Alejo García Pintos, actor que forma parte del filme “Argentina, 1985”, charló con Nora Anchart sobre la recepción internacional de la película, el componente emocional al grabarla y qué sintieron los actores al representar un suceso histórico tan importante para el país.
Por La Columna Vertebral / La Tinta
—¿Cómo fue el proceso de filmación de esta película? La selección de los actores, la idea, el guion, ¿cómo vivieron vos y Victoria este proceso?
—Yo interpreto a uno de los jueces. Me convocan y, al poco tiempo, Victoria, cuando se entera de este proyecto, tiene reuniones con los demás productores y decide sumarse, previamente pidiendo permiso en Marvel, porque no te olvides que esta es una producción de otra distribuidora, de otra multiplataforma como Amazon. De alguna manera, la presidenta de una compañía produce por única vez para otra compañía, que generalmente no ocurre, porque Victoria quería participar de esta película. Es la primera vez que participa de una producción argentina porque sabía que el contenido, el guion y la historia de esta película, que es el juicio desde que se toma la decisión política de hacerlo hasta el final del juicio con las condenas, ahí no voy a spoilear nada porque ya todos sabemos cómo terminó ese juicio, ella quiso participar. De alguna forma, es el legado que ella quiere dejar en su país. Es el granito de arena que quiere poner para poder inmortalizar, de algún modo, un acto único en la historia mundial, que un país juzgue a sus propios genocidas. Por su historia, por su compromiso con los derechos humanos, quiso participar y, además, obviamente toda su experiencia hizo que se le abrieran muchas puertas también a la película. La película es ya un fenómeno acá, antes de que se estrene ya la gente está comprando entradas. Creo que va a ser un gran éxito y tuvo un paso extraordinario por Venecia, en donde ganó el premio de la crítica y tal vez, para mí, uno de los más importantes porque eso va habilitando caminos de manera internacional. Creo que esta película justamente va a tener un camino internacional muy interesante que va a servir como allá, por el año 85, que “La historia oficial” hizo que el mundo se enterara de lo que aquí ocurría.
—¿Esperaban semejante repercusión a nivel mundial?
—Honestamente, no quiero pecar de vanidoso, pero yo, cuando supe de este proyecto, inmediatamente, como te decía antes, se me vino a la cabeza un poco lo que ocurrió con con “La historia oficial” y también con “La noche de los lápices” a nivel internacional, porque son películas que trascendieron no solamente las fronteras nuestras y de Latinoamérica, donde ocurrieron otras dictaduras y también horrores como los que vivimos nosotros en aquellos años oscuros, sino también que el mundo supiera lo que aquí había ocurrido, que en general causa estupor y sigue causando realmente mucha sorpresa. Después de tantos años que no se hacía una película con tanta hondura sobre el tema en el mundo, hoy lo que ha causado es que hay nuevas generaciones que están enterándose también de esto que está pasando y eso está muy bueno. Está muy bueno y yo, de algún modo, esperaba que así fuera y se está confirmando. En el mundo, nuevamente están hablando sobre este hecho histórico que es haber enjuiciado a nuestros genocidas en nuestro propio país, inmediatamente una vez finalizada la dictadura.
—¿Cómo fue el proceso de creación del personaje de Darín y de Peter Lanzani? ¿Cuál es el grado de involucramiento y de emoción que fueron logrando con técnicos, con toda la gente que estuvo alrededor de este proceso?
—Fue muy impresionante, los dos están realmente extraordinarios en sus roles. Creo que estamos todos bien, me voy a involucrar porque también trabajé en la película, vi la película y me gustó mucho. Obviamente, Peter y Ricardo están extraordinarios, no lo voy a descubrir yo. Son dos grandes actores. Fue muy fuerte filmar en ese recinto donde ocurrió aquel juicio en el año 85, volver 35 años después. Fue muy impresionante. A mí, en lo profundo, me hizo estragos, porque además me tocaba estar, y esto en lo personal obviamente, como del otro lado del mostrador tomando declaración a un joven, Pablo Díaz, que ahora es interpretado obviamente por un actor mucho más chico, y para mí fue muy fuerte tomarle declaración a un joven sentado ahí, en el estrado, que fue el mismo personaje que yo había interpretado 35 años atrás, exactamente 35 años atrás, porque esa escena además fue el último día de rodaje. Se filmó un 3 de septiembre del 2021, un 3 de septiembre de 1986 se había estrenado “La noche de los Lápices” y un 3 de septiembre de 2022 se estrenó 1985 en Venecia, y como no creo en las casualidades, imaginate lo contundente que fue para mí toda esta situación y poder verlos a esos dos tan emocionados. Y por supuesto todo, hasta los más de 300 extras que había ahí adentro, realmente era un silencio tremendo. En el alegato final, se produce un momento realmente muy impactante.
—Te pido un último favor: dejales un saludito a mis oyentes.
—Gracias, Nora, gracias a vos. No dudo de que “Argentina, 1985” llega para quedarse por mucho tiempo en las pantallas y también en la plataforma, para poder poner nuevamente en los primeros planos el horror que vivimos, en una época en la que el negacionismo ha crecido mucho y las derechas han crecido mucho negando lo que hemos vivido o cuestionando un número como si eso fuese a cambiar el espanto que fue la última dictadura. Así que yo te agradezco a vos este espacio y le quiero mandar un gran saludo a tu audiencia. Un abrazo enorme y ojalá que puedan ver la película para que, como dice el juez Strassera en su alegato final, no sean solamente dos palabras, sino que sea una frase que nos quede grabada siempre en la memoria: Nunca más. Gracias. Un abrazo para todos.
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