A finales de la década de los 70 Alfonso Guerra inauguró el género del insulto político en la reciente etapa democrática.
Por Lucio Martínez Pereda
A esto ha quedado reducido Alfonso Guerra: a un gracioso que repite los mismos chistes desde hace casi medio siglo.
A finales de la década de los 70 Alfonso Guerra inauguró el género del insulto político en la reciente etapa democrática. El presidente Suárez negociaba con la oposición de izquierdas su re entrada en el juego político tras los largos y sangrientos años de la dictadura franquista, y al entonces lugar teniente de Felipe González se le ocurre un chascarrillo para referirse a Suarez: “ Tahúr del Misisipí “ La ocurrencia fue muy celebrada por los medios del momento. El ingenio del señor Guerra se convirtió en un repetido recurso para conseguir la atención de la prensa y atraer gente a sus mítines. Ahora, un amortizado Alfonso Guerra, intenta recuperar el irremediablemente perdido foco de la atención repitiendo la misma estrategia mediática.
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