Agurtzane Arregi, asesinada hace 45 años por la ultraderecha, sigue esperando Verdad, Justicia y Reparación

Agurtzane Arregi Letamendi era madre de dos hijas y un hijo de 13, 11 y 9 años, y su familia no tuvo Verdad, ni Justicia ni Reparación en estos 45 años, y no fue hasta el año pasado en que el Gobierno Vasco la reconoció como víctima.

Por Angelo Nero

El 4 de julio de 1978, el diario madrileño El País, dirigido entonces por Juan Luís Cebrián, publicaba una noticia sin firma con el siguiente título “Once años en filas de ETA”, que venía a completar otro artículo “Asesinada la mujer del ex dirigente de ETA Juan José Etxabe”, firmado por el periodista Javier Angulo. En la primera nota periodística se hace un semblante detallado del militante abertzale, para tratar de explicar a sus lectores porque las balas de la ultraderecha habían acabado con la vida de Agurtzane Arregi, de la que apenas se recoge otro dato biográfico que su vinculación familiar con Etxabe. El primero de los artículos, que reproducimos íntegramente, es este:

“Juan José Etxabe Orobengoa, nació en Mondragón (Guipúzcoa) hace cuarenta años. Militante, desde su adolescencia de EGI, rama juvenil del PNV, entró a formar parte de ETA en 1960, poco después del divorcio definitivo entre EGI y el grupo EKIN, germen de la futura ETA. Detenido por primera vez en 1960, por pintar las siglas de ETA, y nuevamente en el 61, fue condenado a seis meses de cárcel. Poco después de su liberación se vio obligado a exiliarse, pasando a residir en Bayona. Desde 1965 entró a formar parte de la estructura militar de la organización. En la Semana Santa de 1967 participó en la V Asamblea de ETA, celebrada en la casa de ejercicios de Guetaria. En esta asamblea sería elegido miembro del Biltza Ttipia -equivalente al comité central y compuesto por trece miembros- y fue, después de Xabier Etxebarrieta, que presidió el congreso, el delegado que obtuvo más votos. Por esta época era considerado por la policía española como el principal responsable de las acciones militares de la organización.

A partir de 1968-69 comenzó a distanciarse de la dirección del interior, a la que acusó de desviación españolista, rompiendo definitivamente con ella a raíz de la VI Asamblea, en agosto de 1970. Desde este momento será considerado como el principal dirigente del grupo popularmente conocido como los milis, origen de lo que poco después pasaría a denominarse ETA (V). En octubre de 1970 publicó con su firma un número especial del órgano interno Kernen, en el que, entre otras cosas, acusaba a la dirección del interior de españolista por haber realizado algunas acciones en solidaridad con los tres obreros de la construcción muertos por la policía en Granada. Unos meses después, la policía le consideraría responsable del rapto del cónsul alemán en San Sebastián, Eugene Behil, hecho ocurrido el 1 de diciembre de 1970, dos días antes del inicio del juicio de Burgos.

Aproximadamente un año después, nuevas divergencias le llevaron a la ruptura con ETA (V), manteniéndose desde entonces desvinculado de la organización armada. Últimamente era considerado próximo a ESB, la organización más moderada de la izquierda abertzale. Hace tres años, su hermano Iñaki, propietario de un bar en el Alto de Campanzar, en Guipúzcoa, fue muerto a tiros por unos desconocidos. La acción se atribuyó a la extrema derecha. Tanto Juan José como su hermano Jokin, también refugiado político, sufrieron en el pasado otros atentados contra sus establecimientos -sendos restaurantes- aunque no se produjeron víctimas.”

La biografía de Etxabe redactada por el diario del grupo PRISA, omite que en 1962 fue detenido después del atentado frustrado contra Franco, tras la colocación de una bomba cerca el palacio de Aite, en Donostia, donde el dictador tenía una de sus residencias de verano. Tampoco que la policía detuvo a su hermano Gregorio, en 1965, y amenazó con ejecutarlo si no le relevaba donde se escondía Juan José. Ni que en 1968 la policía franquista detuvo a su padre y a sus cuatro hermanos como reacción al asesinato del torturador de la Brigada Político Social Melitón Manzanas.

En cuanto al segundo artículo, en el se narra la muerte de Agurtzane Arregi, el periodista Javier Angulo, escribía lo siguiente:

“La «Triple A» reivindicó ayer, a través de una llamada telefónica a la delegación en Pamplona del diario Egin, el atentado perpetrado en la noche del domingo en San Juan de Luz (Francia), contra el ex dirigente de ETA Juan José Etxabe -que resultó gravemente herido- y en el que resultó muerta la mujer de éste, Rosario Arregui. La organización ultraderechista, al responsabilizarse de esta acción, ha señalado que el atentado se había producido en represalia por los últimos acontecimientos en Euskadi.

A las 11.30 de la noche del domingo, Juan José Etxabe, de cuarenta años, y su esposa, Rosario Arregui, de 38, salieron del establecimiento Etxabe Enea (Casa Etxabe) -lugar común de reunión de refugiados vascos en San Juan de Luz- Montaron en su coche -un Peugeot 604- estacionado en la calle Juri-Berry, en pleno centro de la localidad, muy cerca del mercado. La esposa de Etxabe se puso al volante. Segundos más tarde, de un automóvil Peugeot 104, matrícula de París, ocupado, al parecer por una mujer rubia y dos jóvenes, salió una persona que, a escasos metros, disparó varias ráfagas de metralleta sobre el automóvil del matrimonio Etxabe, que fue alcanzado por una veintena de balas. Mientras el coche ocupado por los agresores emprendía la huida a gran velocidad, llegaron al lugar del atentado los primeros testigos que atendieron a los Etxabe. La violencia del ametrallamiento fue tal que Rosario Arregui aparecía casi seccionada en la zona del abdomen por un total de once impactos de bala que la causaron la muerte instantánea. Juan José Etxabe, con seis heridas de proyectil, fue evacuado rápidamente al hospital de Bayona, donde ingresó en estado muy grave. De madrugada fue operado en el mismo centro por un equipo de médicos que, aunque calificó su estado de preocupante, reveló a los informadores que, dada la constitución física del refugiado, se tenían muchas esperanzas de salvar su vida. De las heridas del antiguo militante de ETA preocupa fundamentalmente aquella provocada por un proyectil que ha quedado alojado en el hígado.

En fuentes de refugiados vascos, en donde el hecho ha causado gran impresión, se achacaba a la extrema derecha la paternidad del atentado, aunque se mostraban muy prudentes a la hora de enjuiciar la exacta personalidad de los agresores. No se descartaba, desde luego, la posibilidad de una revancha contra ETA por la muerte del periodista José María Portell y la de recientes miembros de las fuerzas de orden público.

Sin embargo, Juan-José Etxabe, apartado de la dirección de la organización desde 1971, no pertenecía a la misma, y en la actualidad militaba en ESB (Partido Socialista Vasco), del que su hermano Gregorio es dirigente.”

Etxabe recibió 11 disparos de bala y salvó la vida de milagro, después de infectarse de hepatitis C tras múltiples transfusiones de sangre. Falleció en 1996, de un infarto de miocardio.

Agurtzane Arregi Letamendi era madre de dos hijas y un hijo de 13, 11 y 9 años, y su familia no tuvo Verdad, ni Justicia ni Reparación en estos 45 años, y no fue hasta el año pasado en que el Gobierno Vasco la reconoció como víctima.

Izar Etxabe, su hija mayor, en una entrevista al medio Goiena, declaraba: “Nunca olvidaremos lo sucedido, ni lo perdonaremos, pero ha sido un año muy especial para nosotros, porque hemos tenido el reconocimiento, tanto del Gobierno Vasco como del Ayuntamiento de Arrasate. Además, el restaurante familiar se quemó, ya no queda nada, y eso lo tomamos como una señal para pasar página y seguir adelante. (…) Ahora tengo 20 años más que él cuando lo mataron. Mi hijo tiene la misma edad ahora y veo a mi madre de la misma manera que lo veo a él, muy joven. Tenía toda la vida por delante y las cosas iban mejorando cada vez más para aprovechar al máximo la vida. Así que ha sido una gran pérdida para nosotros, pero sobre todo para mi padre. Después de todo, se llevaron a nuestra madre, pero a mi padre le llevaron su vida.”

Preguntada por Goiena si se estaba avanzando en Verdad, Reconocimiento y Reparación, la hija de Agurtzane Arregi respondía: “Siempre he pensado que si mi padre hubiera sido guardia civil, enseguida nos habrían traído los papeles para firmar y nos habrían aceptado como víctimas enseguida. Por otro lado, tuvimos que esperar 44 años. No peleamos mucho; en ese sentido no hemos ido con abogados, pero la gente ha tenido que luchar para que el Estado acepte lo que se les hizo.”

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