La constatación de la vulneración de los DDHH de las personas migrantes en Melilla, que terminó con la vida de decenas de personas, pone en relieve los flecos astillados de unas políticas respectivas que supuran aporofobia.
El delito por el que los Estados Unidos quieren juzgar hoy al empresario y diplomático venezolano Alex Saab, es el de rebeldía contra el imperialismo estadounidense.
Esta semana negra supone un nuevo trágico recordatorio de la importancia de replantear las política de disuasión, poniendo los derechos humanos en el centro de la actuación y promoviendo vías seguras.
El nuevo gobierno recibió un país en condiciones críticas en lo económico, social, sanitario, educativo, ecológico y ético. El incremento de la pobreza y la falta de empleo demandan un proceso de recuperación económica, al igual que la migración.
La guerra en Tigray demuestra cómo el proyecto neoliberal global, que se basa en la difusión de reformas orientadas al mercado, a menudo a expensas de la seguridad económica y los derechos humanos, permite la violencia genocida en el mundo en desarrollo.
La lucha tradicional entre el capital y el trabajo para aumentar sus respectivos porcentajes del ingreso total a través de márgenes de beneficio y aumentos salariales continuó, pero dejó de ser la fuente de la mayor parte de la riqueza nueva.