Ahora más que nunca, socialismo o barbarie

Por André Abeledo

La pandemia del coronavirus ha parado el mundo, ha colapsado la sanidad y aún no ha terminado, ni sabemos si ha pasado lo peor.

El sistema capitalista se ha visto obligado a parar, un sistema basado en un crecimiento continuo y en la acumulación de riqueza por parte de unas élites ha entrado en recesión y camina a pasos agigantados hacia una gran depresión económica.

Este escenario apocalíptico a nivel sanitario, social y económico no es ya ningún futurible a largo plazo, es desgraciadamente una terrible realidad.

En pocos días nuestras vidas han cambiado radicalmente, el COVID-19 ha puesto al sistema capitalista contra las cuerdas y nos ha dejado a todos al borde del abismo.

En este instante estamos en guerra, en una guerra contra un enemigo invisible, no es una película, es una realidad, el mundo vuelve a estar en guerra, pero esta vez el enemigo es un virus.

Ahora estamos en plena batalla, como en toda guerra ahora la prioridad es vencer, va a ser una guerra larga, extraña, difícil, que vamos a ganar, la humanidad sabrá vencer a esta pandemia, pero ni será fácil, ni estará libre de pagar un alto coste a todos los niveles y no solo la pérdida de vidas humanas.

Tendremos que decidir qué mundo nuevo queremos construir, que nueva sociedad nacerá después de la tormenta. Porque nuestras vidas no volverán a ser las mismas, ni tampoco la sociedad podrá ser la misma.

Solo existen dos escenarios, dos modelos, o un sistema social basado en un mejor reparto de la riqueza, o un sistema social con más desigualdades, con más paro, con más miseria, esa será la decisión que los mandatarios del mundo tendrán que tomar.

Los pueblos debemos ser conscientes, la clase trabajadora debe ser consciente, de que nos encontramos ante un trance histórico parecido al de después de la segunda guerra mundial, pero sin un campo comunista que sirva como colchón, o como polo opuesto capaz de obligar a las oligarquías a ceder, o a negociar con la clase trabajadora para evitar perder sus privilegios.

Las organizaciones sociales, los partidos políticos de izquierdas, los sindicatos, todas y todos los trabajadores y trabajadoras tendremos que vencer dos guerras, una contra la pandemia y otra contra el capitalismo salvaje y la miseria.

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