciudad más antigua.
Quiero preguntarte, ¿qué fue lo primero que te involucró en la causa saharaui y en la defensa de los derechos humanos? ¿Qué te motivó por primera vez? Has contado un poco sobre tu familia, pero ¿hubo un punto en el que realmente entraste en la causa? ¿Cómo fue ese momento de entrada?
Lo primero es que había un movimiento de liberación de nuestra causa, el problema de la liberación nacional. Los saharauis pedimos nuestras tierras libres. Yo soy uno de ellos, uno de los saharauis. Necesito luchar por nuestro lado, para preservar la dignidad de los saharauis. Lo que me motivó fueron los crímenes cometidos por Marruecos, la división y dispersión de los saharauis, y la represión sistemática que sufrimos.
En los 90s, los derechos humanos comenzaron como movimientos. Empezamos allí. Fui envuelto en sindicatos en Marruecos, fui activista en organizaciones en Marruecos, fui miembro del Foro Verdad y Justicia, fui parte de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos, en la sección del Sahara. Estoy convencido de los derechos humanos, creo que deben ser aplicados en cualquier sitio.
En los 90s, después de los cambios geopolíticos, después de la caída del muro de Berlín, el mundo se enfocó en el problema de los derechos humanos. Como dije, fui miembro en muchas organizaciones, había lobby en los sindicatos, visité muchos presos políticos y detenidos saharauis. Vi cómo el régimen actuaba con ellos. Hice muchas relaciones con marroquíes defensores de los derechos humanos, también internacionales. Hice muchos progresos. Estoy muy convencido de la defensa de los derechos humanos.
Hay una cosa que leí y me llamó la atención, el nombre de tu hija es Thawra, que significa «revolución». ¿Qué sentido personal tuvo para ti la elección de ese nombre?
El nombre de mi hija es Thawra, un nombre que guarda el espíritu progresista de la revolución y muchos valores que aprecio, como la liberación y el desarrollo de la humanidad. Creo en el valor producido por el pensamiento humano. Más allá de una interpretación limitada de la revolución, creo en la universalidad de los derechos. Apoyo todas las causas, sean religiosas, legales o lingüísticas.

Este nombre tiene un doble significado. Primero, fue prohibido: la ocupación marroquí no me permitió poner el nombre en los papeles. Y segundo, fue forzada al exilio. El nombre fue prohibido en 2004. Ella y su madre fueron forzadas al exilio hace 20 años. Han sido obligadas a vivir como refugiadas en España. Para mí, Thawra representa la armonía personal con mi convicción como activista progresista.
¿Cuáles son los desafíos que el movimiento saharaui está afrontando en los territorios ocupados del Sáhara Occidental?
Primero, hay muchísimos mecanismos internacionales para proteger a los civiles saharauis. Naciones Unidas ha fallado en transformar los mandatos de la MINURSO en uno que gestione el tema de los derechos humanos. Nombramiento de un comisionado de la Unión Europea para el Sahara Occidental, como sí lo tiene para Palestina.
La ocupación ha anticipado iniciativas contra los activistas: arrestos, restricciones de movimiento, ataques a propiedades personales… Todo esto hace que los saharauis tengan más dificultades, con el objetivo de que abandonen la lucha por los derechos humanos y se centren en encontrar algo para alimentar a sus hijos o a ellos mismos. Esto es una forma de presionar a los saharauis para que abandonen el territorio y emigren a otros lugares.
La ocupación marroquí está apoyada por Israel, Francia y Estados Unidos, por lo que cualquier esfuerzo por establecer una misión de derechos humanos iría en contra de esos países. Están robando los recursos naturales del área.
Llevo viviendo en El Aaiún ocupado desde hace 20 años.
¿Cómo ha cambiado tu visión sobre el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación a lo largo de los años?
El principio de autodeterminación es un principio fundamental y no negociable. Cualquier propuesta que no respete este principio no es considerable. Los saharauis y sus autoridades legítimas son los que deben determinar el futuro del Sáhara Occidental.
Estamos luchando por la independencia, por un Sáhara Estado que controle todo el territorio algún día.
Las resoluciones internacionales hablan claramente de la necesidad de una solución pacífica que respete las decisiones de Naciones Unidas, del Consejo de Seguridad o de la Corte Internacional de Justicia. Todos ellos confirman el derecho del Sáhara Occidental a la autodeterminación. El Sáhara Occidental es un territorio todavía en proceso de descolonización. El resto de propuestas no las podemos aceptar. Fuera de ese principio, no hay nada que se pueda aceptar.
España en 1975 propuso la autonomía, y dijimos que no. Marruecos hizo lo mismo en 2007. Los saharauis pueden aceptar lo que quieran, pero siempre dentro de ese principio. Trump, Francia, y otros, no están haciendo nada nuevo. Esto viene de lejos. Kissinger fue el inventor de la Marcha Verde. Vimos banderas de Estados Unidos en ella. Era el secretario de Estado de Estados Unidos. Francia ayudó militarmente a la ocupación del Sáhara Occidental. Todo esto es simplemente una reafirmación de lo que ya ha pasado antes.
Nuestro negociador es el Frente Polisario, el representante legítimo del pueblo saharaui. Tiene que haber negociaciones, sí. Pero cualquier fórmula —por ejemplo, cinco años de autonomía y luego un referéndum— tiene que respetar el principio de autodeterminación. No podemos aceptar nada que no lo respete.
¿Cuál es tu opinión sobre la situación actual de los presos políticos saharauis en las cárceles marroquíes?
Los prisioneros políticos saharauis reflejan, en parte, el problema de la situación de los derechos humanos en el Sahara Occidental. Son prisioneros de conciencia: han expresado su opinión y, por eso, están en prisión, por defender los derechos del pueblo saharaui.
Es una forma de desalentar a los saharauis de defenderse. Los envían a cárceles situadas a kilómetros de distancia de sus familias, como forma de castigo también hacia ellas. Esto hace muy difícil que puedan visitarlos. Por supuesto, Marruecos lo hace a propósito: es una forma más de hacerles sufrir.
Además, dividen a los prisioneros saharauis en diferentes prisiones. Lo que les pasa se sabe: hacen muchas huelgas de hambre, no se les escucha, y denuncian las malas condiciones sanitarias en las que viven.
Durante los últimos 14 años ha habido muchísimos presos en las cárceles. Ocho de ellos tienen condenas de por vida. Pedimos su liberación. Naciones Unidas y el Comité Internacional de la Cruz Roja no los visitan. Aunque ellos los consideran prisioneros políticos, no ven —o no quieren ver— lo que les pasa.
Nos hemos unido a la campaña de la Marcha por la Libertad, liderada por Claude Mangin, esposa de uno de los presos de Gdeim Izik, Naâma Asfari, para exigir la liberación de los presos políticos. También nos hemos sumado a otras campañas, con el objetivo de que la Cruz Roja tenga un comité internacional permanente de revisión de los derechos humanos en el Sahara Occidental.
Fuimos apoyados por muchos miembros del Parlamento Europeo, más de 177 organizaciones de varios continentes, sindicatos, partidos políticos, etc. Hubo también figuras importantes como Noam Chomsky, Jeremy Corbyn, Premios Nobel de la Paz y muchas más que se unieron a esta causa.
Te mandaremos una lista de toda la gente que firmó esto. También hicimos una campaña para la liberación de los presos políticos saharauis y marroquíes de las cárceles marroquíes. Mucha gente, ONGs y personalidades se unieron. Participamos en estas campañas porque creemos que el arresto de saharauis por defender la causa saharaui está en contra de la ley.
Mantengo excelentes relaciones con activistas y militantes de izquierda en Marruecos.
¿Crees que las huelgas de hambre han sido la mejor estrategia para atraer atención a la causa saharaui?
Solo tenemos esta herramienta. Es una de las formas que los presos políticos tienen para reivindicar sus derechos, la única que poseen dentro de las prisiones. Además, es una manera efectiva de exigir derechos fuera de ellas. Yo he participado en 41 31 huelgas de hambre, y he sido obligado a hacerlo; no tenía otra opción para obtener derechos en la prisión.
Después de haber sido detenido en agosto de 2002 por comprometer la seguridad del Estado y ser acusado de pertenecer al Frente Polisario, recibiste una sentencia de un año y cuatro meses, antes de ser incluido en la lista de los 34 presos de conciencia liberados el 7 de julio de 2004, gracias a un perdón real. ¿A qué atribuyes este perdón excepcional del rey Mohamed VI? ¿Qué factores, en tu opinión, determinaron que recibieras este perdón?
En ese tiempo, todos los presos saharauis y marroquíes estábamos en la misma situación, no solo yo. La decisión fue aprobada por el establecimiento, por la IER (Instancia Equidad y Reconciliación Marroqui). Ellos querían crear una nueva atmósfera, dejando atrás las páginas del pasado y recuperando la credibilidad. Eso era lo que querían lograr: anunciar que estábamos en una nueva era, que lo anterior ya era historia, y que estábamos viviendo un nuevo proceso. No sólo liberaron a presos marroquíes, periodistas, etc. No se trataba únicamente de cerrar una etapa, sino que también yo contaba con un fuerte apoyo internacional para mi liberación. Había una campaña que decía: ‘Liberen a Ali Salem Tamek’.

Durante tu detención en 2009, como parte del grupo de los 7, recibiste cargos por visitar los campamentos de Tinduf. ¿Cómo viviste ese momento?
Primero, la visita a los campamentos fue en 2009. Tuve el honor de dirigir la delegación que viajó a los campamentos. Cuando regresamos a Casablanca, nos presentaron cargos, como hacen siempre con todos los defensores de derechos humanos: cargos fabricados, acusándonos de colaborar con la inteligencia argelina. Fuimos llevados ante un tribunal militar, pero gracias al apoyo internacional fuimos puestos en libertad condicional. Hasta el día de hoy, seguimos en libertad condicional.
¿Qué papel crees que pueden desempeñar las nuevas generaciones de saharauis, tanto ahora como en el futuro?
Sin duda, 50 años de ocupación y de represión han cambiado la psicología de las generaciones actuales y futuras. Queremos vivir en paz y estabilidad. Si el principio de autodeterminación no se aplica, esta generación tendrá que continuar la lucha y levantar las banderas para conseguir el objetivo. Hay muchos ejemplos: la experiencia argelina, la de los palestinos, etc.
¿Cuál es tu opinión sobre el plan de autonomía presentado por Marruecos?
Marruecos puede proponer lo que quiera. En 2007 propusieron el plan de autonomía, y pueden seguir proponiendo lo que deseen, pero no debe ser impuesto al pueblo saharaui. Podemos aceptarlo o no, pero el problema es que nos lo están imponiendo, no podemos ver más allá.
Para analizarlo, hay que entender que Marruecos no está calificado para hacer este tipo de propuestas. Marruecos nos ocupa militarmente, controla todos los sectores, “Según los informes sobre los indicadores de desarrollo humano, Marruecos ocupa los últimos puestos, siendo superado por países afectados por la guerra como Libia.” y es inestable. Marruecos se ha negado a aceptar un mecanismo internacional de observación de derechos humanos.
Por tanto, Marruecos no está en posición de proponer ninguna solución. Hay que analizar bien la situación interna de Marruecos. Para mí, la única solución es la autodeterminación. Cualquier otra opción no será aceptada por los saharauis.
Ahora te quiero preguntar por la resistencia pacífica. Tu defiendes la resistencia pacífica, cuando algunos saharauis han hablado de la resistencia armada ¿Crees que la resistencia pacífica ha perdido parte de su fuerza, o sigue siendo la mejor manera en los territorios ocupados?
¿Te refieres a si los saharauis en los territorios ocupados lucharían violentamente?
Sí.
Creo en la lucha pacífica como medio para defendernos en el territorio ocupado. Sin embargo, es la ocupación la que practica la violencia, y eso puede llegar a empujar a los saharauis a luchar violentamente. Personalmente, me alineo con la resistencia pacífica; creo que es la mejor opción y la que puede darnos mejores resultados a largo plazo, especialmente en el territorio ocupado.
Cualquier respuesta violenta de los saharauis en los territorios ocupados tiene como responsable a Marruecos. Haremos responsable a Marruecos de ello, por su represión constante contra el pueblo saharaui.
Hablando de la discriminación, ¿cómo describirías esta discriminación en la obtención de vivienda? ¿Crees que estas acciones constituyen un intento deliberado de desplazar a la población saharaui? ¿Existe una exclusión sistemática?
Lo que está pasando en el territorio ocupado es un proceso de colonización. Lo que están haciendo es quitarles la tierra a los saharauis para dársela a empresas extranjeras. Ahora vemos que muchas residencias están ocupadas por marroquíes, mientras que los saharauis son una minoría. Así funciona la ocupación. Quieren hacernos más pobres, amordazarnos y hacernos huir de nuestra tierra. Están atacando nuestra cultura, nuestra lengua hassanía, y quieren ‘marroquinizarnos’, hacer del Sahara un territorio marroquí, borrar la historia, cambiar los paisajes… todo. Es lo mismo que están haciendo los israelíes con los palestinos. Hay muchas similitudes.
No podemos ni poner nuestras jaimas, nos lo han impedido, solo por mantener nuestra cultura. Hemos llegado a ese punto. Nos quieren en el territorio actuando como marroquíes. Las empresas en nuestra tierra son marroquíes. No tenemos nada. Han repartido drogas para destruir a la juventud saharaui, cambiar su mentalidad, utilizando redes criminales de drogas para desviar a la juventud de la causa de la liberación nacional. También están involucradas en la emigración ilegal, para forzar a los saharauis a abandonar el Sahara Occidental.
Marruecos está dando casas, pero ¿hay una exclusión de los saharauis en estos planes de vivienda?
Hay una exclusión sistemática de todos los derechos, no solo del plan de vivienda. Es un plan de los marroquíes para los saharauis; en todo, los saharauis estamos excluidos.
En los últimos años, muchos jóvenes saharauis están abandonando los territorios ocupados. Algunos de ellos dicen que abandonarlos puede ser una forma de resistencia, exponiendo la opresión marroquí, mientras que otros ven esto como un debilitamiento de la resistencia en el terreno. Basado en tu experiencia como activista en el terreno, ¿crees que abandonar los territorios es una estrategia viable para los saharauis, o es imperativo quedarse para mantener la resistencia? ¿Qué mensaje les darías a las personas que se han ido o que consideran irse de los territorios ocupados?
La migración de los saharauis fuera de los territorios ocupados no es una elección, es una consecuencia de las condiciones de estravío, pobreza y acoso. Es lo que ha pasado con muchos movimientos de liberación, como con los palestinos, por ejemplo, que se han ido a los países fronterizos, a Estados Unidos, a América Latina… Ahora vemos que en Chile tienen una gran comunidad que apoya su causa. Algunos van a Europa, donde hay libertad, y pueden ayudar desde allí. Insisto, no es una elección, son forzados a abandonar el territorio.
Para mí, estar en el territorio es una elección moral y política. Mi mensaje es que se queden en su tierra, eso es una forma de resistencia. Para nosotros, los activistas que estamos en los territorios ocupados, tenemos que encontrar alternativas, cualquier alternativa posible.
Ellos están buscando una represión para que los jóvenes se vayan; tenemos que planear algo para que vuelvan y se queden. Es una resistencia. Los ángeles no resisten en la tierra, los humanos se quedan.
Me gustaría decir que estos jóvenes que se van, los vemos en manifestaciones y campañas, están ahí. Eso es algo que ganamos.
¿Qué opinas de los saharauis que colaboran con Marruecos, participando en estructuras como el CORCAS?
Es su elección, nosotros hemos elegido otro camino. Nunca hemos visto una revolución o un movimiento de liberación donde un segmento no se alinee con la potencia ocupante. No somos únicos, es lo que ha pasado en todos los movimientos, incluidos los marroquíes durante sus problemas coloniales, algunos con España y otros con Francia. Es su elección. El futuro nos dirá quién tiene razón.
Algunas personas critican al Frente Polisario diciendo que está desconectado de las realidades en los territorios ocupados. ¿Compartes esta percepción? ¿Y qué cambios harías?
Es evidente que este debate existe, no es nuevo. Refleja la vitalidad de la democracia saharaui, la diversidad de opiniones y críticas. Esto es una evidencia de nuestra dinámica dentro del Frente Polisario. Refleja nuestra situación. Esta situación es importante: podemos tener discrepancias en los medios, pero no las tenemos en los objetivos, que son la autodeterminación y la creación del Estado Saharaui. Podemos discutir el método, podemos discutir la manera, pero nunca los principios.
Como miembro fundador de CODESA, ¿qué rol está teniendo esta organización en la documentación de las violaciones de los derechos humanos? ¿Cómo evalúas la evolución de CODESA? ¿Estás incorporando nuevos miembros? ¿Cómo crees que va a evolucionar?
CODESA juega un rol importante, no solo indicando la situación de los derechos humanos, sino que lo más importante es que preservamos la memoria colectiva de los saharauis y de esta era. Después del Congreso de 2020, decidimos que teníamos que trabajar en una línea. Hemos participado en congresos internacionales, nos hemos expandido en muchos sitios y tenemos mucha gente nueva. CODESA ayuda a crear un espacio para promover los derechos humanos de los ciudadanos, no sólo documentamos las violaciones de los derechos humanos.
Si pudieras hablar directamente con el rey de Marruecos, ¿qué le dirías?
Le diría que respete el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación para que podamos vivir en paz. Que respete la soberanía de cada nación. La autodeterminación es importante para que vivamos en paz, cooperación y respeto mutuo.
¿Cuál es tu visión del futuro del Sahara Occidental en los próximos 10 o 20 años?
Es difícil prever el futuro, pero espero que encontremos una solución pacífica que nos garantice nuestra autodeterminación. Creo que eso es inevitable.
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