8 de marzo. ¡Basta ya!

Por Víctor Chamizo

Hay actitudes que se pueden entender, aunque no se puedan justificar: que determinados individuos defiendan posturas machistas, se puede entender, porque consideran que disfrutan de un status de privilegio que deben defender. Se puede entender, pero jamás se podrá justificar, en la época en la que vivimos donde ha quedado más que demostrado que cualquier ser humano, sea del sexo que sea, puede acometer las mismas tareas.

Hay posturas que, sin embargo, ni tan siquiera se pueden entender: que determinadas mujeres se posicionen a favor de un sistema machista, que se distancien de las reivindicaciones de sus congéneres, que justifiquen su oposición a la huelga, a manifestación y la protesta, con un argumento esperpéntico, ridículo o absolutamente inconexo, resulta absolutamente incomprensible. Solo cabe pensar alguna de estas cosas: o están tan manipuladas que son incapaces de comprender la realidad en la que viven, o están absolutamente sometidas, o no poseen la capacidad intelectual suficiente.

No existe forma de entender que existan mujeres que den pábulo a este sistema machista donde se producen de una forma, excesivamente cotidiana, asesinatos de mujeres por parte de sus cónyuges, parejas, exparejas, novios o exnovios. Una sociedad donde violar es un acto casi impune. Un sistema donde los abusos forman parte de la vida cotidiana en centros educativos, religiosos, de trabajo e incluso familiares. Un mundo donde el hombre continúa siendo el dominante y puede acosar a su antojo y amenazar a las mujeres por el único hecho de ser de otro sexo.

El día 8 –y el resto de los días del año- hay que volver a decir ¡basta ya! Pero el día 8 hay que decirlo todas juntas: todas las mujeres y todos los hombres que creemos firmemente en la igualdad y en la Justicia, no en la del poder judicial, sino en lo más profundo de su significado.

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